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La gitana Esmeralda y Quasimodo, el campanero jorobado de la catedral de Notre Dame, son dos de los personajes más memorables salidos de la pluma de Víctor Hugo, que escribió 'Nuestra señora de París' motivado por la indignación que sentía al ver el penoso estado ... de conservación de la catedral. La novela constituía un fresco del París del siglo XV y se llevó al cine en los años 20 con Lon Chaney, uno de los actores míticos del cine de terror, en la piel del protagonista. En 1939, William Dieterle volvió a adaptarla para la RKO con un inolvidable Charles Laughton gritando «¡santuario!» desde las torres de la iglesia.
Como sucede con tantos cuentos clásicos, Disney conquistó el imaginario popular con su adaptación animada de la obra de Víctor Hugo en 1996, un musical que otorgaba el estrellato a Quasimodo, al que el juez Frollo no le permite bajar nunca del campanario. Los personajes secundarios graciosos eran esta vez tres gárgolas de piedra, bautizadas Víctor, Hugo y Laverne. Los directores, Kirk Wise y Gary Trousdale, viajaron a París para estudiar la catedral y reproducirla con absoluta fidelidad en la película.
No hay término medio: 'Amélie' se ama o se odia. Las peripecias de la vecina más célebre del barrio de Montmartre han inspirado rutas turísticas por los escenarios del filme en París: el Café des Deus Moulins, las escalinatas del Sacré Coeur, el canal de Saint Martin y, por supuesto, Notre Dame, que acaparaba el protagonismo en una de las escenas más bizarras de la película. Allí moría trágicamente la madre de Amélie, aplastada por un turista que se suicidaba tirándose desde lo alto de la catedral.
Nueve años después de 'Antes del amanecer', Ethan Hawke y Julie Delpy se reencontraban en París en la el segundo episodio de la romántica trilogía de Richard Linklater. «Piensa que hasta la catedral de Notre Dame desaparecerá algún día», le decía él mientras recorrían el Sena a bordo de una lancha y charlaban sobre la fugacidad de la vida. Y entonces le contaba una leyenda de los tiempos de la ocupación nazi, que a raíz del incendio del icono de París se ha hecho viral: «Los alemanes iban a volar Notre Dame y dejaron a un soldado encargado de presionar el boton. Pero no pudo hacerlo. Se quedó allí sentado, aterrado por la belleza del lugar».
Plano aéreo de París con, por supuesto, la Torre Eiffel. Panorámica de los Campos Elíseos con el Arco del Triunfo. Plano de un grupo de chavales en un Dos Caballos y un meteoro rasgando el cielo de París. Michael Bay no se anduvo con sutilezas cuando mostró la destrucción de la capital francesa en aquella película en la que Bruce Willis viajaba al espacio para salvar la Tierra. El realizador optó por mostrar el apocalipsis parisino desde el punto de vista de una de las gárgolas de Notre Dame. Como curiosidad, Disneyland París tiene una atracción basada en 'Armageddon' y sus efectos especiales.
Philippe Petit tuvo el mundo a sus pies el día que cruzó ocho veces un alambre tendido entre las Torres Gemelas, a casi quinientos metros del suelo, hasta que fue detenido por la Policía. Antes, el funambulista también había rasgado el cielo de París paseándose entre las torres de Notre Dame en 1971, como bien recoge el apasionante documental 'Man on Wire'. En 2015, Robert Zemeckis llevó a la ficción las hazañas de Petit en 'El desafío, con Joseph Gordon-Levitt en la piel del temerario protagonista.
Una rata que sueña con convertirse en un gran chef francés es, sin duda, un estupendo punto de partida para una cinta de dibujos animados en la que Brad Bird se mofaba de la tontería que rodea el mundo de la alta cocina. Sin duda, el personaje más memorable del simpático enredo era el crítico culinario Anton Ego, al que Peter O'Toole ponía la voz en la versión original y que reflexionaba sobre una profesión no siempre bien entendida. Notre Dame no podía faltar en el recorrido parisino de una película que mostraba las alcantarillas y el paseo por el Sena en 'bateau mouche' y que, ¡oh, la, la!, también cuenta con atracción en Disneyland París.
París constituye para los estadounidenses el escenario romántico por antonomasia. Woody Allen, idolatrado en Francia, no podía dejar de ambientar en la capital francesa un cuento romántico salpicado de fantasía, protagonizado por un guionista aspirante a novelista que, durante unas aburridas vacaciones en París, cruza cada noche el tiempo para encontrarse en los años 20 del siglo pasado con sus ídolos literarios y artísticos: Hemingway, Degas, Toulouse-Lautrec... El recorrido de postal no podía soslayar la catedral más célebre del mundo.
La fantasía sobre el mítico cazavampiros que protagonizó Hugh Jackman en 2004 tenía como uno de sus escenarios la plaza donde se erige la catedral parisina. En el inicio también se ve el interior del templo (o más bien su recreación infográfica) con el protagonista persiguiendo a Mr. Hyde.
Entre las innumerables adaptaciones al cine y la televisión de la novela de Alejandro Dumas figura esta de 2011 rodada en 3-D y dirigida por Paul W. S. Anderson (autor de la saga 'Resident Evil'). Athos, Porthos y Aramis eran casi acróbatas en una suerte de videojuego acelerado para la generación Nintendo, donde la Europa del siglo XVI se convertía en un parque temático. La estética 'steampunk' al servicio del folletín de toda la vida y, cómo no, Notre Dame como escenario de las aventuras de los espadachines.
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