'Eugenio', la risa triste
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El gran cómico español del siglo XX, siempre de negro, cigarro y cubata en mano, ya tiene su biopic dirigido por Jordi Rovira y Xavier BaigSecciones
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El gran cómico español del siglo XX, siempre de negro, cigarro y cubata en mano, ya tiene su biopic dirigido por Jordi Rovira y Xavier BaigLos monologuistas se han convertido en las nuevas estrellas del rock, solo hay que ver su predicamento en internet. Ídolos a su pesar, según reclama el grueso de una profesión cuyo auge no cesa, el lado melancólico de aquellos que se dedican a hacer reír ... a los demás es un tema recurrente en el cine, ahí están 'El rey de la comedia' o 'Muertos de risa'.
Las visitas al psicólogo suelen ir unidas a todo artista que espera la aprobación de los demás mediante el aplauso. El oficio de actor y la autoestima no se llevan necesriamente bien. Si además, en tu día a día, la depresión no te suelta del cuello, chocando con tu lado desvergonzado y gamberro sobre el escenario o frente a las cámaras, el resultado es una bomba de relojería.
El documental 'Jim and Andy', sobre el rodaje de 'Man on the Moon', otro título indispensable sobre las dificultades psicológicas de ser un payaso frente a los demás, dejaba claro cómo el hecho de entregarte a tu público puede hacer explotar tu cabeza si tu alma está rota, o viceversa. Jim Carrey encarnaba al cómico Andy Kaufman, un genial transgresor cuyo humor no dejaba a nadie indiferente: boicoteaba programas de televisión y lanzaba exabruptos sin venir a cuento.
Traspasaba con originalidad los límites del buen gusto y la corrección política, con un precio a pagar por agitar las conciencias de los bien pensantes. Su vida no fue un camino de rosas, como deja latente la notable película de Milos Forman. No es el único humorista con problemas existenciales a lo largo de la historia del medio audiovisual, extensible a los presentadores de programa infantiles (que se lo pregunten a Pee-wee Herman o Leticia Savater).
Aprovechando la fiebre por los documentales y biopics -la naturaleza curiosa de la raza humana es lo que tiene-, además de la proliferación de monólogos online, tanto en plataformas de pago como en abierto, es de recibo mentar el éxito explosivo de 'Eugenio', una pieza dirigida por Jordi Rovira y Xavier Baig, estrenada mundialmente en la reciente edición del DocsBarcelona, que se ha convertido en menos de una semana en el documental más exitoso del año en Filmin, cuya oferta en streaming premia especialmente en cine independiente y de autor, con buenas críticas.
Eugeni Jofra i Bafalluy (1941-2001), nacido en Barcelona en el seno de una familia humilde, conocido artísticamente como Eugenio, un tipo bravucón con pronunciado acento catalán, con barba y gafas oscuras, siempre vestido de negro, es el protagonista de una propuesta que explora las hazañas de un hombre que, según dicen, «hizo reír a mucha gente pero murió de pena».
Su mítica frase «¿saben aquel que diu…», con la que empezaba cada show, una coletilla inmortal que pronunciaba antes de los chistes que daban pie a silencios gloriosos, marca de la casa junto al cubata y el cigarrillo en la mano, ha pasado a la memoria sentimental de varias generaciones que escuchaban su peculiar verborrea en cintas de casete. Se vendieron cientos de miles de unidades y sus actuaciones en directo, donde el humo se apoderaba de la sala, se extendieron por toda la península con un éxito arrollador, lo que le llevó a cobrar copiosos caches por gala -dicen que medio millón de la época, con 150 fechas al año- que le empujaron a una vida de excesos, dada su tendencia a la depresión.
Eugenio fue uno de los grandes cómicos españoles del siglo XX. El documental rendido a su vida y milagros comienza con sus inicios musicales junto a su primera esposa, Conchita, con la que formó el dúo Els Dos, cuando funcionaba la Nova Cançó. Grabaron varios singles con Belter y estuvieron a punto de presentarse a Eurovisión en el año de Julio Iglesias, lo que quizás hubiese cambiado por completo la trayectoria del célebre artista. La pronta muerte de su mujer le sumió en una angustia vital de la que no supo librarse. Las adicciones hicieron acto de presencia en su existencia a modo de erróneo calmante.
A pesar de no salir del pozo, no dejó de entretener al público con su particular sentido del humor, muy popular en los años 80. Convirtió contar chistes en un arte, tal y como deja claro la película disponible previo pago en Filmin, cuyo catálogo aprovechamos para elogiar.
'Eugenio' también recoge, dos décadas después de la muerte del artista por enfermedad, el testimonio de familiares y personas clave en su carrera, además de diversos profesionales cuyas palabras definen un carácter tendente a la autodestrucción incapaz de aceptar la popularidad y el viento en contra. Mientras le llovían los aplausos en cada espectáculo, se consumía en su día a día fuera de las tablas.
Xavier Baig y Jordi Rovira tiran de archivo fotográfico y videos caseros, además del amplio material disponible de sus numerosas actuaciones en televisión, incluyendo el afamado 'Un, dos, tres...', para abordar las vivencias de un artista aficionado a quemar la noche que también actúo por toda Latinoamérica y hasta protagonizó una película olvidable con José Luis López Vázquez: 'Un genio en apuros' (Lluís Josep Comerón, 1983). El documental cumple con ritmo con la biografía. Como espectador somos testigos de la vida y obra de una personalidad inigualable, sin miedo a mostrar su lado oscuro.
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