La mentira de Futre, un precontrato y el viaje exprés a Cerdeña: las claves de 'El caso Figo: El fichaje del siglo'

La verdad sobre el extremo portugués no es otra distinta a que quiso dar marcha atrás a su llegada al Real Madrid en el último momento. Sin embargo, una claúsula de 30 millones firmada por su representante José Veiga con Florentino Pérez (en la que tenía que pagar al equipo blanco dicha cantidad en caso de no ir) provocó que el luso se viera forzado a fichar. Hasta llegar a ese punto es conveniente recordar cómo comenzó toda esta historia, de igual modo que lo hace 'El caso Figo'.

En el año 2000 el Real Madrid venía de ganar dos Champions casi seguidas (la última contra el Valencia CF) y el que en aquel momento era presidente del club, Lorenzo Sanz, decidió convocar elecciones de manera anticipada tras terminar su mandato en un año. Lo hace pensando que es la ocasión idónea para salir reforzado, donde ostenta el prestigio de haber ganado dos Copas de Europa de manera reciente. Lo que no esperaba es que apareciera un empresario y socio del Real Madrid, Florentino Pérez, que decide poner todo patas arriba con la mente puesta en crear su equipo de galácticos, el cual iba a liderar la estrella del máximo rival, Luís Figo. Lo que en aquel momento parecía una quimera, poco a poco fue cogiendo forma hasta convertirse en una realidad.

En ese proceso, Paulo Futre (leyenda del Atlético de Madrid y en ese momento intermedario de futbolistas) desvela en el documental la mentira con la que engañó a Florentino Pérez y que a la postre fue clave para el fichaje de Figo. «Un amigo me llamó y me dijo: 'ven a Madrid'. Llegué a un edificio y me presentaron a Florentino, que quería comprar a Figo por su cláusula, 60 millones», señala Futre. El exatlético inicia los contactos con Jose Veiga, al que llama de madrugada y le cuenta que un candidato a la presidencia del Real Madrid quiere fichar al luso pagando su claúsula: «Veiga me colgó el teléfono. Me dijo que era imposible y que cómo le llamaba por la noche para decirle que un candidato a presidente... estaba enfadado. Me quedé con el móvil en la oreja unos 30 segundos, haciendo que hablaba con él, cuando la llamada estaba terminada». Futre se inventa que el representante pidió 10 millones de comisión por el traspaso. Florentino le ofreció 5 y finalmente lo cerraron por 6.

En ese momento, Futre se vuelve a poner en contacto con Veiga, haciéndole ver que es una operación única: «Aquello fue lo que desbloqueó la operación, a partir de ahí ya no se dijo más que el fichaje era imposible», señala. Al término de aquella temporada en el año 2000, Figo había culminado su quinta campaña en el Camp Nou, siendo un ídolo del barcelonismo y una de las mayores estrellas del fútbol mundial. El portugués quería renovar su contrato al alza con el conjunto culé, pero se encontraba con la negativa de Joan Gaspart, presidente culé que justo también en esa etapa afrontaba unas elecciones para ser reelegido.

Veiga le comunica a Figo la oferta de Florentino: «Veiga me dice que esta persona quiere que diga que en caso de que gane voy al Madrid. Les digo que si están locos, que cómo iba a hacer eso», señala el exjugador. «Nunca se había pagado tanto por un jugador e iba a ganar cuatro veces más. No me lo creía», expresa Figo, que culpa a Gaspart de su decisión de querer marcharse. El crack luso no se sentía valorado y consideraba que «le trató como si fuera nadie y esperaba algo más de cariño». Además, su agente detalla una respuesta de Gaspart que resulta chocante, cuando Veiga fue a comunicarle que tenía una oferta para su representado: «Le digo que un equipo quiere pagar la claúsula. Si no das un paso al frente lo vas a perder. Me contesta que le estoy chantajeando y quiero hacer negocio con él. Me dice que 'si alguien paga una la claúsua, si alguien trae un cheque, os pago a ti y Figo un billete en clase ejecutiva y os pongo una alfombra roja para que os vayáis'».

Figo toma la decisión de irse y llega un momento clave de la operación, el precontrato firmado por Veiga y Florentino Pérez. En el documental, los protagonistas dan versiones diferentes de lo ocurrido. Mientras Gaspart sostiene que Figo era totalmente consciente de lo que ponía en el documento, el futbolista asegura lo contrario. Veiga, por su parte, argumenta que le leyó el texto por completo por teléfono antes de estampar su firma. En cualquier caso, ese contrato existió y fue clave para que se cerrara el traspaso.

Fue el periodista De la Morena quien durante la boda de Míchel Salgado anunció la bomba. «Me llegó la información y la iba a dar en el programa de la noche pero me daba miedo que se me adelantaran y lo hice en el informativo de la tarde. Me inventé que Florentino Pérez pagaría de su sueldo el abono de los madridistas si no se cerraba la operación. Era completamente mentira«, explica el antiguo presentador de 'El Larguero'. »Florentino me dijo al principio que no era verdad y luego que sí. Me dijo que no lo contara que le fastidiaba el fichaje pero lo tenía que hacer. Lorenzo Sanz se rió de mí y me dijo que menuda me habían colado«. En realidad, esa mentira de De la Morena se acabó convirtiendo en verdad ya que Florentino posteriormente anunció que si Figo no llegaba cubriría el abono de los aficionados del Real Madrid.

Desde que se hizo público el fichaje, comenzó una guerra de información entre los medios de comunicación que convirtió el episodio en el culebrón del siglo. Figo, que se encontraba de vacaciones tras terminar la Eurocopa, comenzó a realizar una serie de movimientos contradictorios. Su agente se reunió con Florentino y afirmó que esperaba regresar pronto con su representado pero, al parecer, tras toda la presión a la que se vio sometido en Barcelona, Figo decidió llamar al diario Sport para que viajaran a Cerdeña a realizarle una entrevista donde recalcar su deseo de seguir en el Camp Nou. «Esta es y será mi camiseta. Gane o pierda Florentino las elecciones, no seré jugador del Real Madrid. Solo jugaré en el Barça«, fueron sus palabras en la portada del diario catalán.

De la Morena explica que el precontrato de Figo incluía una claúsula en la que si no fichaba por el Real Madrid en el caso de que ganara Florentino, tenían que indemnizar al club blanco con 30 millones de euros. El dirigente de ACS ya había sido elegido presidente, pero aparece en la producción de Netflix para dar su versión: «Yo nunca he firmado una cosa así, se lo puedo asegurar. Era una claúsula motivadora, nada más. El contrato lo firmamos Veiga y yo y se puede entender como una declaración de intenciones».

Veiga y Futre se dan cuenta de la situación y viajan de forma exprés a Cerdeña para convencer a Figo de que debe firmar. Se presentan en su hotel vestidos de traje, le acompañan a la playa: «Alguien va a tener que pagar los 30 millones de euros al Real Madrid. ¿Cómo piensas salir de ahí?», le dijo Futre. Finalmente se reunieron en Lisboa con el presidente del Real Madrid y se desbloqueó la situación. Pero Gaspart, reelegido en las elecciones, recibe la llamada de Figo en la que asegura que recibió un ultimátum: «Me llama y me dice 'tengo dos billetes, Lisboa-Madrid o Lisboa-Barcelona, depende de ti cuál cojo. Me tienes que dar un aval de 500 millones de pesetas'. ¿Cómo? Me pides lo imposible«, unas palabras que siempre ha negado Figo.

El portugués fue presentado con el Real Madrid con cara de pocos amigos y se ganó un cartel de traidor en el Camp Nou que todavía hoy mantiene. Su regreso al Camp Nou a los tres meses fue en un ambiente de ira total: «Nunca había visto nada igual, confesó Jorge Valdano». Fue una marcha dura para todo el barcelonismo, incluído Pep Guardiola, otro de los testimonios en el documental, donde detalla su gran relación con Figo: «Éramos compañeros de habitación y amigos. Cuando se fue le deseé la mayor de las suertes. Fue duro». En sus cinco años en el Madrid, ganó una Champions League, dos ligas, dos Supercopas de España, una Supercopa de Europa y una Copa Intercontinental.