Larga vida a 'Shameless'
Undécima y última temporada ·
La ficción protagonizada por William H. Macy se despide con una undécima temporada irregular pero tan pegada a la actualidad como siempreSecciones
Servicios
Destacamos
Undécima y última temporada ·
La ficción protagonizada por William H. Macy se despide con una undécima temporada irregular pero tan pegada a la actualidad como siempreDiez años en emisión son muchísimos. Tantos que es inevitable que una serie como 'Shameless' acusara desgaste, un desgaste al que se le acaba de poner fin. La undécima temporada de la ficción, que acaba de emitir Movistar+, será la última y ... es bastante irregular. Pero no es una sorpresa porque hace ya años que las tramas y las motivaciones de los personajes iban dando tumbos en pos de un humor cada vez más impostado y menos natural. Seamos claros: los personajes que conforman la disfuncional familia Gallagher siempre fueron una exageración, surgida probablemente al calor de la crisis de 2008 que dejó a tantas y tantas familias en la cuneta. Había mucho de picaresca, de exprimir la vida a pesar de las desgracias, de no dar un palo al agua en el caso de Frank (William H. Macy), el patriarca de la familia, un alcohólico y drogadicto que no dudaría en vender a su familia por el último colocón. Pero con el paso del tiempo, el chiste dejó de tener gracia, quizá por repetitivo, quizá porque la caricatura de la clase obrera estadounidense se hizo ya insoportable.
La serie original, creada por Paul Abbott en 2004 para la televisión británica, permaneció en antena hasta 2013. Dos años antes, en 2011, comenzaba la versión americana, con John Wells, responsable de joyas como 'El ala oeste de la Casa Blanca' o 'Urgencias', entre sus productores. Junto a Frank, el espectador ha visto crecer a todos sus hijos y también cómo sus roles se desdibujan a medida que pasaban los años. A saber, Liam (Brenden Sims), el más pequeño y el único afroamericano, con un interés pinusitado por los estudios viniendo de donde viene; Carl (Ethan Cutkosky), que ha logrado convertirse en todo un policía; Debbie (Emma Kenney), la 'madre coraje' que primero trató de ser una mantenida y que ha acabado como soldadora; Ian (Cameron Monaghan), que finalmente se casó con Mickey, un matón del barrio, y aspira a una vida mejor, Lip (Jeremy Allen White), que tras superar su alcoholismo, ha formado su propia familia y trabaja en un taller de motos, y Fiona (Emmy Rossum), la hermana mayor que pasó buena parte de su vida criando a sus hermanos y haciendo las veces de madre, mientras su padre estaba a 'otras cosas'. Precisamente, la primera gran baja de la serie llegó hace un par de años cuando Emmy Rossum abandonó la serie.
Visto con perspectiva, el cambio de aires de Fiona -se iba a otra ciudad a vivir-, podría haber sido un buen momento para dar carpetazo a la serie, pero una vez que has estirado tanto el chicle, ¿por qué no un poco más?. Después de una decepcionante décima temporada, la undécima gira en torno a dos ideas. Y ojo porque esta vez vamos a tirar de spoilers. Por un lado, Frank ha desarrollado demencia a causa de su abusos de alcohol. ¿Y qué sucede cuando un personaje así enferma? Pues, desgraciadamente, que no le importa a nadie, ni siquiera a su familia -esto último es más comprensible, claro-, que tardará unos cuantos episodios en darse cuenta. Al fin y al cabo, el verdadero protagonismo de esta serie coral recaía en sus hijos y Frank casi siempre era el detonante que hacía que ellos se movieran en uno u otro sentido. La otra gran trama tiene que ver con la búsqueda de una vida mejor, personificada en Lip, que acaba de ser despedido del taller. Acosado por las deudas y por la necesidad de cambiar de aires con su pequeño y su esposa, trabaja en un objetivo: poner la casa familiar a punto para venderla, repartir el dinero entre sus hermanos e iniciar una nueva vida. El planteamiento no gustará a todos los hermanos y de ahí surgirán algunos conflictos. Por su parte, Carl descubrirá que ser policía no resuelve las injusticias a las que se enfrentan los ciudadanos cada día e Ian se muere por irse con Mickey a una mejor zona de la ciudad. Según avanzan las tramas, uno tiene la sensación de que, en realidad, no avanzan hacia ningún lado y ese es el gran problema.
Pero donde sí juega muy bien sus bazas 'Shameless' es en la facilidad que tiene para permanecer pegada a la realidad, como fiel testimonio del presente. Ya lo hizo en temporadas anteriores, cuando ponía sobre la mesa temas en torno a la lucha de clases, el racismo o cuando se sacó de la manga toda una trama en torno a la 'gentrificación'. En esta ocasión, 'Shameless' vuelve a tocar todos esos temas mientras el coronavirus está ahí presente, en un segundo plano, para tomar a veces un protagonismo inteligente, que abre nuevas vías para la serie.
¿Y qué tal el final? Pues resulta algo frío y distante. Tiene, supongo, mucho que ver la ausencia de Emmy Rossum. Según ha contado John Wells, Fiona iba a estar presente en el final de la serie, pero fue la covid-19 la que hizo imposible que apareciera para la despedida. Una pena que no haya podido asistir a esa última reunión familiar. 'Shameless' acabó. Larga vida a los Gallagher.
La última temporada de 'Shameless' está disponible en Movistar+.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.