Cazar al monstruo
Crítica de televisión ·
El propio acusado, con pena de cárcel, pide al documentalista que le filme para contar su verdad, incriminándose aún más con un comportamiento execrableSecciones
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Crítica de televisión ·
El propio acusado, con pena de cárcel, pide al documentalista que le filme para contar su verdad, incriminándose aún más con un comportamiento execrableEl arriba firmante no es fan del fenómeno 'true crime', de la exposición de crímenes reales, sobre todo cuando se explota el dolor de quienes han vivido la tragedia con fines sensacionalistas, pero hay títulos que, indudablemente, merecen la pena por su concienzuda labor de ... investigación, sin artificios, y por su originalidad. Es el caso de 'Cómo cazar a un monstruo', de reciente estreno en Prime Video, una docuserie de tres capítulos que parten de un hecho inaudito: el propio acusado, con pena de cárcel, pide al documentalista que le filme para contar su verdad, incriminándose aún más con un comportamiento execrable. El joven Carles Tamayo, periodista especializado en sectas y estafas, con pegada en las redes sociales, es quien recibe la llamada del monstruo, Lluis Gros, condenado a 23 años por abusos sexuales a menores. El tipo en cuestión ha dejado un reguero de víctimas a lo largo de varias décadas y, a pesar de la condena, no ha entrado en la cárcel.
Tamayo indaga en la mente del hombre del saco, al que deja hablar y hablar sin cortes… El pederasta impresentable confiesa sus actos, inconscientemente, y añade más leña al fuego. 'Cómo cazar a un monstruo' pone el sistema judicial contra las cuerdas, señalando el insultante estiramiento del proceso de algunas denuncias y el hecho de que un hombre pueda seguir en la calle, incomprensiblemente, tras cometer mil tropelías documentadas. Son sus víctimas quienes tienen que esconderse. El violador se siente impune. Su honor es lo primero. No pide perdón. Se preocupa más por las multas de tráfico que por sus fechorías. Pero cae en su propia trampa, gracias a la cámara de un reportero que profundiza en el horror con una mirada diferente, desenmascarando al villano narcisista.
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