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Si hay algún director cuya ópera prima jamás habría presagiado la importancia que como cineasta iba a cobrar después, ese es sin duda James Cameron. El autor de 'Abyss', 'Titanic' y 'Avatar' debutó tras las cámaras con una película que ha intentado borrar de su ... filmografía, 'Piraña II: Los vampiros del mar'.
Sin embargo, en el filme ya aparecen algunos temas que ya indicaban alguna de sus constantes: la importancia del mar y en concreto de los fondos submarinos, el inventar nuevas técnicas e incluso el no hacer ningún asco a las secuelas.
James Cameron nació en Kapuskasing, un pueblo canadiense próximo a Ontario el 16 de agosto de 1954. Desde pequeño se mostró como un apasionado de la física, que estudia con pasión. A la vez siente pasión por el fondo del mar, convirtiéndose en un excelente explorador submarino. Con 17 años se traslada con su familia a Brea (California), donde descubre su vocación por el cine tras ver '2001: una odisea del espacio', quedando fascinado por su efectos especiales.
Pronto empieza a filmar con una cámara de 16 mm. sus propias películas, inventando aventuras espaciales, y creando sus propios efectos visuales. En 1973 se matricula en el Fullerton College para estudiar física, aunque después abandonó estos estudios para empezar literatura inglesa. Deja de estudiar un año después para dedicarse a diferentes oficios, trabajando incluso como mecánico y camionero, al tiempo que se dedica a la escritura.
De esa época recuerda cómo «iba a la biblioteca de la Universidad del Sur de California y consultaba cualquier tesis que los graduados hubieran escrito sobre impresiones ópticas, proyecciones cinematográfica o transferencia de colorantes, lo que fuera sobre tecnología del cine«. »Me sentaba a leerlo y si me dejaban fotocopiarlo, lo hacía, y si no, tomaba notas». La segunda impresión que le provoca la visión de una película se produce en 1977 con 'La guerra de las galaxias'.
Ayudado por un amigo, creó algunos proyectos, y es contratado por la empresa buscatalentos New World Pictures, en la que comienza a diseñar efectos especiales. Electrifica un brazo artificial de manera muy ingeniosa, lo que le valió ser contratado como director para el productor italiano Ovidio G. Assonitis, que preparaba una secuela de 'Piraña', una serie B creada a la sombre de 'Tiburón', que había producido Roger Corman bajo la dirección de Joe Dante.
La película era una ínfima serie B creada a partir de un guion de un tal H. A. Milton, que nunca volvió a firmar guion alguno como tal, y que nada tenía que ver con la anterior. Una mañana, una pareja aficionada al submarinismo, baja a las profundidades de una isla caribeña para realizar una pequeña excursión bajo el mar. De repente, algo terrible se les acerca y antes de que puedan reaccionar, son devorados por el más terrible asesino que surca los mares: la piraña. Una bióloga e instructora de submarinismo que trabaja en el hotel, con el apoyo de su novio, y de su exmarido, el jefe de Policía, sospechan que estas muertes están producidas por algo monstruoso e intentan advertir a los huéspedes del hotel.
Sin embargo, estos, que están allí para divertirse, no hacen caso de las advertencias. Intenta que se cancele el concurso de pesca anual que se celebra en la isla, pero el empresario responsable, evidentemente, planteará algunas reticencias. La bióloga descubre que esas pirañas son producto de una mutación genética que provoca que les hayan crecido alas y que además puedan volar. Cuando en el hotel descubren la terrible realidad ya es demasiado tarde, con inevitables banquetes para las pirañas iniciándose pronto una estela de terror y destrucción. Sin embargo, la bióloga se propone encontrar la guarida donde se esconde este terrible banco de pirañas asesinas, modificadas genéticamente con fines bélicos, descubriendo que un viejo barco hundido les sirve de escondite.
La película la protagonizan actores desconocidos como Tricia O'Neil, Steve Marachuck o Ricky G. Paull, pero entre ellos está Lance Henriksen, que posteriormente alcanzaría notoriedad. Se rueda entre Jamaica, las islas Caimán y Roma donde se filman los interiores. Ovidio G. Assonitis la plantea como una coproducción internacional entre Estados Unidos, Holanda, las Antillas Holandesas e Italia. A Cameron lo único que le interesa son las escenas submarinas. Sus discrepancias con el productor son constantes por lo que éste, una vez acabadas las secuencias acuáticas, despide a Cameron y termina él mismo la película rodando los interiores romanos, aunque no aparece acreditado como codirector.
La película pasó desapercibida y durante mucho tiempo James Cameron la ignoró. Pero en 1988 se reedito en laser disc anunciada como 'el montaje del director', en donde, a diferencia de otros casos, aquí no incluía escenas adicionales, sino que duraba cerca de 15 minutos menos: Cameron suprimió casi todo lo que él no rodó y alteró el orden del montaje. Con todo, la película era insalvable, aunque a Cameron, que se sigue avergonzando de ella, le sirvió para filmar en el fondo del mar y para conocer a Lance Henriksen, con quien volvería a trabajar en 'Terminator' y 'Aliens, el regreso'.
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