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Tiene 60 años. Nadie lo diría. Lo ha hecho todo por Hollywood. Y Hollywood nunca ha hecho nada por él, nunca le ha regalado un Oscar. Eset año puede conseguirlo, pero no como actor, sino como productor de 'Top Gun: Maverick', secuela de la mítica película de 1986. Han pasado 36 años entre la original y esta y al popular intérprete apenas se le observan diferencias físicas. No fuma, no bebe, hace deporte y paga a los mejores cirujanos. Lo que sea por mantener la imagen de chico bueno que lo encumbró en los 80, que lo mantuvo en los 90 y que no ha desaparecido con el nuevo siglo.
1986
Cruise ya apuntaba maneras antes de 'Top Gun'. Había protagonizado películas juveniles exitosas y se había colado en el reparto de producciones de Francis Ford Coppola y Ridley Scott. Pero el primer taquillazo se lo dio 'Top Gun', de Tony Scott, en la que interpretaba a un rebelde aviador. Su pinta de no haber roto un plato, una banda sonora empalagosa (la canción «Take my breath away» de Berlin obtuvo un Oscar) y su química con Kelly McGillis obraron el milagro. El filme había costado 15 millones y recaudó más de 350. Cruise había dado un golpe sobre la mesa y se había prometido que nadie iba a olvidar su cara bonita. Y así fue.
1988
Tom Cruise se sabía deseado y había decidido explotar ese perfil a toda costa. Ya se había casado con Mimi Rogers y había empezado a coquetear con la cienciología, pero nada de eso importaba mientras fuese capaz de mover con tanto estilo una coctelera y de cantar mientras lo hacía. La película sobre un estudiante de empresariales que empieza como camarero de un bar y acaba convirtiéndose en un jefazo de la hostelería recibió críticas poco positivas, pero una buena respuesta del público, que es lo que siempre le ha importado a Cruise.
1989
Además de ser reconocido por el público Cruise necesitaba contar con el beneplácito de la crítica. Había protagonizado 'Rain Man' con Dustin Hoffman, pero este se había llevado todos los honores y halagos. El papel que le ofreció Oliver Stone sobre un combatiente de Vietnam tenía todas las papeletas para ganar un premio. Cruise, para interpretarlo, modificó su imagen y dejó atrás su habitual 'look'. Quería un Oscar como fuese. La Academia lo nominó como mejor actor pero no llegó a dárselo. Es algo que después ha sucedido más veces y que ha ido marcando su carrera. Se dejó pelo largo y bigote para que los espectadores se olvidaran de que un día fue piloto.
1994
Otro intento más de demostrar su versatilidad, esta vez a cuenta de la novela de Anne Rice. Aunque en esta ocasión se lo pusieron difícil por todas partes, empezando por la propia escritora que se revolvió al conocer la elección de actor para encarnar al vampiro Lestat, aunque más tarde tuvo que desdecirse al ver su interpretación. Cruise buscaba otra cara, ambigua y controvertida, dos calificativos con los que normalmente no se ha relacionado bien y con los que ha lidiado de manera beligerante.
1996
Cruise recuperó su aspecto pulcro para esta película de Cameron Crowe sobre un representante de deportistas que un momento dado de su vida se da cuenta de que el dinero no lo es todo. ¿Ah no? No, no a cualquier costa. Había vuelto el Cruise que conocíamos, el marido ideal, el hijo ideal, el yerno ideal, para dar vida al agente que debe empezar de cero y se esfuerza en un chaval con problemas de sociabilidad al que consigue encarrilar. El papel le supuso otra nominación al Oscar que no consiguió y que se le resisitó también tres años después con 'Magnolia', otra rareza en su filmografía.
1999
Se embarcó en el último proyecto de Stanley Kubrick junto a la que por entonces era su esposa, Nicole Kidman, para realizar en pantalla una disección de la pareja. El rodaje estuvo rodeado de todo tipo de rumores que Cruise encajó con su rostro impertérrito. Dos años después los dos actores se divorciaron y todo el mundo lo relacionó con lo que había sucedido en aquel filme. No era la primera vez que ambos trabajaban juntos (lo hicieron en 'Días de trueno' y 'Un horizonte muy lejano') pero nunca en un proyecto con esa implicación.
2002
Primero fue 'Misión Imposible' (2000), que lo consagró como un héroe de acción en una saga que continúa acumulando secuelas. Después llegaron otras como 'Minority Report', que confirmaron la excelente forma física de Cruise y sus buenas cualidades para las cintas trepidantes como esta que se desarrolla en 2054. En ella interpreta al jefe de un departamento de policía especializado, conocido como PreCrimen, que se encarga de detener a delincuentes basándose en el conocimiento previo. Fue la primera reunión entre dos totems de Hollywood, Cruise y Spielberg.
2008
No ha estado acostumbrado Cruise a convivir con el fracaso y, sin embargo, ha tenido que lidiar con unos cuantos, como este thriller emplazado en la II Guerra Mundial en el que el actor encarna a un coronel que, junto a otros militares y políticos alemanes, planea acabar con la vida de Hitler. Las críticas fueron tibias con este proyecto que se estrelló en taquilla. A Cruise no se le torció el gesto y siguió intentándolo hasta dar de nuevo con la fórmula del éxito.
2013
Una rareza con la que Cruise quiso ponerse en órbita de nuevo después de que su magia se hubiese apagado en los últimos años. Ya no era el niño bonito por el que Hollywood suspiraba. Pero nunca ha dejado de intentar recuperar ese título. Con este filme de ciencia ficción, en el que da vida a un excomandante de la NASA en un planeta prácticamente destruido por la radiación de las armas nucleares.
2022
Volvió a dirigir una avioneta. Volvió a protagonizar una cinta taquillera. Volvió a demostrar que es un talismán del cine comercial. Lo dio todo para que esta inesperada secuela de 'Top Gun' funcionase, incluso rodando secuencias de riesgo, algo que no es extraño en su filmografía. Maverick había vuelto por la puerta grande y ahora Hollywood le premia con una nueva nominación a los Oscar, esta vez en la categoría de mejor película, aunque enfrente tiene pesos pesados que vencer. Lo hará con una cara que encaja derrotas sin arrugarse y en la que apenas se vislumbra el paso del tiempo.
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Alfonso Torices (texto) | Madrid y Clara Privé (gráficos) | Santander
Sergio Martínez | Logroño
Sara I. Belled, Clara Privé y Lourdes Pérez
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