'El Santa Isabel': el 'Titanic' gallego
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Una película reconstruye el naufragio del vapor 'Santa Isabel' en 1920 en la entrada de la ría de Arosa, en el que murieron más de 200 personasSecciones
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Una película reconstruye el naufragio del vapor 'Santa Isabel' en 1920 en la entrada de la ría de Arosa, en el que murieron más de 200 personasBOQUERINI
Jueves, 14 de marzo 2019
Nerea Barros, Aitor Luna y Darío Grandinetti protagonizan la historia de uno de los grandes desastres marítimos españoles, el naufragio en la isla de Sálvora, en la entrada de la Ría de Arosa, en el primer día del año 1921, del vapor 'Santa Isabel'. Conocido ... como el 'Titanic gallego' o el 'Titanic de Sálvora'; el naufragio del 'Santa Isabel' está considerado la mayor tragedia marítima en la historia de Galicia y en él fallecieron 213 de las 268 personas que viajaban en el buque. Ahora, Paula Cons, que viene de firmar el documental 'La batalla desconocida', lleva al cine aquella tragedia, en la que destacó el heroísmo de tres mujeres de Sálvora, solas en la isla, ya que casi todos sus habitantes habían acudido a celebrar el año nuevo a la costa peninsular, que con tres frágiles embarcaciones y en medio de un enorme temporal, rescataron a los pocos náufragos que sobrevivieron.
En el reparto del filme están, además de Nerea Barros, Aitor Luna y Darío Grandinetti, Milo Taboada, Celso Bugallo, Victoria Teijeiro, María Costas, Ana Oca, Machi Salgado, Javier Tolosa, y Leyre Berrocal. El guion es también de Paula Cons, con la colaboración de Luis Marías. En el equipo destacan el director de fotografía Aitor Mantxola ('El fotógrafo de Mauthausen'); el director de arte Antonio Pereira ('Fariña'); Raquel Fidalgo y Eva Camino ('Fariña') en el diseño de vestuario, mientras que la responsable del montaje es Julia Juaniz.
El 'Santa Isabel' era un buque que cubría la ruta entre Bilbao y Cádiz recogiendo pasajeros que querían emigrar a América. Había partido de Bilbao y había hecho escalas en Santander y La Coruña, pero naufragó antes de poder atracar en Vilagarcía de Arosa donde debía recoger más pasajeros. Su destino final era Cádiz, puerto en el que el pasaje sería transbordado a otros buques transatlánticos con destino a Buenos Aires y Montevideo. Nunca pudo llegar a Cádiz ya que en torno a las 2 de la madrugada, el 'Santa Isabel' encalló en las rocas cuando intentaba hacer las maniobras pertinentes para acceder a la ría en medio de un fuerte temporal y con varias vías de agua abiertas, se hundió rápidamente.
Aunque desde el buque intentaron pedir auxilio por radio, fue imposible que en tierra comprendiesen lo que intentaban transmitir. Se quedaron sin electricidad y fue imposible enviar un mensaje pidiendo auxilio. «Estamos encima de las rocas de Sál...». Ese fue el último mensaje que emitió por radio el Santa Isabel. Los radiotelegrafistas de Finisterre no se imaginaron lo que estaba sucediendo y no pudieron avisar para poner en marcha un equipo de salvamento.
Fue el farero de la isla quien escuchó los gritos de los que viajaban en el buque. Cuando se dio cuenta de lo que estaba ocurriendo corrió hasta las casas, a dos kilómetros del faro, para avisar a los escasos vecinos que permanecían en la isla en aquella noche infernal. De Sálvora partieron tres embarcaciones; una hacia Ribeira, en la costa, donde estaban de celebración del año nuevo, para avisar del naufragio, y las otras dos se dirigieron al lugar donde se hundía el Santa Isabel para rescatar a los supervivientes.
Tres chicas jóvenes, Cipriana Oujo, de 25 años; Josefa Parada, de 16; y María Fernández, de 14, tripulaban las dos embarcaciones que se enfrentaron al oleaje para rescatar supervivientes del naufragio. Tras realizar varios viajes, estas tres jóvenes rescataron a entre 15 y 20 personas. Aun así, 213 personas, entre pasajeros y tripulantes, fallecieron en el Santa Isabel. Las tres mujeres recibieron la Cruz de Tercera Clase con Distintivo Negro y Blanco del Consejo de Estado. Una cuarta también fue premiada por su trabajo en tierra, Cipriana Crujeiras, que ofreció a los náufragos rescatados comida y ropa seca. Varias ciudades como Vigo o Vilagarcía homenajearon a las jóvenes.
«En esta película pretendemos acercarnos a un hecho histórico, a la reflexión sobre la huida del dolor (de la protagonista y de la sociedad) a través de un filme trepidante misterioso, por momentos incómodo y visualmente poderoso», comenta Paula Cons. El naufragio se recreará digitalmente, para centrarse después en el rescate. «Esta película me toca mucho en el corazón, por los recuerdos de la infancia, pero también porque hace un retrato de la mujer gallega», dice Nerea Barros. Sobre su papel, una de las heroínas, asegura: «Es uno de los personajes de los que hay pocos en la vida, no hay nada más bonito que poder recrear una historia tan especial». Aitor Luna, que da vida al farero de Sálvora, asegura: «No conocía la historia, pero me atrajo desde el principio». El argentino Darío Grandinetti encarna a un periodista que cubrió los hechos, y también deja claro que siente una atracción especial por la historia: «Ese naufragio es una excusa para hablar de la isla en sí, de su magia, de su misterio y de sus gentes», dice.
La película es una coproducción internacional entre la empresa gallega Agallas Film, la argentina Aleph Cine y la vasca Historias del Tío Luis, con la participación de RTVE, TVG y ETB, que se rueda durante seis semanas en localizaciones de la isla de Sálvora y de Muros, O Grove, Santiago de Compostela, Arzúa y Oza dos Ríos.
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