'El plan': perdedores de extrarradio

Antonio de la Torre, Raúl Arévalo y Chema del Barco, el único de los tres actores que representó la obra en el teatro, protagonizan la película, bajo la dirección de Polo Menárguez, que debutó con el largo experimental 'Dos amigos', para pasar por la impactante realidad contada en el documental 'Invierno en Europa', hasta estrenarse ahora en la ficción tras una sólida carrera como cortometrajista y montador. La película, que se desarrolla en tiempo real, es una historia de perdedores de extrarradio. Paco (Antonio de la Torre), Ramón (Chema del Barco) y Andrade (Raúl Arévalo), tres amigos de lo que ahora se llama invisibles, llevan en paro desde que cerró la empresa de seguridad en la que trabajaban y tienen la dignidad apaleada día tras día. Son las nueve de la mañana y han quedado en casa de uno de ellos para ejecutar un plan. Varios contratiempos les impiden salir de casa, y poco a poco se van viendo envueltos en una serie de incómodas discusiones que irán derribando sus muros y, sincerándose cada vez más, arrancarán sus máscaras cambiando para siempre su amistad.

La película evoluciona de la comedia amarga al drama más terrible, con un impactante giro final. La cinta posee unos diálogos soberbios –el guión lo firma el propio Ignasi Vidal junto al director Polo Menárguez- en torno a una serie de incómodas discusiones entre los tres protagonistas (únicos actores del filme), mientras beben latas de birras, comen pipas y fuman algún porro. Son unos diálogos con chispa, ingenio y talento. La narración es muy ágil y no está lastrada por su origen teatral. Lo que en las tablas sucedía en una única habitación, ahora se desarrolla en las diferentes habitaciones, en el portal del edificio y en la calle en que está situado el inmueble.

'El plan' es, sobre todo, una película de personajes que se mantiene y se crece gracias a las prodigiosas interpretaciones de los tres protagonistas, que muestran una gran complicidad y contribuyen decisivamente a la atmósfera de cotidianeidad, suspense melancólico que envuelve la película. De Antonio de la Torre y Raúl Arévalo ya sabíamos de su versatilidad y de su capacidad de convertir en verdad cualquier texto. La gran sorpresa es Chema del Barco, un actor mucho menos conocido que sus dos compañeros y que está a su altura. Excelente. Una película que refleja, desde un pequeño piso, la vida en la España de la crisis con tres 'invisibles', perdedores de suburbio, que, como tantos otros, nunca saldrán del agujero en el que viven.