Richard Harris

Ya no hay estrellas como el protagonista de 'El ingenuo salvaje', 'Rebelión a bordo', 'Camelot', 'Un hombre llamado Caballo', 'Sin perdón' y 'Gladiator', a quien los más jóvenes conocen como el Albus Dumbledore de la saga Harry Potter. Un irlandés juerguista y bebedor, que bajaba a por tabaco y volvía ocho días después. Un golfo sin control, que durante el rodaje de 'Cromwell' recorría Europa en su jet privado visitando bares y prostíbulos con sus amigotes en una borrachera sin fin. Triunfó como estrella de la canción interpretando baladas, fracasó como activista político en la cuestión irlandesa y aceptó decenas de malas películas con tal de pagarse las adicciones y el tren de vida.

Fallecido en 2002 a los 72 años, Richard Harris fue generoso con sus amigos, un maestro para actores como Russell Crowe y un incordio para directores incapaces de domar su genio, tal como le pasó a Jim Sheridan en la maravillosa 'El prado', la película que reflotó la carrera del actor en 1990.

El documental sobre su figura regresa a la suite del Savoy, vuelve a arrancar el Rolls y desempolva sus efectos personales, conservados en un almacén, entre ellos libretas con poemas de un artista al que consideraban inglés cuando ganaba premios e irlandés cuando le arrestaban en una pelea de pub.