Cuando el periodismo se cuenta en televisión
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El día a día de una redacción se ha contado desde la reivindicación, la crítica y la dignificación de la profesiónSe dice que la cotidianeidad de una redacción sólo le interesa a unos pocos. En concreto, a los que tienen, han tenido o han aspirado a un trabajo similiar. El ejemplo endogámico por excelencia es, desde hace unos años, 'The Newsroom'(HBO, 2012- ... 2014). Tal es así que las únicas críticas positivas procedían del sector, el mismo al que pertenecían los pocos espectadores que sobrevivieron hasta el final de su tercera temporada. Con permiso de Soorkin, no es lo mismo que lo dirija Steven Spielberg y lo protagonicen Tom Hanks y Meryl Streep. Así de entrada, gana unos cuantos adeptos. 'The Post' (traducida en España como 'Los archivos del Pentágono') es, en esencia, un alegato en favor de la libertad de expresión. Un tema que ya ha sido el eje de un puñado de series, de esas que, en muchos casos, no tuvieron audiencias millonarias.
Aaron Sorkin, amante de televisar discursos moralistas , ya había tocado la relación entre el poder y los medios de comunicación desde el punto de vista de la inolvidable C.J.Cregg (Allison Janney) en 'El ala oeste de la Casa Blanca' (1999-2006), antes de profundizar primero en el ámbito del entretenimiento políticamente mordaz de 'Studio 60' (2006-2007) y más tarde en la citada 'The Newsroom' (2012-2014). El mundo periodístico no le resultaba nuevo, ya lo había enfocado desde el prisma deportivo en 'Sports Night' (1198-2000). Pero su 'espina clavada' llegó con la idealización fantaseada en 'The Newsroom', más sobre el 'debería ser' que acerca del 'así es'. Soorkin llegó a reconocer que "me he equivocado, me gustaría empezar de nuevo" durante la promoción de la tercera temporada. Fue la última.
A pesar de los errores cometidos, para la historia de la televisión siempre quedará la escena inicial de Will McAvoy (Jeff Daniels) en una facultad de periodismo.
Por entonces lo profesional se imponía a lo sentimental como principal arco argumental. De haber sido al revés, estaríamos hablando de 'The Hour', la mini-serie de la BBC que nació -y murió- con la etiqueta de la 'Mad Med británica' y que contaba la puesta en marcha de los primeros informativos en televisión en los convulsos años previos a la guerra de Suez (1956). Más sexo y thriller que en (en la primera temporada) 'The Newsroom' pero con el sello de garantía de la televisión pública británica.
A este misma cadena pertenece la aclamada 'State of play' (2003) que, a pesar de tener como punto de partida un aesinato en el metro de Londres, trasluce un red de intereses del gobierno subyaciendo una crítica al poder desde el periódico 'The Herald', eje central de la serie. No es un mito, hay países cuyas televisiones públicas hacen 'ese' tipo de series incómodas para el poder. Véase la danesa 'Borgen'.
La británica no fue la única que utilizó la excusa de un asesinato para reflexionar sobre el estado de la cuestión. El monográfico de la quinta temporada de'The Wire' (2002-2008) giró en torno a los recortes presupuestarios en la redacción de 'Baltimore Sun', despidos y bajos salarios que dificultaban la excelencia en el ejercicio de la profesión. En este caso, con una trama de corrupción policial y política de fondo.
Lo que parece inaudito hoy en día, e igual de inaudito lo era hace tres década, es la interpelación de todo un vicepresidente del Gobierno a un personaje de ficción. Sucedió (en) con Murphy Brown (Candince Bergen). Al otro lado un indigando Dan Quayle (gobierno de George Bush) durante la campaña presidencial de 1992 que acabaría ganando Bill Clinton. ¿El motivo? La decisión de la periodista (repetimos, de ficción). de ser madre soltera.
Un repaso a la actualidad ya no es un 'repaso' sin el guiño a 'Los Simpson', reconvertidos a premonitorios cronistas de actualidad política internacional. Para dar las noticias, los muñecos amarillos tienen a Kent Brockman el (parcial) presentador de los (parciales) informativos. Suya es la frase "ahora, solo adiós. ¡Ah!, el Presidente fue arrestado por homicidio, los detalles mañana. Si le importa mucho cambien de canal". Fin de la cita.
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