No se puede vivir sin Rossellini
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Una mirada al cine del director que inventó el neorrealismoboquerini
Sábado, 19 de enero 2019
«No se puede vivir sin Rossellini», decía un personaje en la película 'Antes de la revolución' (Bernardo Bertolucci, 1964), mientras que en los inicios de la 'nouvelle vague', directores como Jean-Luc Godard o François Truffaut (que fue su ayudante en unos años en ... que no rodó ninguna película, y que le acompañó en un viaje por Castilla), lo definían como «el padre de la modernidad». Rosellini inventó el neorrealismo, fue objeto de una pasión imparable por parte de Ingrid Bergman, que abandonó Hollywood en el momento de más éxito por él, y se adelantó a su tiempo en dar a televisión una importancia fundamental a la hora de contar historias. Está considerado como uno de los mayores clásicos de la historia del cine.
Roberto Rossellini (Roma, 8 de mayo de 1906 - Roma, 3 de junio de 1977) nació en el seno de una familia acomodada. Su padre construyó el primer cine romano, garantizando de esta manera a Roberto el pase libre a la sala, por lo que comenzó a frecuentar el cine desde niño. Su primer trabajo fue como técnico de sonido en películas, y por algún tiempo pudo trabajar en varios campos relacionados con la creación cinematográfica, ganando experiencia en cada uno. En 1938 rueda su primer cortometraje, 'Prélude à l'aprés-midi d'un faune' y se convierte en ayudante del cineasta italiano Goffredo Alessandrini durante el rodaje de 'Luciano Serra'.
Pronto enlaza una película con otra como ayudante de dirección: 'Uomini sul Fondo', de Francesco de Santis o 'La vave bianca', de Federico Fellini. En aquellos años de guerra en donde predominaba el cine 'de los teléfonos blancos' (comedias insulsas de decorados de cartón-piedra) Rossellini conoce a fondo los entresijos de la industria y hace amistad con actores, directores y técnicos a los que llamará para sus películas en años posteriores. Además sigue rodando cortometrajes, entre los que destacan 'Fantasia Sottomarina' e 'Il ruscello di Ripasottile'.
Con el final de la guerra la industria cinematográfica ha desaparecido. Los estudios de rodaje destruidos y no hay visos de recuperar el esplendor técnico de los rodajes en grandes decorados que había tenido el cine italiano de los años 30. Sin embargo, solo dos meses después de la liberación de Roma, en 1945, Roberto Rossellini comienza preparar su primer largometraje, que él mismo produce, obteniendo la mayor parte del dinero de créditos y préstamos, con película virgen de contrabando y a falta de estudios, rodando en las calles romanas recién liberadas: Es 'Roma, citta apèrta' ('Roma, ciudad abierta'). Sin saberlo acabada de inventar el neorrealismo. En el rodaje contó con su amigo Federico Fellini como ayudante y con Aldo Fabrizi, Anna Magnani y Marcello Pagliero al frente del reparto.
La película se convierte en pocos meses en un éxito mundial. Por primera vez se muestran en la pantalla los problemas cotidianos de la gente. Ese 'nuevo realismo' encanta a la gente. Rossellini comienza así su «Trilogía neorrealista», cuya segunda película fue 'Paisà' ('Camarada'), 1946), filmada enteramente con actores no profesionales, y la tercera 'Germania anno zero' ('Alemania, año cero'1947), patrocinada por un productor francés y dirigida en el sector francés de Berlín.
En 1948 Rossellini recibe una carta de Ingrid Bergman, actriz en aquellos momentos en el cénit de su popularidad en Hollywood, donde le contaba la admiración que sentía por él, el profundo impacto que le causó 'Roma, ciudad abierta' y 'Paisa', y le pedía trabajar en una de sus películas. Tras 'L'Amore' (con Anna Magnani) y 'La macchina ammazzacattivi', Rossellini se encuentra con Ingrid Bergman, que se había desplazado a Roma para conocerla, y la chispa surge de inmediato.
Un año más tarde, Ingrid y Roberto ruedan su primera película juntos, 'Stromboli, tierra de Dios', 1950), en la isla de Stromboli, cuyo volcán entró en erupción durante el rodaje, a la que le siguen 'Europa '51' (1951) y 'Te querré siempre' ('Viaggio in Italia', 1954) , que tiene una gran influencia en Francia donde es reconocido por la revista 'Cahiers du Cinéma' como uno de los orígenes estilísticos de la Nouvelle Vague. Las tres películas constituyen la 'trilogía de Ingrid' llamada así por ser las tres películas hizo con Ingrid Bergman. La relación causó un gran escándalo en Hollywood (Bergman y Rossellini estaban casados antes de conocerse), que se intensificó cuando los amantes comenzaron a tener hijos (uno de los cuales es la también actriz Isabella Rossellini).
Tras los años de pasión llega la ruptura. Ingrid regresa a Hollywood donde rueda 'Anastasia', ganando el Oscar que indica que América la ha perdonado, mientras que Rossellini viaja a la India, quedando fascinado por el país. Fruto de aquel viaje es su documental 'India' (1959), el primero de casi una decena de documentales que rodará Rossellini hasta su muerte. De regreso a Italia rueda títulos como 'El general de la Rovere' (1959), 'Fugitivos' (1960), 'Vanina Vanini' (1960), 'Viva Italia' (1961), 'Alma negra' (1962)…
Pero el cine le decepciona dada vez más y a mediados de la década, Rossellini abandona el cine decidiendo pasarse a la televisión, afirmando que esta última, al ser un medio frío y dirigido a un público masivo podría mejorar la comunicación con el espectador más que la regresiva sala de cine. Piensa en la televisión como medio de enseñanza, capaz de comunicar la historia y transmitir la cultura con más eficacia que la escuela y los libros. Surgen así una serie de documentales sobre personajes históricos (Sócrates, Descartes, Pascal, Agustín de Hipona, Louis XIV), sobre crónicas de época ('La edad del Hierro', 'La Edad de Cosimo de Medici', 'Los Hechos de los Apóstoles'). Su última película, realizada para la televisión pero proyectada en cines (en España fue presentada en la Semana Internacional de Cine de Valladold) fue 'Èl Mesías' (1975), que explora el lado humano de Cristo.
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