Saura, quinqui
Crítica de televisión ·
La Berlinale también reivindicaba esta semana un subgénero netamente español con la proyección de la versión restaurada de 'Deprisa, deprisa'Secciones
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La Berlinale también reivindicaba esta semana un subgénero netamente español con la proyección de la versión restaurada de 'Deprisa, deprisa'«Igual que Tarantino recupera el spaghetti western, algún director español debería reivindicar el cine quinqui». La frase pertenece a Borja Cobeaga y se escucha en 'Navajeros, censores y nuevos realizadores', un documental presentado hace unos años en el Festival de Málaga. Otro certamen, la ... Berlinale, también reivindicaba esta semana un subgénero netamente español con la proyección de la versión restaurada de 'Deprisa, deprisa'.
Carlos Saura logró el Oso de Oro en 1981 con una crónica urgente de lo que ocurría en el extrarradio de las grandes ciudades españolas (por cierto, la estatuilla sirvió durante años de tope para las ventanas de su estudio en su casa de Collado Mediano). El director abandonaba las metáforas y el cine críptico para abrazar el realismo social.
Tras años de censura, el malditismo lumpen sació el hambre de transgresión del público de la época. El tratamiento de las drogas y el sexo era crudo y novedoso. Los actores no profesionales casi se interpretaban a sí mismos. Saltaban del Fotogramas a las páginas de sucesos e iban cayendo por la droga o su carrera criminal. Así, Juan Antonio Valdelomar, protagonista de 'Deprisa, deprisa', fue detenido por atraco a mano armada poco antes del estreno. Murió en Carabanchel a los 34 años de una sobredosis de heroína.
Suena 'Me quedo contigo' de Los Chunguitos y los trompos de los Seat 124 nos remiten a un país muy distinto al actual. Qué sagaz era Saura, que supo ver la poética de los descampados mucho más allá del morbo inmediato. De 'Perros callejeros' en 1975 a 'La estanquera de Vallecas', en 1987, el cine español construyó mitos basados en el erotismo, la libertad y la rebeldía, que provocaban admiración y repulsa al mismo tiempo. Su herencia estética se puede detectar hoy en algunos raperos.
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