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Nadia Santiago, como Elena, en uno de los momentos en los que rompe la cuarta pared, en 'Manual para señoritas'. M. F. Valdés / Netflix
Gema R. Neira: «El reto fue romper los códigos manteniendo la coherencia narrativa»

Gema R. Neira: «El reto fue romper los códigos manteniendo la coherencia narrativa»

«La ficción de época hace que las historias sean más épicas. Los impedimentos son más grandes, y las mujeres menos libres, lo que agranda también sus luchas», asegura la creadora de 'Manual para señoritas' en Netflix

Iker Cortés

Madrid

Miércoles, 23 de abril 2025, 00:46

Años lleva Gema R. Neira (Ferrol, 43 años) escribiendo grandes historias de amor, ya sea puramente dramáticas o de corte más ligero. De su pluma han salido los guiones de ficciones de época tan queridas como 'Gran Hotel', 'Velvet', 'Seis hermanas', 'Las chicas del cable' o la más reciente 'La Favorita 1922', así que el trayecto hacia el éxito lo conoce muy bien. Con 'Manual para señoritas', la serie de Bambú Producciones que lleva tres semanas anclada en el top diez nacional de Netflix, Neira y María José Rustarazo, cocreadoras de la ficción, sentían que necesitaban «dar un paso adelante en la narrativa y salir un poco del encorsetamiento que suelen tener las historias de época».

Y vaya si lo han conseguido. Ambientada en el Madrid de 1880, la producción sigue los pasos de Elena Bianda, la dama de compañía más solicitada del momento, una mujer conocida por guiar a jóvenes en su camino hacia noviazgos y matrimonios. De moral firme, pero empática a más no poder con las preocupaciones de las damas a las que acompaña, esta carabina, a la que da vida Nadia Santiago, verá su vida alterada cuando llegue a la casa de los Mencía para hacerse cargo de tres hermanas: Cristina (Isa Montalbán), Sara (Zoe Bonafonte) y Carlota (Iratxe Emparan), las tres de personalidades muy distintas. Su nuevo empeño pondrá a prueba su habilidad para equilibrar la tradición con los desafíos personales de cada una, pero es que además comenzará a tener cierto deseo por Santiago (Álvaro Mel), uno de los pretendientes de las jóvenes, dando lugar al clásico triángulo amoroso que tan bien funciona en este tipo de producciones.

Pese a este cóctel harto conocido por los fans del género, 'Manual para señoritas' logra crear un universo propio gracias a una estética colorida, como de cuento, y un lenguaje que se aleja de la ficción de época para acercarse a lo contemporáneo. No en vano, la protagonista rompe la cuarta pared constantemente para dirigirse al espectador, algo que casa perfectamente con la personalidad de Elena, una mujer moderna, irónica y con mucho verborrea para la época que le ha tocado vivir. «Los espectadores de ahora ven muchas series, están acostumbrados a muchas narrativas modernas y creímos que el público podía entrar en el juego que planteamos. Lógicamente el mayor reto era romper los códigos una y otra vez pero, al mismo tiempo, que la serie tuviera una coherencia en su narrativa», explica Neira al respecto.

Sin duda, lo más curioso es que esta historia surgió mientras ella y Rustarazo se encargaban de otro proyecto. «Estábamos buscando una gran historia de amor que contar y, de pronto, leyendo para otro proyecto apareció la figura de la carabina, esa mujer encargada de ayudar a las señoritas a encontrar el marido perfecto. Era una espectadora de las historias de amor, pero nunca era la protagonista. Nos pareció bonito colocarla en primer término y, por supuesto, una posición perfecta para un gran triángulo amoroso», rememora la también guionista.

Gema R. Neira. Félix Valiente

Cabe preguntarle a la cocreadora de la serie, ¿qué tiene la ficción de época que no pasa de moda? «Creo que además de ser visualmente muy bonita y darte muchas posibilidades en cuanto al arte y el vestuario, hace que las historias sean más épicas. Los impedimentos son más grandes, y las mujeres menos libres, lo que agranda también sus luchas», contesta.

A nadie se le escapa que 'Manual para señoritas' puede recordar a toda una superproducción como 'Los Bridgerton' y Neira se lo toma como un «halago»: «'Los Bridgerton' es una serie inmesa en cuanto a su producción, que además, ha conquistado a muchos millones de espectadores en Netflix. Entendemos que crítica y público han visto elementos comunes al tratarse de una historia de amor planteada desde un lugar más fresco pero evidentemente nuestra aspiración no es la suya ni tampoco nuestro nivel de producción'», reconoce.

Han sido seis meses de rodaje en inmensos decorados, pero también en muchos exteriores de Patrimonio Nacional. Ahí están el Recinto Modernista de Sant Pau, en Barcelona; el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid, o los parterres de Aranjuez y la Granja de San Ildefonso, en Segovia. «Son espacios que están tan protegidos que se pueden intervenir poco y además son lugares que se visitan habitualmente, así que hay limitaciones de fechas y horarios», explica la cocreadora, que agradece el esfuerzo del organismo para rodar en unos «jardines maravillosos». En su opinión, la parte artística ha sido otro de los grandes retos de la producción, tanto en decoración como en vestuario. «Se trataba de renovar la época, usar una paleta de color propia, lo que significaba tanto construir plató como confeccionar la mayoría de nuestro vestuario. Pero también es un trabajo precioso que ha hecho que la serie sea lo que habíamos soñado», cuenta quien ya le está dando vueltas a la segunda temporada.

-Cada vez vemos más producciones con sello autoral femenino. ¿Queda mucho para alcanzar la igualdad?

-Siento que la industria audiovisual ha avanzado mucho los últimos años pero, si, desde luego falta mucho para una igualdad plena, aunque menos que en otros sectores. Nosotras seguiremos trabajando para poner ese granito de arena.

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