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Jose Mari Goenaga (Ordizia, 1976) fue por primera vez de vacaciones a Maspalomas junto a su pareja hace ocho años. «Me encontré un mundo bastante curioso, el escenario ideal para una historia. Había oído hablar que era un destino gay, pero no sabía con qué ... me iba a encontrar. Me llamó la atención la presencia de tanta gente mayor y lo integrada que está, porque tengo la sensación de que aquí, a partir de cierta edad, desapareces de la vida social».
'Maspalomas' da título al sexto largometraje de Goenaga y sus dos cómplices habituales, Aitor Arregi y Jon Garaño, que este 13 de diciembre termina en San Sebastián sus ocho semanas de rodaje. Los autores de 'Loreak', 'Handia', 'La trinchera infinita' y 'Marco' –todavía en cartelera– contraponen el sur de Gran Canaria, la gran meca del turismo gay mundial, y Donosti; una temperatura media anual de 26 grados y la lluvia del Cantábrico; el paraíso hedonista de tres kilómetros de playa y dunas –la mayor zona de cruising de Europa–, y los bares de txikitos.
Goenaga habla de algo que conoce bien, salir de armarios, pero lo hace a través de Vicente, un hombre de setenta y tantos años encarnado por José Ramón Soroiz, el inolvidable Txato de 'Patria'. Vicente formó una familia y vivió reprimiendo su homosexualidad hasta que a los 50 dijo basta. Cortó toda relación con su exmujer y su hija y se fue a vivir la vida loca en Maspalomas. Hasta que un ictus en plena fiesta lo confina en una silla de ruedas. De vuelta a San Sebastián, a su hija no le queda más remedio que ingresarlo en una residencia. En una cruel paradoja, Vicente decide volver a meterse en el armario para evitarse problemas en su nuevo y no deseado hogar.
«Leí en un artículo que había gente homosexual que cuando le toca entrar en una residencia para mayores vuelve al armario, porque tienen miedo y les violenta esa nueva realidad. Es un poco como volver al colegio», explica Jose Mari Goenaga. «Cuando tú sales del armario parece que es una sola vez y ya está, pero tienes que volver a hacerlo ante cada nueva realidad con la que te encuentras en la vida. Me apetecía reflexionar sobre la identidad y sobre cómo las residencias pueden alienar a las personas. Nada más entrar, te dicen qué ropa puedes o no llevar, te desdibujan rasgos de tu personalidad».
Los Moriarti (nombre de su productora) han rodado en las dunas de Maspalomas y en el centro comercial Yumbo, con una veintena de locales LGTBI. También se mezclaron con las cámaras en el Winter Pride, que el pasado noviembre congregó a 40.000 fiesteros. El edificio de la Compañía de María de Orduña, Bilbao y Vitoria han sido escenarios de un rodaje en euskera, en el que Nagore Aranburu, la actriz de moda gracias a la serie 'Querer', encarna a la hija del protagonista. Kandido Uranga, Zorion Egileor y Kepa Errasti completan el reparto.
«Soroiz es increíblemente tímido. Y le soltamos en el Winter Pride. Ya verás en qué se ha metido, la peli viene potente de escenas subidas de tono», adelanta Aitor Arregi, codirector junto a Goenaga. «Yo le veo parecidos con 'La trinchera infinita', porque trata de una persona que se mete en un agujero y busca la adaptación». Suena muy dramático, pero 'Maspalomas' no es un telefilme de sobremesa. «Te hablo de ictus y residencia y parece un puro drama, pero hay situaciones en las que surge la sonrisa, el tono es bastante relajado. Sí, va a ser bastante menos dramática y más disfrutable de lo que parece. La historia de un hombre que recompone su identidad», precisa Arregi.
No hay que olvidar que la ópera prima de los guipuzcoanos, '80 egunean' (2010), sacaba del armario a dos amamas. Allí ya estaba Javi Agirre, el director de fotografía al que siempre han sido fieles. Como aquella, 'Maspalomas' se rueda en 35 milímetros, una rareza en esta era digital. «La cámara pesa el triple», observa Agirre, que tiene que esperar una semana a que un laboratorio en Roma envíe el celuloide revelado. «El 35 otorga una textura y un look a la película que le sientan bien. Complica los procesos, pero a la vez logra que cuando se grita «¡motor!» resulte algo sagrado», alaba Xabi Berzosa, productor junto a Ander Barinaga-Rementeria.
Jose Mari Goenaga
La pérdida de unas latas con material imposible de volver a rodar y que por suerte aparecieron al de unos días constituyó el momento más delicado de un rodaje que pilla a los cinestas cansados: han enlazado la serie 'Balenciaga', 'Marco' y esta. Hay muchas representaciones de homosexuales en el cine, pero muy pocas de gente mayor. «Casi todas hablan de salir del armario, a mí me gustaba invertir ese proceso», remarca Goenaga. «Yo soy miembro de una sociedad gastronómica en San Sebastián, he estado en la junta directiva. Sé que ellos lo saben, pero nunca me he atrevido a decirles nada. Es una barrera que tú mismo te pones. Si no lo haces, te puedes sentir incómodo. Y la gente ya se ha hecho una imagen de ti».
'Maspalomas' es, sin duda, la historia más personal de Jose Mari Goenaga. «Cuando la escribí no era consciente, pero según se iba concretando la película empecé a sentir ansiedad. Me estoy desnudando, exponiendo. He puesto mucho de mí. Siento pudor y miedo de si se va a entender». Cuando se estrene el año que viene, coincidirá con un retroceso de los derechos LGTBI por culpa de la ultraderecha. «No la he hecho por militancia, pero me encantaría si ayuda a reflexionar sobre ello. La peli no deja de ser una metáfora de esa involución de los derechos, cómo algo conquistado se puede perder».
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