La película que sentó las bases del cine de zombies
Ópera prima ·
George A. Romero rodó con sus propios medios 'La noche de los muertos vivientes'Secciones
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George A. Romero rodó con sus propios medios 'La noche de los muertos vivientes'En la historia del cine, y sobre todo del cine de terror, hay un antes y un después de que aquel 1 de octubre de 1968 en un cine pequeño de Pittsburgh se estrenaba una película que cambiaría para siempre el cine de terror ... y crearía un nuevo subgénero: las películas de zombies. Era 'La noche de los muertos vivientes', ópera prima de George A. Romero, un joven gamberro, loco por el cine de terror, que se lanzó con un grupo de amigos a hacer una película sin medios, que sentaría las bases del cine de zombies. Y todo ello sin que ningún personaje pronuncie nunca la palabra zombie.
George Andrew Romero, más conocido como George A. Romero (Nueva York, Estados Unidos, 4 de febrero de 1940 - Toronto, Ontario, Canadá, 16 de julio de 2017). Su padre y su madre eran de ascendencia española y lituana, respectivamente. Su abuelo paterno nació en el municipio español de Mourela de Enmedio (Neda), en el fondo de la ría de Ferrol, y emigró a Cuba, aunque siempre regresaba a España cuando su mujer estaba embarazada, porque quería que sus hijos nacieran en su país. Es por eso que, aunque fuera circunstancialmente, también el padre de George A. Romero, Jorge Marino Romero, nació en España, posiblemente en La Coruña, y allí vivió hasta los dos años de edad. Se crió en Cuba, pero emigró muy joven a Nueva York, al Bronx, donde se instalaría finalmente y casaría con Ann Dvorski.
Durante su infancia el joven George hizo algunas películas con una cámara de 8 milímetros. Estudia en la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh. Tras graduarse en 1960 inicia su carrera cinematográfica grabando cortometrajes y trabajando en televisión. Pero sobre todo lo que hace son spots comerciales para The Latent Image, una compañía que funda junto a sus amigos John Russo y Russell Streiner en la Universidad Carnegie Mellon de Pittsburgh. Durante este periodo, el trío se aburre de hacer anuncios y decide filmar una película de terror.
Romero, con solo 27 años, se inspira en la novela de Richard Matheson 'Soy leyenda' para crear una trama progresivamente más terrorífica, pero como Matheson hablaba de vampiros, él prefirió mostrar a 'muertos vivientes', seres que salen de las tumbas, devoradores de carne humana, a los que es imposible exterminar y que cada vez contagian a más personas. No se hablaba de zombies porque por entonces el término estaba ligado a los ritos de vudú de Haití y a la película 'Yo anduve con un zombie'.
Como no tenían dinero para el rodaje, Romero y sus amigos comienzan a buscar inversores entre sus amigos y los amigos de sus amigos. A cambió se les daría antes del estreno una camiseta que ponía 'Yo estuve en la noche de los muertos vivientes'. Reúnen 114.000 dólares y con ese dinero inicia en Pittsbourgh el rodaje del filme.
Romero rueda la película como puede, en blanco y negro, cámara al hombro, con sus amigos –y él mismo- interpretando personajes, en Pittsbourgh donde vivían. No fue premeditado, pero esto daría a la película un tono amateur casi documental que la beneficiaría mucho. Su afán es rodar y no se preocupa ni de pedir permiso a Matheson por inspirarse en su novela, ni en registrar título y película, que durante el rodaje pasó por los de 'Monster's Flick', 'Night of the Anubis' o 'Night of the Flesh Eaters', por lo que pese al éxito se convirtió en una película de dominio público que no le reportó ningún beneficio. Y también, sin pretenderlo, Romero crea una iconografía zombie que ha hecho historia; muertos vivientes caníbales, que no mueren cuando se les dispara, que caminan como sonámbulos siempre en busca de carne fresca, que convierten a los demás en zombies
Debido al limitado presupuesto con el que contaban Romero y sus amigos optan por una historia simple: la película cuenta como la radiación de un satélite causa el despertar de los muertos que salen de sus tumbas y atacan a los seres vivos para alimentarse. Ajenos a todo, Johnny (Russell Streiner) y Bárbara (Judith O'Dea), dos hermanos que han conducido su coche a las afueras de una ciudad de Pennsylvania, hacia un cementerio para colocar una guirnalda en el sepulcro de su padre, discuten. Un hombre pálido se encamina hacia los dos, atacando Johnny, que se convierte en un zombie. Bárbara corre a lejos sumida en el miedo, logrando llegar una casa abandonada con un cadáver en las escaleras. Ben (Duane Jones) es otro hombre que busca refugio en la casa, y aleja a varios hombres pálidos que se han acercado. A través de informes de radio y televisión se explica que por una extraña razón los muertos comenzaron a volver a la vida, y buscan víctimas humanas para alimentarse. En el sótano de la casa, una pequeña familia compuesta por Harry Cooper (Karl Hardman), su esposa Helen (Marilyn Eastman), y su hija, quien ha sido mordida por uno de los comedores de carne, y una joven pareja, Tom (Keith Wayne) y Judy (Judith Ridley), han estado ocultos de la invasión de los muertos vivientes. Al principio, el grupo parece poder trabajar en conjunto, pero varios desacuerdos conducen a la disgregación del grupo.
La falta de dinero provoca la limitación de los efectos especiales: la sangre falsa, consistió en sirope de chocolate. Se utilizaron además entrañas de oveja en las escenas donde los zombis comen carne humana.
La noche del estreno de aquel 1 de octubre de 1968 en Pittsbourgh, los asistentes salen perplejos de la sala. Lo que han visto nada tiene que ver con el cine de terror al uso. Pronto más cines proyectan la película, cuya fama se extiende como una mancha de aceite por todos los Estados Unidos. Pronto la crítica comienza a alabar el filme: «Si usted quiere ver lo que convierte a una película de clase B en un clásico no se pierda 'La noche de los muertos vivientes'. Es impensable para cualquier persona interesada en las películas de terror el no verla», decía la revista 'Cinefantastique'. Pronto se comienza a especular sobre su mensaje: una crítica al racismo, un eco de la guerra de Vietnam, incluso una desilusión con el gobierno y con la familia patriarcal… Pero lo cierto es que para George A. Romero solo fue una película muy gamberra. En su momento la película recaudó más de 30 millones de dólares, sin contar con las múltiples reposiciones que ha contado a lo largo de 50 años.
La película encasilló a Romero que por más que lo intentó no pudo desembarazarse de la fama que le dio su ópera prima. Acabaría aceptando su encasillamiento y rodaría más películas de zombies.
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