Roman Polanski, el genio mantiene el pulso
PERFIL ·
Secciones
Servicios
Destacamos
PERFIL ·
Polémicas extracinematográficas aparte –aquí hablamos de cine sin entrar en jardines sensacionalistas, separando obra y vida personal en la medida de lo posible-, Roman Polanski, a sus 84 años, sigue en forma. El estreno de'Basada en hechos reales' lo confirma. Aunque no ... llegue a la altura de sus clásicos, este thriller psicológico de cuidado empaque, elegante y sugerente, vuelve a mostrar el interés del cineasta francés de origen polaco por el ejercicio de la creación en sí mismo.
Emmanuelle Seigner y Eva Green, dos actrices de bandera, protagonizan un guión co-escrito por el propio director y Olivier Assayas, a partir de la novela homónima de Delphine De Vigan. El realizador de la incomprendida 'Personal Shopper' colabora con el genio de 'El baile de los vampiros' y 'Repulsión' en un filme con puntos en común con 'Misery' que puede tacharse de título menor en la abultada filmografía de Polanski debido a su confuso tramo final.
Tiene enjundia pero no es, ni mucho menos, tan cautivadora como 'La Venus de las pieles' (2013), el anterior peldaño en su carrera, más profunda, emotiva y eficiente (con un dueto protagonista vigoroso, la propia Seigner y un fiera llamado Mathieu Amalric). Hay que reconocer que el listón de calidad en la trayectoria del artífice de filmes de cabecera como 'La semilla de diablo' o 'El quimérico inquilino' puede llegar a ser un lastre a la hora de disfrutar con sus propuestas más recientes.
Centrándonos en la última década del periplo creativo de Roman, nos quedamos con 'Un dios salvaje' (2011), donde se permitió el capricho de adaptar en tiempo real una obra teatral escrita por Yasmina Reza, aclamada por crítica y público. La pieza original obtuvo gran éxito en París, Londres y Broadway, tras su estreno en 2006, además de llevarse varios galardones en los prestigiosos premios Olivier y Tony de teatro. Polanski la convirtió en una película con un reparto entregado: Kate Winslet, Christoph Waltz, Jodie Foster y John C. Reilly.
Polanski trabajó codo con codo con Yasmina Reza para adaptar la pieza teatral al celuloide. Supo que la obra de teatro se podía trasladar a la gran pantalla tras verla sobre el escenario, dando pie a una película inquietante. Originalmente ambientada en París, la acción se adaptó a Brooklyn cuando se decidió representar en Broadway, en donde se estrenó en el 2009.
El realizador parisino decidió ambientarla en Nueva York y quiso ser fiel al tiempo real, tal y como estaba establecido el ritmo dramático en las tablas, creando así una cinta de 79 minutos donde todo se desarrolla sin interrupciones, en un único espacio. «Es un reto hacer una película en tiempo real, sin una sola elipsis», subrayaba durante la promoción. «Con un guión tan rápido e ingenioso, el público de todo el mundo se identificará con estos personajes». El oscarizado Christoph Waltz, en la cresta de la ola por aquel entonces gracias a su memorable intervención en 'Malditos bastardos', daba vida al hombre de la casa en un matrimonio que completaba la también oscarizada Kate Winslet.
Dos parejas se juntan después de que sus hijos se hayan peleado, una buena excusa para darle caña a la hipocresía que se esconde tras los buenos modales de muchas familias burguesas. Otra ganadora de un Oscar, Jodie Foster, y John C. Reilly, defendían el rol de la otra pareja en discordia. Evidentemente, en lugar de resolver el conflicto que les había congregado, se liaba parda. Afortunadamente, hay sentido del humor en el filme. El excepcional elenco es su punto más fuerte.
Winslet entró en 'Un dios salvaje' cuando era un proyecto, atraída por sus múltiples lecturas. «Es una ventana abierta a alguno de nuestros mundos», explicaba en rueda de prensa. «Trata dos temas tan complejos como la educación de los hijos y la rutina del matrimonio. Yasmina ha transformado el texto, convirtiéndolo en una comedia enriquecedora y didáctica para todo el mundo. Logra que seamos capaces de reírnos de nosotros mismos y de la torpe condición humana, ya que muestra experiencias que todos hemos vivido alguna vez, sin importar el idioma en el que se hable o de la procedencia de sus personajes o sus circunstancias personales».
Foster, por su parte, se dejó llevar por la base del libreto, por un aluvión de ideas sugerentes en manos de Polanski. «Aunque es satírica y extravagante en algunos aspectos, la relación entre los personajes tiene una base psicológica que es real, como la psicología familiar», señalaba al respecto. «El tapiz de la vida de las personas es lo que me parece más fascinante. La forma en que ellos interactúan, la forma en que se sacan de quicio, cómo se lanzan puñaladas, y no sólo en esta generación, sino también en las siguientes. Nuestras ideas sobre la moral ya establecida cuando en realidad todos somos muy primitivos. Todos llevamos un monstruo dentro y si asumiéramos esa responsabilidad, probablemente todo nos iría mucho mejor».
La protagonista de 'El silencio de los corderos' proseguía lúcida: «La tema de la moral es interesante. Cuatro personas están tratando de averiguar qué es lo correcto y si lo correcto es en realidad lo moralmente aceptado. A medida que pasa el tiempo, van sacando su verdadero yo, volviéndose más y más monstruosos, haciendo surgir un tono cómico. Todos ellos son gente agradable, adultos y con buena educación, pertenecientes a familias de clase media-alta, que viven en barrio burgueses. Todo hace pensar que todo va a ir muy bien, cuando de repente todo empieza a ir fatal».
Polanski rompió la pana en 2002 con 'El pianista', un éxito difícil de emular en los tiempos que corren, con lo cual no se complicó la vida con su siguiente apuesta y optó por afrontar una adaptación de 'Oliver Twist' (2005), tan bien rodada como poco arriesgada, antes de volver a buscar la taquilla y los laureles con la multipremiada 'El escritor' (2010), Oso de Plata al mejor director en Berlín, entre otros galardones.
Ewan McGregor y Pierce Brosnan protagonizaban una historia de suspense con aires de Hitchcock, visualmente impecable, como todo lo que firma Polanski. Después llegó 'Un dios salvaje', explorando las contradicciones éticas del ser humano. El humor inteligente siempre está presente de alguna manera en su obra, su interés por la intriga y los diálogos mordaces.
De la mano de 'Basada en hechos reales', su nueva película, reincide en la escritura como fuente de inspiración, como en 'La novena puerta' o 'El escritor', manejando roles protagonistas directamente relacionados con la literatura. El culpable de la inefable 'Chinatown' mantiene el pulso.
¿Ya eres suscriptor/a? Inicia sesión
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Carnero a Puente: «Antes atascaba Valladolid y ahora retrasa trenes y pierde vuelos»
El Norte de Castilla
Publicidad
Publicidad
Esta funcionalidad es exclusiva para suscriptores.
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.