La tragedia vital de Edurne Pasaban inspira 'La cima'

El filme del bilbaíno Ibon Cormenzana, a competición en Málaga y en los cines desde este viernes, presenta a Ione, una alpinista de élite que es una leyenda entre los amantes de la montaña. Pero tras siete años alcanzando la cumbre de los 14 ochomiles del planeta siente que se ha quedado sin objetivos vitales. Incapaz de enfrentarse a la civilización, vive en pleno invierno en una cabaña en el campamento base del Annapurna, a 3.000 metros de altura, sin más compañía que su perra Lurra. Hasta ahí llega un escalador aficionado (Javier Rey, el protagonista de 'Fariña') dispuesto a ascender a cualquier precio los 8.091 metros de la que está considerada como la montaña más peligrosa del planeta.

«Edurne Pasaban ha hablado mucho de su enfermedad, de esa otra cara del éxito de la que nunca hablamos», cuenta Patricia López Arnáiz. «El deporte y el arte comparten que los focos solo apuntan al glamour y el éxito, en su caso tocar el cielo al ser la primer mujer en completar los 14 ochomiles. Pero muchos de esos triunfadores también han sufrido mucho y han sido muy infelices. Cuando Edurne volvía de la montaña no encontraba su lugar. Veía que sus amigas habían seguido con su vida y formado una familia. Ella tenía que regresar a la montaña para encontrarse a sí misma, para recobrar su identidad».

'La cima' arranca en la playa Salvaje de Sopela con el personaje de Javier Rey entrenándose a conciencia para enfrentarse al Annapurna. Sin embargo, el triatlón de poco le servirá en las nieves de la cordillera del Himalaya, donde a las primeras de cambio cae por un precipicio y es rescatado de una muerte segura por esta mujer arisca y callada, que quiere estar sola a toda costa. El guion de Nerea Castro también reserva un trauma para el protagonista masculino en una cinta de aventuras que apuesta por el drama en vez de la épica y la visión romántica de la montaña.

«Es ante todo una historia de superación personal, porque los valores del mundo del alpinismo son aplicables al día al día: el compañerismo, el matar el ego, la ilusión por cumplir retos que hace que nos sintamos más vivos y nos convirtamos en niños, la autoestima y vivir de forma simple, en armonía con la naturaleza», enumera Ibon Cormenzana, que reconoce haber salido de un trauma en el pasado gracias a que alguien le recomendó correr por la montaña. 'La cima' se rodó en el Pirineo oscense y francés, con el equipo sufriendo los rigores de la nieve y temperaturas de 17 grados bajo cero. La pandemia impidió que una segunda unidad viajara al Annapurna, aunque la cumbre nepalí ha quedado integrada en las imágenes gracias a la magia de los efectos digitales. Kílian Jornet asesoró a los actores sobre cómo respirar a 7.000 metros o inyectar dexametasona en la estrechez de una tienda de campaña.

«Yo vivo en un pueblo de montaña, pero no paso de subir al Aitzgorri y al Gorbea», reconoce Patricia López Arnáiz, quien admite que «algo te pasa arriba» cuando llegas «con el corazón en la boca» después de ascender una pared de hielo con piolets y crampones. La actriz no ha llegado a conocer en persona a Edurne Pasabán «porque es una inspiración, en la película no contamos su vida». «Es muy difícil entender por qué alguien se expone a la muerte, pero sí puedes comprender que después es muy difícil tener una experiencia similar en la vida cotidiana. Ione ha perseguido un objetivo y después le llega el vacío, un sinsentido vital. Siempre digo que su primera cima es el último plano de la película».