![Un fotograma de 'Trolls 2: gira mundial'.](https://s1.ppllstatics.com/larioja/www/multimedia/202010/22/media/cortadas/trolls-03-kAYG-U1205419099192GI-624x385@RC.jpg)
'Trolls 2: gira mundial', karaoke y purpurina
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El estreno que nos ocupa es puro colorido, alegría de vivir, con la armonía de un arco iris, y muy disfrutableExisten varios tipos de trolls, los de ficción popularizados por el éxito de 'El Señor de los Anillos', mocosos con muy malas pulgas y enorme tamaño, aficionados a romper cosas y zamparse hobbits; los que se dedican en la vida virtual a molestar a los demás ejerciendo su derecho al anonimato desde las redes sociales -de los políticos, no hablamos-; y los protagonistas de uno de los estrenos de este fin de semana, criaturas peludas de colores que derrochan felicidad. 'Trolls 2: gira mundial' es la segunda entrega de una saga que parte de un fenómeno de ventas en las tiendas de juguetes que se inició en 1959, cuando el pescador y leñador danés Thomas Dam, sin un clavo en el bolsillo, decidió tallar en madera un muñeco para regalárselo a su hija por Navidad. En aquel entonces no se le pasó por la cabeza que algo así triunfase a nivel mundial, recaudando pingües beneficios en los años 60. Los Trolls, convertidos en una franquicia de animación, resurgieron en los 90, como toda moda que va y viene. Es difícil no haberse topado con una de estas piezas, iconos de la cultura popular, en forma de llavero o similar. Escandinavia tiene la culpa, el folclore, la imaginación y el merchandising.
'Trolls 2' no tiene nada que ver con 'Troll 2', la cinta homónima de serie Z, de absoluto culto entre los amantes de la caspa cinematográfica, un despropósito que deviene una grandiosa oda al humor involuntario que cabe citar por exponer sobre la mesa dos propuestas completamente opuestas. El estreno que nos ocupa es puro colorido, alegría de vivir, con la armonía de un arco iris, cascadas de purpurina frente al cutrerío del filme italiano, donde la hemoglobina y los fluidos viscosos campan a sus anchas. El yin y el yang. La cara y cruz del entretenimiento. ¿Es posible pasarlo bien con ambas propuestas? Por supuesto. Es la magia del cine. Con el chip mental adecuado, la nueva producción animada de DreamWorks Animation es un espectáculo visual disfrutable, una película pizpireta, como su antecesora, que cuenta con la voces de Anna Kendrick y Justin Timberlake en su versión original. Sus imágenes reflejan el mundo de peluche estridente y brillantes telas estampadas en el que habitan estos seres multicolor de pelos impagables que se ven obligados a salir de su hábitat para emprender una impredecible aventura, una misión épica que presume de banda sonora y va dirigida a contentar al público familiar en general y al infantil en particular.
A punto ha estado 'Trolls 2: gira mundial' de estrenarse directamente en streaming en nuestras fronteras, porque ya lo hizo así en EE UU, donde recaudó cerca de 100 millones de dólares en tres semanas, a un precio de 19,99 dólares por 48 horas de alquiler, una cantidad superior a los beneficios de la primera entrega tras casi medio año en cartel. Psicodélica y visualmente imaginativa, contemplarla en pantalla grande con los más pequeños se antoja la vía adecuada. El cuento comienza con una fluroescente fiesta de tecnotrolls donde suena Daft Punk. La música se para de golpe cuando hacen acto de presencia, a ritmo de Scorpions, los trolls amantes del hard rock. Emulando a las huestes del villano de la última de Mad Max, guitarra afilada en mano, pretenden reunir las seis cuerdas mágicas musicales -clásica, rock, pop, country, funk y tecno- para que toda criatura danzarina sobre el lugar baile al mismo son. Los pop trolls cantan 'Trolls wanda have fun', cover de Cindy Lauper con la letra tuneada, pero su felicidad se verá truncada por una atronadora amenaza. Una vez aceptada la caricatura que se realiza a los aficionados al heavy -los malotes siempre visten de negro, como la tuna de Marilyn Manson- y otras variantes sonoras (K-pop, reggaeton, jazz...), el disfrute está garantizado. Además, el show viene acompañado por un recado moral nada molesto, la convivencia equilibrada, la diversidad y la aceptación de la diferencia.
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