'El visitante': ¿Y si 'True Detective' se encontrara con lo sobrenatural?

Basada en la novela homónima de Stephen King -en algún momento tendremos que hablar de cómo han proliferado las adaptaciones del genio de Maine a raíz de los Netflix, Amazon, HBO y demás- y creada y escrita por Richard Price, la serie plantea un punto de partida sobrecogedor: el hallazgo del cadáver de Frankie Peterson, un niño de once años que ha sido brutalmente asesinado en un pequeño pueblo de Georgia. Semidecapitado, su cuerpo presenta mordeduras y desgarros. Ralph Anderson (Ben Mendelsohn), un inspector de policía que perdió a su hijo más o menos con la misma edad, es quien se está encargando de un caso que pronto acapara la atención de los medios de comunicación.

Bajo una atmósfera sombría y opresiva, muy en la línea de 'Seven' (David Fincher, 1996) y deudora de series recientes como 'True Detective' o 'Mindhunter', comienza una profusa investigación que solo parece apuntar en una dirección, la de Terry Maitland (Jason Bateman), un profesor de lengua y literatura de un instituto en el que el docente también hace las veces de entrenador del equipo de béisbol. Su ADN y sus huellas están en una furgoneta que fue vista cerca del escenario del crimen. Las pesquisas de Ralph, que conversa con algunos testigos, se intercalan con la vida, hasta el momento despreocupada, de Terry en una narración, la del inicio de este primer episodio, magistral, que culmina con una detención pública durante un encuentro de su equipo.

Algunos testigos le vieron conducir la furgoneta, ensangrentado e incluso hay cámaras de vigilancia que registraron sus movimientos. Admirado hasta entonces por la comunidad, pronto ésta le da la espalda a el y a su familia -está casado con Glory y tiene dos hijas-, pese a que el insiste en su inocencia. Sin embargo, en el transcurso del piloto, una prueba contradictoria sale a la luz. Algo apartará entonces a Ralph del caso, que comienza a preguntarse si se precipitó en su decisión. No dudará, después, en seguir la investigación por su parte.

Dirige los dos primeros episodios Bateman, ganador del Emmy a la mejor dirección dramática por 'Ozark', marcando un tono y un ritmo condenadamente buenos, en una narración intensa y oscura, que va introduciendo subtramas y personajes de forma orgánica y natural, sin estridencias. Tiene, además, personalidad porque a pesar de que bordea en ocasiones lo dantesco, sitúa casi siempre el ojo del espectador algo alejado del horror, como si viera de refilón, casi a escondidas, con el trasiego de polis y forenses y tras la cinta de 'no pasar', la escena de un crimen.

A juzgar por el tercer episodio, en manos ya de Andrew Bernstein, productor también de la ficción, el estilo visual se mantiene y alcanza cotas excelentes -es brillante la fotografía de la escena que tiene lugar en el despacho del abogado, cuando conversa con la pareja de policías para conocer los últimos detalles del caso-. El dolor por la pérdida, la obsesión, los fantasmas del pasado, los juicios públicos... Todo ello sale a relucir en un capítulo que empieza a introducir el elemento sobrenatural presente en la mayor parte de las novelas del escritor.

Con unas actuaciones creíbles y certeras -hay que destacar a Mendelsohn, a Julianne Nicholson, en el papel de Glory, la esposa de Terry, y a Cynthia Erivo, que da vida a la particular Holly Gibney-, la ficción de HBO comienza con un gran pulso que parece difícil de echar a perder.

Los tres primeros capítulos de 'El visitante' están disponibles en HBO, que estrena un episodio cada lunes.