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¿Qué han hecho los canadienses por nosotros? Pues menos que los romanos pero más que los finlandeses: desde Yvonne de Carlo hasta Denis Villeneuve, hay una lista de nombres que nos han dado de lo bueno lo mejor y de lo mejor lo superior, ... como Anne Carson, David Cronenberg, Donald Sutherland, Leonard Cohen, Alice Munro o Margaret Trudeau, ídola máxima y madre de Justin, que se bailó, se bebió y se enrolló con todo Studio 54, dos Rolling Stones y un Kennedy. Y, por supuesto, Anne Shirley Cuthbert.
Anne es un personaje creado por Lucy Maud Montgomery, autora de una saga compuesta por ocho historias que cuentan la vida de la protagonista desde su infancia hasta la madurez. La primera de ellas, 'Ana de las Tejas Verdes', que abarca hasta los dieciséis años y que fue publicada en 1908, ha encandilado a generaciones enteras y ha sido adaptada en varias ocasiones: en la época prenavideña de1988, Televisión Española emitió una miniserie que había sido un éxito tres años antes en Canadá. La recuerdo menos oscura que la versión de Netflix, pero igual de deliciosa.
'Anne with an E' comienza con una declaración de intenciones de la protagonista: «Me gusta más imaginar que recordar». Porque a Anne la fantasía le ayuda escapar de su corto pero oscuro pasado: huérfana desde los tres meses, se crio en un orfanato y fue sometida a todo tipo de vejaciones y malos tratos tanto por parte de sus compañeras como de las familias que la acogían. Por eso, 'Anne with an E' (le añade una E a su nombre para que suene más sofisticado, y de ahí el título de la serie) es una apología del derecho a la imaginación, de la capacidad para inventar otros mundos que nos ayuden a soportar este.
Pero la serie también reivindica otro derecho: el de ser diferente. Anne es pelirroja, pecosa y delgada. Y lo odia: quiere tener una piel inmaculada y el pelo negro como el ala de un cuervo. No encaja en los cánones de la época, ni en los de belleza ni en los de comportamiento: en lugar de ser una niña recatada y dócil, es extremadamente habladora, impulsiva, inteligente, preguntona, descarada y curiosa. Y esa personalidad la lleva a debatirse entre la necesidad de ser aceptada por los que la rodean y su innata capacidad para cuestionarlo todo.
Ávida lectora, maneja un vocabulario rimbombante y suelta frases tan intensas que podrían aparecer en cualquier taza de Mr. Wonderful, pero que en su boca no resultan cursis, sino inspiradoras. Porque la mirada de Anne es siempre valiente, alegre, estimulante y creativa. Y así, parlanchina y fantasiosa, es como revoluciona las vidas de Marilla (interpretada por Geraldine James, inolvidable en 'La joya de la corona') y Matthew Cuthbert, dos hermanos ya mayores que apenas esperan nada de la vida, solo el paso cambiante de las estaciones. Ellos, que habían solicitado un muchacho que les ayudara en las tareas de la granja, se sienten decepcionados cuando aparece Anne, una chiquilla enclenque. Y ahí es donde empieza su rebelión: «No tiene sentido que a las niñas no se les permita hacer trabajos de granja cuando las niñas pueden hacer cualquier cosa que un niño pueda hacer, y más».
Sí, esta versión es feminista. E inclusiva. Pero no se trata aquí con el mamarrachismo de 'Los Bridgerton', una serie donde hay más negros en la corte inglesa que novios africanos ha tenido Raquel Mosquera, donde suena Nirvana interpretado por un cuarteto de cuerda para contentar a cuarentones sin reparos y donde aparecen tíos buenorros enseñando cacha o en plan Míster Camisa Mojada, homenajeando a Colin Firth en la adaptación de la BBC de 1995 de 'Orgullo y Prejuicio'. No, el tratamiento del feminismo y de la libertad en la serie es una apuesta por el sentido común, el que nos dice que mujeres y hombres son iguales, el que dispone que todos tenemos derecho a ser diferentes y a ser aceptados como tales, el que determina que cada uno podemos elegir nuestro camino. Pero, sobre todo, 'Anne with an E' es una reivindicación del derecho a imaginar y a imaginarnos.
Con una fantasía desbordante y una ilusión imbatible, Anne recorre el tránsito de la infancia a la adolescencia con las dudas y las preocupaciones propias de la edad: el amor, las relaciones de pareja, la amistad. Y Marilla y Matthew pasan de la desilusión inicial a acompañarla en ese camino, a comprenderla y a amarla, como la aprenderán a querer los habitantes de Avonlea y todos aquellos que sigan sus aventuras. Crear uno de los personajes más inspiradores de la literatura universal es lo que han hecho los canadienses por nosotros. Y no me parece poco.
'Anne with an E' está disponible en Netflix.
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