Lo que cuenta la cabecera de 'Succession'
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El estudio de diseño Picturemill recurrió a vídeos grabados en súper 8 y vhs para recrear el pasado de los RoyUna cabecera cuando es buena es capaz de enganchar al espectador desde el primer minuto. Eso bien lo saben los seguidores de producciones como 'Juego de Tronos' o 'Dexter', auténticas obras de arte que por sí mismas que contaban una historia, ... atrapaban al público y servían de avance de lujo de lo que estaba por llegar. Este tipo de piezas están en peligro de extinción, aunque por suerte algunos títulos se siguen tomando muy en serio su carta de presentación. Es el caso de 'Succession'.
Ha tardado dos temporadas este título en convencer a los críticos de su potencial y lo ha hecho (los Globos de Oro la han distinguido como mejor drama del año) con la contundencia de la que hace gala este título, al que no le gustan los términos medios. En el mundo de los Roy no existe esa medida, es o todo o nada, o ganas o pierdes, o matas o te matan. La producción de HBO se revela como un torbellino en torno a un clan riquísimo que encarna a la perfección los excesos y peligros del capitalismo más brutal. Y la propia serie está concebida con la misma fuerza: asume que todos sus personajes son despreciables aun a riesgo de asustar al espectador, no se empeña en subrayar y explicar cada trama con lo que presupone que al otro lado hay un receptor muy activo, y no le tiembla el pulso a la hora de tomar decisiones argumentales que pueden escandalizar a la audiencia. Hay una declaración de intenciones desde el principio, con una soberbia cabecera en la que los creadores ya comienzan a ofrecer datos sobre los protagonistas, a imprimir el tono que va a dominar el relato, a utilizar recursos que nos dan pistas sobre los grandes temas de esta historia (familia, ausencias, poder, medios de comunicación).
Vamos a detenernos en esta introducción, que sorprende por su complejidad en unos tiempos en que cada vez se apuesta más por cabeceras más ágiles y sencillas y en los que no pocas plataformas invitan a saltárselas. Esta merece un análisis reposado por la cantidad de información que arroja si uno se detiene a observar la sucesión -ejem- de imágenes y no se deja embelesar únicamente por la formidable sintonía de Nicholas Britell. Que es complicado no hacerlo.
Lo primero que llama la atención en este 'opening' es su duración, puesto que desafía a esa regla no escrita en el audiovisual actual de que todo ha de suceder muy deprisa para que el espectador no se distraiga, para que no se vaya, para retenerlo a cualquier precio. Casi un minuto y medio para ir introduciendo al personal en el universo 'Succession', en ese ostentoso mundo en el que transcurren las vidas de los personajes, dominadas por un pasado de color sepia y un presente en pantallas LED.
La secuencia es obra del estudio de diseño Picturemill, afincado en Los Ángeles, con gran experiencia en el sector, y que como bien dicen en su web se dedican a crear emociones. Ya pueden ser de un minuto o de dos horas. Suyas son las introducciones de 'The Big Bang Theory', 'Prison Break'o 'Los 100', entre otras. Ellos decidieron abrir de par en par las puertas de la mansión donde se supone que un día residieron todos los Roy y nos permite recorrer algunas estancias y pasillos. Pero el verdadero hallazgo de esta pieza son los fragmentos grabados en súper 8, simulando ser vídeos caseros de los años 70 cuando los retoños (Connor, Kendall, Shiv, Roman) eran unos críos y no se imaginaban que podían ser tan despiadados. Aunque hay planos que recogen sus caras en las que se percibe la sospecha de que fácil no es la vida que les ha tocado vivir.
Todo eso está narrado en esos vídeos. «Creamos un evento festivo pasado para la familia, filmado con cámaras auténticas de 8 mm, para resaltar la historia intergeneracional, para aumentar aún más la separación entre el pasado y el presente», explica el estudio en su web, donde también hace referencia al uso de elementos del pasado, como el vestuario o las raquetas de tenis.
Para la segunda temporada decidieron ir un paso más allá y realizaron algunas variaciones en la cabecera para añadier fragmentos nuevos esta vez grabados con una cámara VHS comprada en eBay. Si en el rodaje anterior simulaban los años 70, en este los 80, con unos actores más crecidos que representan la adolescencia de los hijos. Pero ambos coinciden en presentar estampas familiares con un padre con una presencia rotunda, incluso cuando no está. Esas retratos familiares de los que él escapa y esos ojos de sus hijos buscándolo ya dan cuenta de la importancia del patriarca. Y eso que cuando comparece da muestra de una autoridad que asusta. La cabecera cuida esos pequeños detalles (Logan haciendo un gesto cortante con las manos o cerrando una cortina para que no entre luz en la casa). De nada les sirve los recursos y lujos que disponen (el poni, la piscina, los sirvientes) si viven en constante terror bajo la sombra del padre todopoderoso. De eso va 'Succession' precisamente: de una serie de personajes atrapados por una figura que los eclipsa, que los amilana, que los anula.
Hay una pequeña aparición de la madre, como personaje secundario, sin relevancia, tumbada en una tumbona sola y viendo también al marido marchar, alejarse entre los árboles. Una madre condenada al ostracismo y unos hijos desubicados, eso es lo que ya vemos en la intro de 'Succession'.
Junto a esto también tiene mucha importancia la actividad empresarial, los negocios, el poder, con contratos que sobrevuelan las sobremesas y reuniones que interrumpen las fiestas. Y en todas ellas, Logan Roy, tanto en las del pasado como en las del presente. Una Nueva York algo desdibujada también se cuela en la introducción, sobre todo, a través de rascacielos y edificios emblemáticos de gran altura (como el Empire State) para reflejar las alturas en las que viven estos personajes, el vértido con el que se desarrolla su vida.
Un último detalle importante que merece la pena destacar es la presencia de los noticieros, símbolo del emporio de los protagonistas. Observamos tiradas de periódicos y noticias de última hora en enormes pantallas. Pero si uno se detiene a leer los mensajes de esas pantallas se encontrará con titulares como este: «La gente de género fluido ilegal está entrando al país dos veces», una máxima absurda que recuerda al humor y sátira con el que en ocasiones este drama.
En un artículo en el Telegraph los autores reconocieron estos guiños y hablaron además de la influencia indisimulada que tiene la cabecera de la de la película 'The game' de David Fincher, que recrea una fiesta infantil de cumpleaños del personaje que interpreta Michael Douglas grabada con super 8 y con la presencia prominente de un padre que asusta.
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