'Jessica Jones', ahora sí es una serie de detectives

¿Cómo era tu vida en el 'binge-watching' de 'Jessica Jones' del ya lejano 20 de noviembre de 2015? (Obviemos deliberadamente'The Defenders' como buenos seriéfilos). En la serie no han pasado tantas cosas desde entonces. De hecho, ha vuelto prácticamente desde el minuto posterior a donde concluyó. La acción arranca en el despacho de la protagonista, muchos casos donde elegir gracias la fama sobrevenida y la aparición de un sinfín de personajes cuyas tramas, en un primer momento, no queda claro si llegarán a algún puerto o son recursos narrativos de relleno.

A los que repiten -la poderosa abogada Jeri Hgarth (Carrie Anne-Moss) y el 'becario' Malcolm Ducasse (Eka Darville)- se suman el nuevo conserje Oscar (J.R.Ramírez), el dective rival Pryce Cheng (Terry Chen) y el productor acosador Max Tatum (James McCaffrey). Y por supuesto, la ascencida a co-protagonista Trish Walker (Rachel Taylor) que no solo mantiene a su lado a Will Simpson (Wil Traval) sino también a su madre, Dorothy Walker (Rebeca De Mornay).

Los amantes de un trama 'superpoderosa, superheroica y con supervillano a la altura del difícilmente reemplazable (Kilgrave)' dirán de la segunda temporada que apesta. Los que amantes del género detectivesco con un punto bruto, bienvenidos. Porque, ¿qué debería ser 'Jessica Jones'? Vista la nueva tanda de 13 episodios, ¿estamos ante una serie de héroes al uso o algo más metafísico-reflexivo donde la ciencia se pone al servicio de la creación de un ejército de asesinos en potencia con taras psicológicas y adictos a las drogas o el alcohol? Para unos y para otros, un lugar común donde todos asienten: ¡Gracias guionistas por no reincorporar al lastre interpretativo deLuke Cage.!

La trama que nos ocupa gira casi monográficamente sobre IGH, el lugar donde ingresaron a Jessica Jones hace 17 años, la revivieron tras la muerte de su familia en una accidente de coche y le 'implantaron' poderes. Y con todo ello, la reflexión sobre la experimentación humana. Parecía de cajon que, con este argumento de libro, un capítulo estaría dedicado a los 'flashback' que (¡oh sorpresa!) justifican los actos y pautas de comportamiento presentes.

Se hace de rogar, no llega hasta el séptimo capítulo, aunque va dejando migas y conexiones abiertas que deberían cerrarse con un atisbo de esperanza acerca de el futuro siempre puede ser mejor. Incluso feliz, como parecía serlo la ahora permanentemente malhumorada Jessica Jones antes de ser moldeada por Kilgrave.

Krysten Ritter y David Tennant fueron antagónicos en la ficción pero rindieron como un auténtico 'dream team' intepretativo. ¡Ese malvado Kilgrave que tanto se echa de menos! Sin ánimo de hacer spoiler, el la vuelta del villano se producirá en tiempo pasado, presente o futuro.

Aquel vis a vis que monopolizó la trama de la primera temporada se reconvierte, ahora, en una amistad tóxica. La de Jessica Jones con Trish Walker (Racher Taylor), elevada a (casi) protagonista de la segunda temporada. Un personaje cómplice con dosis de 'villano soft' entendido como aquel que por echar una mano acaba provocando daños colaterales. Una 'metomentodo' de toda la vida.

Pero quien a estas alturas ya es díficil no imaginarse con ese rostro, gestos y la pecular forma de caminar es a Krysten Ritter. Ahora incorpora más carga interpretativa escarbando en su oscuro pasado. Ese mismo del que su personaje dice en tercera persona que «todos lo tienen, solo hay que saber donde mirar».

Pues miremos, miremos, que tenemos entretenimiento para rato.

La segunda temporada completa de 'Jessica Jones' está disponible en Netflix desde el 8 de marzo de 2018