'Las estrellas de cine no mueren en Liverpool', yo amé a Gloria Grahame
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Annette Bening se luce en la piel de la mujer fatal del Hollywood dorado, que terminó sus días al cuidado de un joven actor en un barrio obrero de LiverpoolSin ser una película redonda, 'Las estrellas de cine no mueren en Liverpool' despierta simpatías desde su mismo título, tomado de las memorias del actor británico Peter Turner. No es usual ver en el cine una pareja como la formada por Jamie ... Bell, 32 años, y Annette Bening, de 59.
Aquel chaval de 'Billy Elliot' es hoy un atractivo joven; la seductora marquesa de 'Merteuil de 'Valmont' es una mujer madura que podría encarnar perfectamente a la Mrs. Robinson de 'El graduado'. Pero el filme de Paul McGuigan no va de seductoras de jovencitos, sino que recupera un episodio poco conocido en la biografía de Gloria Grahame, la estrella del Hollywood dorado encasillada en roles de mujer fatal.
A Grahame le gustaban los hombres mucho más jóvenes que ella. Quizá por esa libertad con la que afrontó su vida sentimental terminó sus días en giras de teatro por Europa, sin gozar de una jubilación dorada en Los Ángeles. Peter Turner fue su último amante. Gozó con ella noches gloriosas en Manhattan, pero también los malos tiempos de la enfermedad y el olvido en Liverpool.
La ganadora de un Oscar por su papel en 'Cautivos del mal' acabó así languideciendo en la casa de los padres del actor, la típica vivienda británica en un barrio obrero. El último sitio donde uno espera encontrar a una estrella del Hollywood clásico.
Bening se luce en un papel que bascula entre el glamour y el patetismo. Hay mucho amor al cine en esta película, que recupera imágenes de las películas de la diva y hasta la ceremonia de los Oscar que la encumbró. Sin embargo, el tono es tan crepuscular que en vez de emoción acaba inundando de tristeza a un espectador que ya anticipa el final. La nominación al Oscar a Annette Bening, eso sí, no hay quien se la quite.
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