'El corredor del laberinto: la cura mortal', el final de una trilogía teenager

En este nuevo capítulo repite su director, el otrora debutante Wes Ball, que no se defendió mal en su ópera prima, el inicio de la trilogía, máxime teniendo en cuenta el material que tuvo que convertir en imagen real. Con 'El corredor del laberinto: La cura mortal' confirma sentirse cómodo cerrando un ciclo con más ajetreo que nunca.

Resultaba entretenida en su inicio esta historia de supervivencia que proseguía en el exterior tras la fuga del laberinto. El pistoletazo de salida de 'El corredor del laberinto' giraba en torno a la claustrofobia. En su segundo episodio los protagonistas se abrían al mundo observando un gigantesco desierto de dunas de arena que básicamente estaba engullendo por completo a la Tierra. Desenmascarar a C.R.U.E.L. (Catástrofe y Ruina Universal: Experimento Letal), una organización tan poderosa como enigmática, se convirtió en un objetivo que continúa y concluye en un filme de entretenimiento rendido a la épica adolescente.

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El televisivo Dylan O´Brien ('Teen Wolf') repite papel como líder de los Clarianos, el grupo de jóvenes fugitivos víctimas de un experimento infame en manos de una organización que borró sus recuerdos y los encerró a todos en el Laberinto, del que escaparon tras múltiples proezas. Esta vez su personaje finiquita su transición de niño a hombre, concentrándose en buscar una cura para la epidemia que asola a la humanidad.

'El corredor del laberinto: La cura mortal' ofrece más acción que sus predecesoras, a buen ritmo, aunque pierde capacidad de sorpresa y se mueve por el terreno de los convencional. Efectiva en su género.