'Mulan', cuando Disney fotocopia a Oriente

Para ver 'Mulan' desde el sofá de casa hay que pagar una cantidad mayor del coste de una entrada de cine, por encima de las tarifas habituales en vídeo bajo demanda, lo que puede fomentar peligrosamente la piratería. La cifra, 21,99 euros, se asemeja al poco explotado concepto de 'pack familiar' en las salas de exhibición. Cada cual es libre de aprovechar la situación. Si la oferta premium de Disney se divide entre varias personas, puede salir a cuenta, sin apreciar las mieles de la pantalla grande y el confort de un buen patio de butacas. No obstante, entre semana hay ofertas similares en las multisalas y lo más sorprendente de este singular estreno es que no es una película para toda la familia al estilo tradicional de la factoría de Mickey Mouse. Dirigida por Niki Caro, que viene de firmar videoclips de Christina Aguilera y títulos en formato largo como 'En tierra de hombres', la apuesta ofrece imágenes espectaculares en formato panorámico y efectivas escenas de acción, pero la carga dramática, rematadamente obvia, deviene pura anécdota, situándose en tierra de nadie. No existe la valentía que se intuía en 'Brave', otro proyecto de la empresa, aliada con Pixar, donde una adolescente decidía romper con los habituales roles de identidad y elegir por sí misma su destino. En aquella ocasión la producción sufrió varios vaivenes que diluyeron su perspectiva feminista, mientras en el caso que nos ocupa se mira de soslayo el tema y se esquiva la ruptura directa de cánones, con una clara ausencia de valentía, aunque no faltan valores básicos al estilo Disney, cuya verdadera modernización nunca llega.

'Mulan' no ofrece nada nuevo para cualquier aficionado al género 'wuxia', donde reinan la espada y las artes marciales. Si el filme está pensado para arrasar en el mercado oriental en este sentido, la competencia es voraz, con ideas mucho más originales. Liu Yifei ('El reino prohibido'), la actriz principal, hace de muchacha con 33 años, nada más y nada menos. En China cuenta con una trayectoria loable y brilla con luz propia pero no lo tiene fácil para encandilar a la audiencia internacional al frente de una aventura descafeinada, que se infantiliza en exceso en las escenas cómicas mientras se muestra contundente en las violentas, aunque no haya presencia de sangre. El fantástico cromatismo tampoco puede sorprender a los espectadores curtidos en el cine de Ang Lee o Zhang Yimou, por citar a dos cineastas reconocidos en Occidente. Es un punto a favor para los eruditos adultos la presencia en el casting de Donnie Yen, rostro inquebrantable de la saga de culto 'Ip Man', pero la audiencia infantil no tiene ni siquiera la típica mascota con la cual encariñarse para pasar el rato.

En la China ancestral el emperador está en peligro y toca alistarse a la fuerza en el ejército. Un varón de cada familia debe empuñar la espada, pero en el clan de Mulan son dos chicas, no hay presencia masculina aparte del padre, antiguo héroe de guerra, muy delicado de la salud. Su hija acude al ejército en su lugar sin que el resto lo sepa, ocultando su condición de mujer. Agraciada con un don espectacular que permite a la muchacha repartir estopa como una superheroína -hay quien ya la ha comparado con capitana Marvel-, así como ahuyentar a sus enemigos, la producción está más cerca de un filme de Marvel que de 'Tigre y Dragón'. Su intención de reivindicar el rol de la mujer se empaña con un final desvencijado, donde no falta una historia de amor tradicional latente y el concepto de familia patriarcal. La épica se resiente en el último tramo, con un desenlace precipitado a pesar de las dos horas de metraje. 'Mulan' puede encontrar su lugar entre el público adolescente, abierto al feminismo pop, y entre aquellos espectadores que no están habituados al consumo de cine asiático, todo un mundo de increíbles posibilidades.

'Mulan' está disponible en Disney+. A partir del 4 de diciembre, entrará en el servicio de suscripción de la plataforma, sin más recargos.