'Justo antes de Cristo', tantas dudas como aciertos
Primera temporada ·
La comedia protagonizada por Julián López es arriesgada e inteligente pero parece fallar en su principal objetivoSecciones
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La comedia protagonizada por Julián López es arriesgada e inteligente pero parece fallar en su principal objetivoUna cosa es innegable: temática y formalmente no hay en la actualidad ninguna comedia como 'Justo antes de Cristo', la serie española que este viernes estrena Movistar+. Y eso que la idea llevaba guardada en un cajón cerca de quince años. Detrás de ... ella están Pepón Montero y Juan Maidagán, artífices de la adaptación de 'Camera café' a la televisión española, que han puesto en marcha estos doce episodios autoconclusivos, dividos en dos temporadas. Cambian aquí el decorado de la oficina por Tracia, una región ubicada al sureste de Europa, en la península de los Balcanes, que estuvo en manos del Imperio romano.
La acción discurre 31 años antes del nacimiento de Jesús y pone el foco en la vida de Manio Sempronio Galva (Julián López), un patricio romano que es condenado a muerte. En aras de preservar su honorabilidad y la de su familia, se suicidará él mismo. Sin embargo, Manio no acaba de dar su brazo a torcer -«Entiéndame, madre, así recién levantado, meterme una copa de cicuta... Diles que mañana me suicido sin falta», llega a decir- y después de pensárselo mucho acaba sirviendo a la legión para evitar la concluyente condena. La otra opción era el destierro.
Es el punto de partida de una comedia que juega a la contraposición y al absurdo para buscar la sonrisa del espectador. Una contraposición que se vive, por ejemplo, en el origen de Manio, el muchacho pudiente y de buena familia -su padre era apodado 'el magnífico'-, que tiene ahora que lidiar con las miserias del ejército romano. Eso sí, el señorito no ha dudado en acudir al servicio con su esclavo, Agorastocles (Xosé A. Touriñán). Su presencia será fuente de celos y también ese Pepito Grillo que el personaje de López necesita. Pronto, sin embargo, logra hacer migas con Antonino (Eduardo Antuña), uno de los máximos responsables de la legión, que condenó a un bárbaro a muerte hace un año y al que aún no ha dado pasaporte. «Ya me gustaría ser un pelagatos de esos sin responsabilidad alguna», se permite decir, mientras apura unas uvas, cuando le afean la tardanza.
Son dos ejemplos del canal por el que circula el peculiar humor de esta ficción, pero no los únicos. El absurdo se incrementa cuando se llevan maneras y formas de la actualidad a ese pasado. Frases como «igual tienen que cogerte un poquito el bajo» cuando Manio se prueba una túnica resultan hilarantes. Y es en ese punto, aunque sus creadores digan lo contrario, donde 'Justo antes de Cristo' sí que se parece a 'La vida de Brian' o, por poner un ejemplo más patrio, al cine de Berlanga o de José Luis Cuerda.
Poco a poco, Manio va conociendo a todos los personajes que conforman la serie. Ahí están el general Neo Valerio (el desternillante César Sarachu), más pendiente de acostarse con quien pueda que de los asuntos de Tracia, su hija Valeria (Cecilia Freire), mucho más consciente de los problemas de la región y que se dirige a Roma para casar a su hija Ática (Priscilla Delgado) y Gabino (Manolo Solo), uno de los hombres fuertes de Neo Valerio, que se pasa el día alcoholizado. No hay ningún reproche en este sentido, porque todos los actores están de fábula.
Curiosamente, en el desarrollo de las tramas hay ecos de la actualidad española. «Hay cosas que parecen que las hemos hecho a raíz de la actualidad y no, la actualidad se parece también a lo que hacemos», decían durante el rodaje los dos guionistas. Así, Manio logra deslumbrar al resto de los romanos con su labia y sus arengas patrióticas o se permite negar la devolución de un cadáver a los bárbaros, algo que acabará provocando una guerra.
Es hábil e ingenioso, pero falta algo de fuerza en los guiones. Ojo, Montero y Maidagán ya habían avisado de que 'Justo antes de Cristo' «no es una comedia de chistes», sino «un drama absurdo en el que la situación provoca la comedia». Y así es, pero sorprende que pese a lo cortos que son los capítulos -se comporta como una sitcom al uso, con episodios de menos de media hora- a veces acaben pareciendo algo largos.
Es cuestión de gustos. Lo que sí es objetivo es la excelente puesta en escena de la serie, que se explaya sin titubeos en los exteriores. De hecho, cuenta con material llegado de producciones como 'Roma' e 'Hispania' y también con estructuras y mobiliario construidos para la ocasión, como una empalizada para la que se han empleado 500 pinos que envuelven un plató de 1.400 metros cuadrados.
Así las cosas, habrá que ver qué da de sí la historia de Manio, que de momento arroja tantas dudas como aciertos.
Los seis capítulos de la primera temporada de 'Justo antes de Cristo' estarán disponibles el 5 de abril en Movistar+.
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