Crítica de 'Obi-Wan Kenobi' (1x03): un buen villano, una mala acción

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Borja Crespo

¡Anakin Skywalker está vivo! Con esta frase, taladrándole la cabeza a Obi-Wan, el bueno de Ben, terminaba en alto el segundo episodio de la serie que nos ocupa, tras la exhibición de parkour de la Tercera Hermana, capaz de saltar de edificio en edificio como una pantera con tal de ofrecer espectáculo. Su espada láser liquida de un plumazo al Gran Inquisidor, el cazador de Jedis tras la Gran Purga. Un personaje con presencia en el universo de la saga, especialmente en la serie de animación 'Star Wars: Rebels', que aquí es reducido en segundos a lo anecdótico. La figura de Lord Vader, con su potencial icónico, aporta energía a 'Obi-Wan Kenobi', apelando a la nostalgia sin remilgos. El 'Episodio III: La venganza de los Sith' terminaba con el nacimiento del excelso villano, emulando a Frankenstein, una sensación extrema para los adictos al culebrón de George Lucas que se retoma sin rubor en esta nueva producción acomodaticia. El subidón es evidente, el patrón se cumple, alimentando el retrato de lo terriblemente cruel que es Darth Vader. El problema llega cuando se cruzan los sables de los enemigos acérrimos. La luz azul frente a la roja, cual bipartidismo. Entonces refrendamos que hay un tropezón serio con las escenas de acción. La descripción de los espacios a la hora de generar tensión, cuando hay un enfrentamiento o duelo, es nula (también visible en el último tramo de la historia, que da paso al cliffhanger, ¿de dónde sale Reva?). A la realizadora, Deborah Chow, también productora, no se le ha ocurrido repasar los mejores westerns, como en 'The Mandalorian', o contratar, en su defecto, a una segunda unidad solvente. Choca sobremanera que cojee en este apartado un proyecto vinculado a 'Star Wars', con presupuesto abultado.

'Obi-Wan Kenobi' mejora su tono en esta última entrega, Ewan McGregor está estupendo en su papel, sigue siendo lo mejor de un lote cuyo guión parece estar hecho con escuadra y cartabón. Dejá atrás el patinazo de 'El libro de Bobba Fett', pero tiene varias fugas de agua que urge tapar. La relación entre el Jedi y la pequeña princesa Leia se adapta bien a la fórmula. La precoz actriz cumple mejor con el expediente, al no tener que moverse demasiado dentro del plano -la ridícula persecución por el bosque de su secuestro, ya viralizada, rozaba lo amateur-. Los giros rutinarios, poco arriesgados pero efectivos, despuntan cuando conectan con la infancia de la audiencia. El trato con el público es el que es, más bien un pacto cerrado. El enfrentamiento entre Obi-Wan y su gran antagonista, Darth Vader, es lo que interesa. Es el motor de todo lo que acontece, al margen de que se presenten algunos personajes nuevos –bien Indira Varma como rebelde con causa- y se desarrollen algunas subtramas. Parece que la consigna es acomodarse y no incomodar… ¿a los fans de siempre? Veremos cómo se sucede el relato, cuyo suspense se desvirtúa al ser conscientes de que Ben Kenobi no desaparece hasta 'La Guerra de las Galaxias', con perdón, y Leia sobrevive a toda tragedia hasta la última trilogía estrenada en el espacio-tiempo. Todo lo que les pase, tendrá solución, con lo cual más vale que sea interesante.

'Obi-Wan Kenobi' está disponible en Disney+.