Michael Douglas confiesa que el alto voltaje erótico de 'Instinto básico' sorprendió hasta en Francia

En un encuentro celebrado en el Palacio de Festivales, Douglas evocó algunos de los momentos más memorables de su carrera. Con tono relajado, el intérprete reconoció que hasta el muy acostumbrado espectador francés dio un respingo cuando vio la cinta. «Ver esas escenas en el gran palacio, en una pantalla enorme... fue un poco abrumador para mucha gente. Tuvimos una cena muy silenciosa después, todo el mundo estaba como digiriéndolo», aseveró. Hoy casi nadie se acuerda del revuelo del filme. De hecho, a Douglas le conocen más los jóvenes por sus incursiones en el mundo de Marvel, dentro de la saga de Ant-Manque, por trabajos como 'Atraccion fatal'.

A lo largo de medio siglo, Douglas ha estado en cinco ocasiones en Cannes con sus películas. La primera fue con motivo de la presentación 'El síndrome de China', de 1979, y la última por 'Detrás del candelabro', en 2013.

El tener un padre con tanto prestigio en el mundo del cine no fue siempre fácil para él. Aún le cuesta creerse sus propios méritos. Cuando ganó un Oscar por dar vida a Gordon Gekko en 'Wall Street', empezó a sentir que se emancipaba de la figura de su padre. «Hasta entonces sentía las comparaciones, buenas o malas», aseguró.

'Wall Street' fue un trabajo que le costó. Oliver Stone no estaba del todo convencido con su interpretación. Creía que al personaje le faltaba maldad. Y así se lo hizo saber al actor. Fue ese desafío el que le hizo esforzarse para imprimir fuerza al que es uno de los personajes más inolvidable de su largo quehacer.

A Douglas le preocupan los cambios que acarreará la aplicación de la inteligencia artificial al mundo del celuloide. «Igual ocurrió con las redes sociales, empezamos a crear leyes muchos años después de que emergiera el monstruo. Salvo que implantemos algunas restricciones, creo que va a ser un gran problema». Confía en que se resuelva pronto la huelga de guionistas, y consideró que la reivindicación del colectivo es justa y legítima, como demuestran sus bajo salarios.

Su último trabajo es una miniserie de época, una producción de Apple que le obligará a ponerse en la piel de Benjamin Franklin.