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Un fotograma de la película.
La mediocre 'El camino a la gloria', el debut de un grande del cine

La mediocre 'El camino a la gloria', el debut de un grande del cine

Ópera prima ·

Howard Hawks debutó con este melodrama sobre la pérdida de la fe, un largometraje plagado de iconografía religiosa y mensajes que nunca volvieron a salir en su filmografía

Martes, 21 de enero 2020

Un año antes de que 'El cantor de jazz' pusiese voz al cine, Howard Hawks (Goshen, Indiana, 1896 - Palm Springs, California, 1977), uno de los más grandes del cine americano, debutaba como director con 'El camino de la gloria', una película, sin embargo, mediocre.

Hawks había estudiado ingeniería en las universidades de Pasadena y Nueva York. Lector compulsivo de narrativa y un habitual espectador de teatro, destacó como tenista, ganando a los dieciocho años el Campeonato Junior de Tenis de los Estados Unidos. Durante las vacaciones de verano de 1916, y gracias a sus conocimientos de arquitectura moderna, empezó a trabajar como ayudante de atrezzo en la industria cinematográfica para sacarse algún dinero, concretamente en los estudios Famous Players-Lasky, una rama de producción de la Paramount. Quedó absolutamente prendado por este negocio. Con el propósito de seguir en él, intentó inútilmente traspasar su expediente a la Universidad de Stanford. Pronto empezó a trabajar como piloto de aviones, su gran pasión, y en 1917 ingresa en el Ejército para combatir en la Primera Guerra Mundial como aviador.

Tras la guerra orienta sus pasos hacia Hollywood, convencido definitivamente de que su futuro estaba en el cine. En 1923 trabaja como ayudante de dirección de Marshall Neilan. Según Hawks, como Neilan no se presentó a trabajar un día porque estaba borracho, se ofreció a dirigir unas escenas él mismo y a la protagonista, Mary Pickford, le gustaron. El futuro cineasta ya tenía el gusanillo de la dirección, aunque posteriormente trabajaría como guionista para, entre otros estudios, la MGM de Irving Thalberg, a cambio de que este le consiguiera un puesto de director antes de un año. En 1925, cuando Thalberg se echó atrás, rompió su contrato. Por entonces Hawks admiraba y había estudiado la obra de directores como Ernst Lubitsch, John Ford y Leo McCarey.

Será la 20 th. Century Fox la que le ofrezca al de Indiana su primera oportunidad como director, siempre que él produzca también el filme. Hawks tiene un pequeño relato corto, 'The Chariot of the Gods', que convierte en un guión titulado 'The Road to Gloria' (en España es conocida como 'El camino de la gloria' o 'El espejo del alma'), la historia de una mujer que ha perdido la vista en un accidente automovilístico y desarrolla un fanatismo religioso en un intento de recuperarla.

Protagonizada por May McAvoy, Leslie Fenton y Ford Sterling, actores a sueldo del estudio, contaba en un papel secundario con quien luego se convertiría en la famosa Carole Lombard, que aquí hacía su segunda incursión en la pantalla: Judith (May McCoy) y David (Leslie Fenton) son un par de libertinos de la era del jazz a los que no les importa nada más que satisfacer sus propios deseos. Después de sufrir una lesión en un accidente automovilístico provocado por la conducción imprudente de David, Judith descubre que se está quedando ciega lenta pero inexorablemente. Esta tragedia la convence de que Dios no existe, mientras que un penitente David intenta desesperadamente convencerla de lo contrario. En un clímax muy melodramático, David resulta gravemente herido por la caída de un árbol, por lo que Judith abandona su agnosticismo y reza por la recuperación de su amor. ¡David no solo sobrevive, sino que tanta emoción ha restaurado por completo la vista de Judith!

La película se filmó entre diciembre de 1925 y enero de 1926 y se estrenó en abril de ese año. Contenía iconografía religiosa y una serie de mensajes que nunca más se volverían a ver en un largometraje de Hawks. 'El camino de la gloria' ni dejó satisfecho al flamante cineasta, ni tampoco tuvo demasiadas buenas críticas. En entrevistas posteriores, Hawks diría: «No fue divertido. Fue una mala película. No creo que nadie la haya disfrutado excepto algunos críticos».

Afortunadamente, decidió seguir haciendo cine, tocando las cotas más altas en todos los géneros: la comedia con 'La fiera de mi niña', 'Luna nueva', 'Bola de fuego', 'La novia era él' o 'Me siento rejuvenecer'; el wéstern con 'Río Rojo', 'Río de sangre', 'Río Bravo', 'El Dorado' o 'Río Lobo'; el cine negro con 'El código penal', 'Scarface' o 'El sueño eterno'; el musical, con 'Nace una canción' o 'Los caballeros las prefieren rubias', y el cine de aventuras con 'Águilas heroicas', 'Solo los ángeles tienen alas', Tener y no tener', 'Tierra de faraones' o 'Hatari'. En todas ellas destacó su idea de grupo y su fidelidad a la amistad.

Hawks ha pasado a la historia como un cineasta de estilo transparente, que siempre colocaba la cámara a la altura de la mirada de sus personajes. Un gran clásico.

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