'El rascacielos', ¿la 'Jungla de cristal' del siglo XXI?

Si en el agitado thriller clásico de Bruce Willis, dirigido magistralmente por John McTiernan, había una historia con cierto peso de fondo, una reconciliación sentimental, además de ofrecer tensión y buenas escenas de acción aderezadas con un peculiar sentido del humor, en lo último de The Rock, apelativo que ya no le gusta tanto -aunque la hija del actor parece querer seguir los pasos de su ancestro como luchadora en la WWE-, la defensa del núcleo familiar desde un punto de vista paternofilial es la base fundamental de un filme de argumento manido construido al servicio de las grandilocuentes secuencias de cine de catástrofes. Un edificio gigantesco es el escenario perfecto para el espectáculo cuando la destrucción evidente y el supuesto suspense hacen acto de presencia.

Rawson Marshall Thurber es el alma máter detrás de 'El rascacielos'. Firma el guión y la dirección. Teniendo en cuenta que en su filmografía lucen películas nada imprescindibles en la historia del séptimo arte como 'Un espía y medio' o 'Somos los Miller', no es difícil imaginar que estamos ante un producto de fácil digestión, disparatado por momentos, que busca ser degustado con el chip mental adecuado.

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Escapismo en alto grado, ideal para la época estival como adelantábamos. Johnson es un veterano de guerra, ex líder del Equipo de Rescate de Rehenes del FBI, encargado de supervisar la seguridad de grandes edificios. De la noche a la mañana se ve involucrado en el incendio del rascacielos más alto del planeta y su familia está en peligro.

'El coloso en llamas' se encuentra con 'La jungla de cristal', una suerte de montaña rusa para el espectador que puede disfrutar del show en formato estereoscópico para desconectar mejor. Lluvia de palomitas con guiños al cine de acción de los 90, más edulcorado en su fondo y visiblemente hormonado en su forma.