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Un fotograma de la serie.
'Exit': los ricos también lloran

'Exit': los ricos también lloran

Primera temporada ·

'Exit' es una serie noruega de éxito que ha levantado ampollas en el norte de Europa. Retrata a una pandilla de mezquinos multimillonarios que no saben qué hacer con tanto vil metal

Martes, 7 de abril 2020

El dinero no da la felicidad, aunque algo ayuda. 'Exit' causó sensación en su país de origen, pero también agitó la opinión pública con su retrato ácido y poco compasivo de la élite empresarial escandinava. La amoralidad reina en un mundo de ejecutivos agresivos cuyo mayor pasatiempo son el sexo y las drogas, con conatos de violencia física y mucha simbólica. Su estreno fue bien acogido, con excelentes críticas en los medios especializados, pero no tardó en llegar una avalancha de reproches por su presunta incorrección política. Con el airado escándalo llegó el inevitable y contraproducente efecto Streisand, con lo cual estamos ante una de las series más vistas de la prácticamente desconocida producción audiovisual noruega. Lo más escalofriante es que los ocho capítulos de media hora de duración que forman parte de la primera temporada, disponibles en Filmin, plataforma en auge, se basan en varios encuentros realizados en Oslo con un puñado de corredores de bolsa. Hay más de un sorprendente hecho real descrito sin tapujos entre las anécdotas que pueblan las vidas cruzadas de cuatro hombres adinerados, tremendamente heterosexuales, que consiguieron hacerse millonarios antes de la treintena. Evidentemente, ya no saben cómo afrontar su rutina diaria, el tedio se apodera de su vivir cada día mientras la falta de motivación les corroe por dentro. Lo tienen todo, no necesitan nada más, pero quizás les falte lo más importante. Los ricos también lloran, como en 'Succession'.

Tobias Santelmann, en un fotograma de la serie.

'Exit' arremete contra el neoliberalismo y golpea los convencionalismos que defiende la clase alta de cara a la galería. Torpedea la linea de flotación de la amistad viril y señala la bajeza moral de la alta sociedad nórdica a través de un grupúsculo significativo de individuos decadentes que no saben valorar lo que tienen, ni siquiera el dinero y la idea de familia que defienden, supuesto pilar fundamental de una existencia caduca en Occidente. Øystein Karlsen ('One Night', 'Fuck Up') escribe y dirige esta voraz producción de Fremantle Media y Nordvision, distribuida por la televisión pública noruega, premiada en festivales como Series Mania (Francia). Simon J. Berger, Pål Sverre Hagen, Tobias Santelmann y Jon Øigarden defienden con destreza sus roles nada complacientes. Los cuatro primeros capítulos comienzan con una entrevista a cada uno de los protagonistas, asemejándose a un falso documental, aunque la ficción acapara la mayor parte del metraje, con algunos fragmentos intercalados con declaraciones de los multimillonarios. El 70% de los hechos que se ven en la serie son reales.

Los lobos nórdicos

Comparada con 'El lobo de Wall Street', obra magna de Martin Sorsese, con Leonardo DiCaprio como multimillonario deslenguado, 'Exit' va más allá mostrando algunas tropelías sin ningún atisbo de censura. Hay desnudos, incluso algún miembro inhiesto desfila por el encuadre, dando una mayor sensación de realidad (los excesos se muestran puntualmente, sin abusar, con cierto humor retorcido). Cuidada formalmente, no se corta a la hora de mostrar la manipulación y el chantaje emocional que esgrimen cuatro seres humanos sumamente egoístas que no sienten remordimientos a la hora de engañar a sus parejas o pisar cabezas, profesionalmente hablando. La puesta en escena y la dirección de actores es impecable, con suculentos matices en cada gesto, en cada diálogo, que añaden información a cada escena. Los arrogantes empresarios protagonistas se comportan como depredadores sociales, sobre todo cuando salen de fiesta para desahogarse. Morir de éxito es posible. El mundo es suyo, pero no saben qué hacer con él. Van dando bandazos de perversión en perversión, alternando la cocaína y la prostitución con estampas familiares dignas del catálogo VIP de Ikea. El maltrato psicológico a la pareja está a la orden del día en sus caóticas agenda. Ellas, las mujeres, aquí tristes animales de compañía, intentan sobrevivir a base de tomar pastillas de la felicidad y meter horas en el gym. Mientras, los hijos parecen formar parte de la decoración como un mueble más. De lujo, eso sí. El drama se lleva por dentro, y ojo al qué dirán.

Agnes Kittelsen, en 'Exit'.

Los protagonistas de 'Exit' son tipos antipáticos. Mucho dinero y pocas luces. Carecen de vida interior y huyen del vacío existencial entregándose a su más bajos instintos. Es difícil mostrar empatía por sus acciones, por esa frialdad que demuestran ante la vida, una característica que se suele asociar al norte de Europa. Esta demoledora visión es uno de los alicientes de interés de la propuesta. Los personajes femeninos son más sutiles y cautivadores, con lo cual es más fácil -y lógico- identificarse con sus problemas. Sin obviar cierto espíritu de culebrón, la serie consigue alternar situaciones incómodas, a veces muy crueles verbalmente -con pequeños gestos demoledores-, con porciones de realidad que convierten el resultado en una comedia negra por contraste. Una serie inteligente, que guarda alguna sorpresa en su tramo final y tampoco se corta a la hora de hacer tambalear los cimientos del machismo imperante. Es una de las ficciones más vistas de la cadena pública NKR, con 1,3 millones de espectadores, una quinta parte de la población de Noruega. La controversia llama a la audiencia.

'Exit' está disponible en Filmin.

Vídeo. El tráiler de la serie.

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