El otro Romero

Pero la serie es fantástica también porque Romero, creador de la ficción, ha dado con un tono casi único. No es 'El otro lado' una comedia terrorífica al uso, género en el que a menudo se adscriben sagas como 'Zombieland' o una película como 'Malnazidos' –no es casualidad que Javier Ruiz Caldera y Alberto del Toro, directores de la película, firmen también esta ficción– en el que la comedia lo desborda todo. Al contrario, en 'El otro lado' prima la sobriedad y hay secuencias de verdadero espeluzne y mal rollo.

El humor en 'El otro lado' nace, en realidad, de la semblanza que hace de los perdedores y también del contraste de los tiempos actuales con ese Pepito Grillo faltón y machista, que se quedó anclado en los ochenta, al que da vida Andreu Buenafuente. La eterna pareja de baile de Berto encarna al espectro de una suerte de Fernando Jiménez del Oso del que Nacho lo aprendió todo en su día. Y en ese sentido aquí el humor no rompe ni hace más débil el lado más terrorífico de la propuesta. Vaya casualidad que Berto comparta apellido con uno de los maestros del género, George A. Romero.