'The Crown'

Es posible que el hecho de que conociésemos mucho mejor lo que ha ocurrido este siglo que lo sucedido en el pasado también provocase que nuestra atención y devoción disminuyera. Aunque intuyo que lo que ha influido de verdad en que 'The Crown' haya recibido tantas malas críticas en su última temporada es que todo lo que narra resulta demasiado reciente y no ha transcurrido el tiempo suficiente como para aportar un punto de vista crítico. Y por ello asuntos como el romance entre el príncipe Guillermo y Kate Middleton –que había que contar porque en ellos reside el futuro de la monarquía inglesa– aparecen de una forma tan descafeinada y plasmada de un modo más propio de un telefilme que de una producción como nos tiene acostumbrados este título de Netflix.

Pese a todo 'The Crown' sigue siendo una de las mejores cosas que nos ha pasado a los seriéfilos, un retrato certero sobre la familia real, sobre las renuncias que el poder obliga a asumir, sobre la relación entre la monarquía y los políticos. En la última tanda, casi al final, hay algunos capítulos memorables, que pasaremos a sumar a otros tantos de los que hemos podido disfrutar en los últimos años. 'The Crown' cierra dejándonos dos lecciones que no podemos olvidar: que no debería haber temas tabúes sobre los que hablar (esperemos que las cadenas nacionales tomen nota) y que se pueden ofrecer nuevos planteamientos de relatos ya llevados la pantalla en otras ocasiones.