'The Marvels', el esfuerzo inane de Marvel

El brazo audiovisual de Marvel ha perdido fuerza en su pulso por controlar la industria del entretenimiento y una de las razones de cierta falta de confianza por parte de su audiencia potencial es haberse tropezado con el mismo escollo que el mundo del cómic. El género de superhéroes se mantiene entre lo más vendido si hablamos de tebeos, pero las suculentas ventas de antaño son una ilusión desde los años 90. Hay colecciones que no levantan cabeza. Se cierran algunas cabeceras, se abren otras, se cruzan personajes, se inventan eventos, se reinician ideas y maquean nombres icónicos para las nuevas generaciones, para empezar de cero buscando un público que quizás nunca llegue…

En este maremágnum de héroes de papel, con aventuras que se fusionan, arcos argumentales que se tocan y guiños aquí y allá a los eruditos, cuesta enterarse del caleidoscópico show si acabas de llegar o no tienes tiempo para actualizarte con tanta oferta en streaming. El embrollo de las viñetas, con tanto título publicado mensualmente, ha contagiado al cine y las series. Es difícil no hacerse un lío y disfrutar del espectáculo si nos falta información. Con el multiverso se han abierto muchas puertas y el público no quiere atravesarlas todas. La simpleza de aquel 'Iron Man' que lo cambió todo se ha quedado atrás. La primera película de Los Vengadores ya tiene más de una década. Con tanta dimensión que explorar, el espectador medio se desespera si no maneja todas las fichas del puzzle con relativa comodidad. A la espera de que 'Secret Wars' arregle presuntamente el desaguisado, con la excusa de recuperar algunos roles desaparecidos que contaban con millones de fans, 'The Marvels' enfatiza el problema, un caos narrativo de agridulce digestión, especialmente si no eres un experto en la historia del Universo Marvel. No es el torniquete ideal para aliviar la hemorragia.

Para degustar mejor 'The Marvels' conviene haberse visto antes, por lo menos, 'Capitana Marvel' y las series 'Bruja Escarlata y Vision' y 'Ms. Marvel', sobre todo esta última para entender mejor la relación entre algunospersonajes que se mueven en el tablero. La lectura se enriquece teniendo más claves, de lo contrario se antoja una aventura espacial sin más, un entretenimiento simplón, cuya acción no destaca visualmente frente a otras producciones similares. Las tres protagonistas se comportan como Power Rangers y nos enteramos mejor de lo que pasa, y tiene que hacer cada cual en un determinado momento, porque lo verbalizan los propios personajes. El tono de comedia, algo frío, deja clara la ligereza de la propuesta, cuya ajustada duración supone una ventaja frente a anteriores propuestas del UCM. No es mala, pero tampoco buena, y lo peor que le puede pasar a una película de Marvel a estas alturas es que genere indiferencia. Sin épica, no hay emoción.

El trío de actrices protagónico funciona, subrayan el empoderamiento y la sororidad sin estridencias, con un claro mensaje: la unión hace la fuerza. El planteamiento y parte del nudo van a un ritmo envidiable, hasta que Carol Danvers, Kamala Khan y Monica Rambeau aterrizan en un planeta donde hablan cantando, como si los lugareños estuviesen en un musical. Con un diseño de vestuario y arte a base de retales que han sobrado de otras producciones, la comparación con un remedo de 'La sirenita' es inevitable. Es un sketch de Bollywood realizado con poco gusto. A partir de tamaña osadía en el guion, la aventura espacial se resiente. La villana no ayuda a elevar el espectáculo, ni la familia de Ms. Marvel, demasiado presente para quien no la conozca -pegada al trasero de su hija-, aunque hay una repaso al personaje, quién es y de dónde viene, al comienzo del filme, con una curiosa pieza comiquera de animación. Deus ex machina tras deus ex machina, la película avanza hasta una escena post-créditos que apunta hacia dónde va, fase a fase, el Universo Cinematográfico Excesivamente Expandido de Marvel. Dirige Nia DaCosta, responsable del reboot de 'Candyman', a la que probablemente no le han dejado trabajar a su antojo. Demasiada gente opinando durante la confección de un proyecto de estas características, empezando por los supuestos seguidores de Marvel en las redes sociales.