'Hacerse mayor y otros problemas', una comedia sin alma

No hay nada más triste que una comedia sin gracia. 'Hacerse mayor y otras problemas' carece de chispa en el retrato de unos personajes con los que resulta imposible empatizar por tópicos y sin alma. No existe el 'timing' en secuencias que pretenden ser gags -el robo en el supermercado, el parto en el hospital- y que desfallecen ante la falta de ingenio y complicidad.

Ni siquiera la aparición de Vito Sanz, un 'galán' asociado al cine de Jonás Trueba, logra que levante el vuelo un filme en el que sus actores hacen lo que pueden con bosquejos de personajes.

Clara Martínez-Lázaro rodó su ópera prima sin subvenciones ni una televisión detrás, consiguiendo la financiación gracias al micromecenazgo. La aparición de veteranas estrellas de la comedia patria como Antonio Resines y Verónica Forqué tampoco ayuda a que levante el vuelo un vodevil anémico con envoltorio 'indie' y la coartada generacional del vértigo ante la maternidad.