'Separación' y 'Twin Peaks'

La producción que protagoniza Adam Scott destaca por la crítica a las condiciones laborales que imperan en el mundo actual, por su cuidada forma visual, y por los riesgos narrativos que toma, en los giros de guion y en cómo los plasma. Este fin de semana podemos homenajear a David Lynch de muchas maneras. Volviendo a ver sus principales películas, por ejemplo. Aunque haya algunas, como 'Carretera perdida' o 'Cabeza borradora', que no se encuentran en ninguna plataforma. Otra buena manera de recordar al maestro es disfrutando del documental sobre su figura que estrena Movistar, con entrevistas a Laura Dern, Kyle MacLachlan e Isabella Rossellini, entre otros.

Pero el mejor tributo es descubrir 'Separación' (o volver a ella). Son muchas las series que en este siglo han bebido de 'Twin Peaks'. La más reciente es esta. Posiblemente uno de los momentos más comentados de la primera parte fue la fiesta de máscaras en la que participan los trabajadores, que bien podría haberse celebrado tras la cortina roja de terciopelo en la que se citaban los fantasmas de Laura Palmer. La serie de Apple está repleta de secuencias oníricas e hipnóticas de las que Lynch estaría orgulloso. Él demostró en los 90 que se puede ir más allá en la televisión y unos cuantos creadores han seguido su estela.