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Paco Plaza (Valencia, 1973) demostró con 'Verónica' que los corsés del cine de género no le impedían ir más allá y mostrar ambición autoral. Tras esa compleja fábula moral bajo el formato de thriller con el paisaje del narco gallego de fondo que era 'Quien ... a hierro mata', Plaza vuelve al cine de terror con 'La abuela', una cinta a concurso en el Zinemaldia en la que el autor de la saga 'REC' ha contado con un guion de Carlos Vermut.
Más propia a priori del festival de Sitges que de San Sebastián, el noveno largometraje del director valenciano nos avisa desde sus primeros compases que va a abordar el tiempo y sus estragos. Los relojes detenidos son el leit motiv visual de esta historia de fantasmas, en la que una modelo se ve obligada a abandonar apresuradamente los ambientes fashion de París que frecuenta para volver a Madrid a ocuparse de la abuela que la crió, víctima de un derrame cerebral.
Esa anciana que se hizo cargo de la nieta desde niña al morir los padres en un accidente intuimos que disfrutó de un pasado bohemio y salvaje. El cuidado de una persona dependiente puede ser agotador y desquiciante, como bien ilustra Plaza en lo que parece una descripción del síndrome de cuidador quemado. Dos personajes y un piso le bastan al director para narrar este cuento con espejos y una ¿bruja?, en la que la protagonista, que se gana la vida con la juventud de su belleza exultante, empieza a verse reflejada.
«Quería hablar de la vejez como un demonio», asegura Paco Plaza. «Le dije a Carlos Vermut: imagínate una peli de posesiones, pero que el demonio que posee a alguien es la vejez». La chispa del guion se la proporcionó su experiencia con una tía abuela con alzhéimer. «Cuando iba a visitarla me daba la sensación de que no era ella». Para el director, la vejez en nuestra sociedad es «un demonio que nadie quiere ver». «Tenemos 50 años y vamos vestidos como cuando teníamos 25. Todos nos resistimos al paso del tiempo y nos piroperamos: ¡estás super joven! Se glorifica la juventud y la belleza y se demoniza el paso del tiempo. La vejez es lo que más miedo nos da y lo que acabará poseyéndonos a todos».
En 'La abuela' tarda en aparecer lo sobrenatural, aunque cuando hace su irrupción los amantes del horror truculento van a quedar satisfechos. Almudena Amor, que también tiene en la sección oficial 'El buen patrón', de Fernando León, donde encarna a una becaria que quiere dejar de serlo rápidamente, da vida a la chica joven, mientras la actriz y modelo brasileña Vera Valdez, que fue musa de Chanel y no abre la boca en toda la película, aporta su inquietante presencia. Como es habitual en las películas de Paco Plaza, suenan cancione clásicas que adoptan un nuevo e irónico significado, como el bolero que dice «reloj, no marques las horas...».
«'La semilla del diablo' es una referencia muy básica en 'La abuela', hasta he copiado la tipografía de los títulos de crédito», admite el director. «Polanski es mi director favorito y 'La semilla' su peli que más me gusta». Como le ocurría a la embarazada Rosemary a la que daba vida Mia Farrow, la protagonista del filme vive su pesadilla sin salir de un piso y está enredada en una tela de araña de la que no es consciente. «Gran parte de la película pasa fuera de la película, como en 'La semilla del diablo'», descubre Paco Plaza.
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