'Élite' regresa con fuerzas renovadas
Cuarta temporada ·
Los nuevos rostros logran insuflar nueva vida a una ficción tan divertida como intrascendenteSecciones
Servicios
Destacamos
Cuarta temporada ·
Los nuevos rostros logran insuflar nueva vida a una ficción tan divertida como intrascendenteDecía por estos derroteros hace ahora un año y tres meses que la tercera temporada de 'Élite' daba ya muestras de cansancio. Y no solo porque el recurso con el que se inicia cada nueva tanda de episodios, ese asesinato o desaparición ... que genera el misterio que rodea a cada temporada, empezaba a oler y a carecer verdaderamente de interés. Hedían también los tira y afloja entre los distintos personajes y eso era aún más peligroso. Al fin y al cabo, como buen producto orientado al público adolescente, 'Élite' es una ficción centrada en las relaciones personales y aunque en cada temporada iban entrando nuevos personajes, el núcleo duro seguía con los mismos dramas de siempre.
Sin embargo, el arranque de la cuarta temporada -Netflix ha adelantado cuatro episodios a los periodistas- no podía ser más divertido y entretenido. Diálogos punzantes, con mucha gracia, y esta vez apenas involuntaria -algún momento hay-. ¡Si hasta la estrafalaria indumentaria de algunos de los protagonistas provoca la carcajada! El mérito, sin duda, es principalmente de los guionistas, que con los cinco nuevos personajes que han introducido en la serie han logrado insuflar nueva vida a esta ficción de tintes telenovelescos. La selección del reparto, además, está a la altura.
Comienza esta nueva tanda de episodios con otro hecho delictivo. De nuevo, la narración estructurada en torno a flashbacks va desvelando y desentrañando el misterio y sí, sigue siendo lo menos importante. Recordemos que la temporada anterior finalizó con varios de los alumnos -Samuel (Itzan Escamilla), Omar (Omar Ayuso), Guzmán (Miguel Bernardeau), Ander (Arón Piper) y Rebeca (Claudia Salas)- repitiendo curso.
El primer capítulo sirve de presentación para los nuevos personajes. Benjamín (Diego Martín), un importante «siou» de Europa, como pronuncia CEO, ha pasado a ser el director de Las Encinas, el instituto donde se desarrollan gran parte de las tramas de la ficción. Asegura que el centro ha pasado unos últimos años muy desbocados -¿por qué será?- y está dispuesto a reconducirlo. Martín borda el papel, con una seriedad y una templaza brutales, a pesar de lo hilarante de algunas secuencias. Junto a él llegan a Las Encinas sus tres hijos, acostumbrados a conseguir lo que se propongan: Ari (Carla Díaz), Mencía (Martina Cariddi) y Patrick (Manuel Ríos). Ari es la más disciplinada y también la que más caso hace a su papá. Parece, además, que tiene como encargo cuidar de la más pequeña. Mencía, la díscola y la más pequeña de los tres -sintonizará pronto con el grupo de los veteranos- y finalmente está Patrick, quizá el más plano de los tres porque lo único que a priori sabemos es que Ander le gusta y va a hacer lo que sea para disfrutarlo. Punto. A estos tres hay que sumar a Phillippe (el músico Pol Granch), un heredero directo al trono de un principado centroeuropeo. Su elevado estatus y el tratamiento que recibe dará lugar a que los pijos de Las Encinas alcen su voz y amenacen con una revolución. Si esto no les hace reír, yo ya no sé.
Buena parte de las tramas giran en torno al choque entre estos nuevos alumnos y los veteranos. Ari, por ejemplo, protagonizará un triángulo amoroso con Guzmán y Samuel, justo cuando por fin parecen haberse convertido en buenos amigos. De fondo, una vez más, la lucha de clases que tan buenos ratos ha dado en la serie. Y hablando de lucha de clases, algo fascinante es lo que ha ocurrido con la pérfida Cayetana (Georgina Amorós). Hay tanto que desmenuzar en su nuevo cometido en el centro escolar... «Cayetana, por favor, vuelve con el mocho», llega a decirle Guzmán en los primeros compases de la temporada. Otro triángulo amoroso es el que acabarán protagonizando Patrick, Omar y Ander. Rebeca, por su parte, sigue muy dolida con Samu. Pronto Mencía -creo que Martina Cariddi, con una naturalidad aplastante, es la gran revelación- se fijará en ella.
Todos los tics de 'Élite' siguen ahí, por supuesto. Las fiestas, el lujo, el sexo, el desenfreno, las drogas... No hay capítulo sin su correspondiente jarana. Y mientras se va resolviendo el misterio central, surgen pequeñas tramas de todo tipo: un examen de nivel para comprobar si Samu y Omar son dignos de seguir en el centro, una joven metida a prostituta casi sin darse cuenta, una relación a distancia, rupturas, el pavor a iniciar una nueva relación, la búsqueda de la identidad, cámaras ocultas... No busquen aquí un reflejo realista y atormentado de la adolescencia, pero sí diversión pura e intrascendente. 'Élite' ha vuelto más desencadenada que nunca.
Las cuatro temporadas de 'Élite' están disponibles en Netflix.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.