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Ruggero Deodato, el director de la brutal e innovadora 'Holocausto caníbal' (1980), falleció este jueves a los 83 años de edad. El trabajo de este guionista, originario de Potenza, capital de la región italiana de Basilicata y de la provincia homónima, influyó en directores como ... Quentin Tarantino, Oliver Stone y Eli Roth. No en vano, la devoción de este último por el cineasta italiano quedó plasmada en un divertido cameo que Deodato hizo en 'Hostel 2' y un homenaje al realizador en 'El infierno verde', una película fallida que seguía los pasos de su obra maestra, 'Holocausto caníbal'.
Nacido en 1939, su amor por el cine y su amistad con Renzo Rossellini, hijo del director Roberto Rossellini, le llevaron a trabajar como director de la segunda unidad en algunas películas de su padre. Su labor no pasó desapercibida porque poco a poco fue ganándose la confianza de otros cineastas como Anthony M. Dawson (Antonio Margheriti), Riccardo Freda y Joseph Losey. Años después, saltaba a la televisión para dirigir anuncios comerciales y una serie titulada 'En el último minuto'. Entonces llegarían sus primeros títulos a la gran pantalla como la erótica 'Oleada del placer' (1975) o la policiaca 'Brigada anticrimen' (1976). Ya con 'Mundo caníbal, mundo salvaje' (1977), el cineasta sentaba las bases de lo que acabaría contando tres años más tarde con 'Holocausto caníbal'.
Con 'Holocausto caníbal' Deodato buscaba un realismo extremo y lo consiguió dividiendo la película en dos secciones que se entremezclaban a lo largo de todo el largometraje. Por un lado, estaba la parte más tradicional, en la que un antropólogo viaja al Amazonas para tratar de dar con el paradero de un grupo de jóvenes desaparecido que había viajado unos meses antes a la región para rodar un documental sobre las tribus nativas. Al llegar allí, el antropólogo descubre que los chicos han sido asesinados, pero han dejado como testimonio las cintas que rodaron. En ellas se encuentra la segunda parte de la película, rodada cámara en mano, con diferentes tipos de cámara y objetivos, a veces sin sonido, con 'errores' y con saltos en el montaje. Aquellas secuencias se lanzaban al espectador sin censura alguna, que descubría con horror cómo los documentalistas habían tratado de enfrentar a dos de las tribus para conseguir imágenes más impactantes y cómo todo aquello se les había vuelto en contra.
Las escenas no solo eran de una crueldad extrema -la imagen de la mujer empalada sirvió de carátula en muchas ediciones de la película-, sino que algunas eran reales como la violencia que se ejercía contra una tortuga y un mono, a los que se acababa matando. De esta forma, la línea que separaba la realidad de la ficción resultaba aún más fina. Consciente de que las imágenes iban a levantar ampollas, Deodato prohibió por contrato a los actores conceder entrevistas o participar en otro filme durante todo un año. Pocos días después de que la cinta se estrenase en Italia, la justicia la paró y la requisó al creer que parte de la película no era ficción. Deodato fue llevado incluso a los tribunales, acusado de haber matado a los protagonistas, pero pudo demostrar que estaban vivos. El embuste fue tal que 'Interviú' publicó un reportaje -¿o en realidad fue un publirreportaje?- sobre la película asegurando que los documentalistas habían fallecido y que las secuencias eran reales. A la atmósfera opresiva que se respiraba en el filme contribuía una banda sonora de Riz Ortolani a veces brillante, a veces estremecedora.
Con una brillante visión para el marketing y un excelente trabajo de fotografía, el cineasta italiano había inventado un subgénero a día de hoy de rabiosa actualidad en el cine de terror: el del 'found footage' o metraje encontrado. Habría que esperar a 1999 y a 'El proyecto de la bruja de Blair' a ver algo similar a lo que Deodato hizo diecinueve años antes. Luego vendrían películas como '[•REC]', 'Paranormal Activity', 'Monstruoso' o 'La visita'.
Ninguno de sus filmes o sus trabajos televisivos posteriores tuvo una relevancia similar. Con un pie siempre puesto en el cine de género, Deodato tocó todo tipo de historias a lo largo de su amplia filmografía: desde el medieval fantástico con un poquito de humor de 'Los bárbaros' hasta rarezas como 'Bestia asesina' o 'Trampa para un violador', pasando por 'Los invasores del abismo' o esa mezcla entre película de espías y largometraje de desastres que es 'Concorde Affair' o la simpática 'La lavadora asesina'. Su último trabajo detrás de las cámaras fue en 'Deathcember' (2019), una colección de 24 cortos sobre el lado oscuro de las fiestas.
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