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No fue un encuentro casual sino deseado y buscado. La actriz Marta Fernández Muro tenía 15 años en el verano de 1965, cuando los Beatles actuaron en Madrid. Y Marta, beatlemaníaca de pro, estaba allí. En la fila 2 de la Plaza de Las ... Ventas donde tocaron aquel 2 de julio. Y no solo eso sino que acudió a Barajas, junto a sus hermanas Teresa, Blanca y María Jesús, para darles la bienvenida en el avión que les traía de París. Pero allí la policía (los 'grises' en la terminología de la época), se lo pusieron muy difícil, ya que les impidieron acceder a ellos y solo pudo ver a Ringo a través de la ventana del coche que les sacaba a toda prisa del aeropuerto.
Cuando los cuatro de Lieverpool planearon la gira europea de 1965 nadie esperaba que tocasen en España. El franquismo impedía cualquier signo de modernidad. Pese a que sus discos se vendían bien, su primera película, '¡Qué noche la de aquel día!', había funcionado muy bien y sonaban frecuentemente por la radio, en general se hablaba más de sus 'melenas' que de su música.
El promotor Paco Bermúdez tuvo que mantener una ardua negociación con el entonces ministerio de Gobernación para que se autorizasen dos conciertos (actuaciones se decían entonces), una en Madrid y otra en Barcelona. Y tras un tira y afloja se permitió la visita, con la condición de que no se produjera el histerismo y desmelenamiento de fans que se había producido en el Yankee Stadium de Nueva York, meses antes, y que tanto había dado que hablar.
Una revista musical de la época, Fonorama, intentó fletar un autobús para llevar a 50 fans a Barajas para recibir a los Beatles, pero las autoridades no lo permitieron. En una época en que no había autobuses ni por supuesto Metro que conectase Madrid con el aeropuerto, muchos seguidores de los Beatles hicieron andando los 6 kilómetros a Barajas, soñando con poder ver de cerca a sus ídolos. Y los más pudientes, en taxi o en coches particulares.
Y así el 1 de julio, la víspera de la actuación, Marta Fernández Muro, junto con sus hermanas y unos cientos que fans estaban en la terraza del aeropuerto dispuestos a recibir entre gritos y aplausos a Paul, John, George y Ringo. Sin embargo los grises despejaron la terraza y la salida de pasajeros, sin permitir que nadie se posicionase en la zona.
Los Beatles se alojaron en las suites 111 y 112 del Hotel Fénix de la Plaza de Colón de Madrid. Allí concedieron la única rueda de prensa ante una docena de periodistas autorizados, que les preguntaban cosas como '¿Cuándo se van a cortar el pelo?' o '¿Saben quién es Manuel Benítez, el Cordobés?'. Además posaron para los fotógrafos firmando unos toneles de vino de Jerez, que se habían instalado apresuradamente en el hotel, toda una operación de marketing ya que por entonces existía una disputa internacional sobre el nombre de Jerez o Sherry, como lo llamaban los británicos alegando que eran cosas distintas, y que al final perdieron en los tribunales. Y nada mejor que ver a los cuatro de Liverpool, que acababan de recibir la orden de Caballeros del Imperio Británico, firmando en las barricas de vino de Jerez.
Al día siguiente, 3 de julio era la actuación en Las Ventas, donde había más policías que gente intentando entrar. Las entradas oscilaban entre las 75 y las 400 pesetas de la época, algo realmente muy caro para los jóvenes. Para justificar el precio hubo un gran número de teloneros que, salvo Los Pekenikes, un grupo de la época, nada tenían que ver con la música joven. El presentador de la gala fue Torrebruno y entre los asistentes, que llenaron poco más de media plaza, figuras de la música o del cine como Miguel Ríos, Micky, Massiel, Pilar Miró o Rocío Dúrcal, además de Marta Fernández Muro que, con una amiga, los pudo ver desde la fila 2, en las sillas colocadas sobre la arena del ruedo. El fondo del escenario, un telón en el que estaba dibujada la Puerta de Alcalá. La actuación, que comenzó tras los interminables teloneros a las 22:10 de la noche, no pasó a la historia, aunque realmente el espectáculo, más que en el escenario, estaba entre el público. Días después, Edgar Neville escribía: «Había tantos policías que por uno más se podía tomar Gibraltar». Marta Fernández Muro recordaría años después que los que asistieron al concierto «éramos un poco como objeto de burla, como decir 'mira esas niñas, que estúpidas', cuando al contrario, las que estábamos bien éramos nosotras, no el resto de la humanidad».
La prensa apenas se hizo eco: «Afortunadamente falló la beatlemanía», titularon algunos medios. La televisión ignoró el acontecimiento olímpicamente. El Nodo preparó un reportaje sobre la visita para un suplemento llamado 'Imágenes' que completaba el noticiario 'al alcance de todos los españoles' en algunos cines. Lo elaboraron los cineastas Pedro Costa y Françesc Bellmunt, pero la censura lo prohibió. Solo se permitió una noticia de un minuto en el Nodo. En los 90 se lograron recuperar algunas de aquellas filmaciones de Los Beatles en España, que permanecían olvidadas en los archivos del Nodo y Pedro Costa hizo un magnifico mediometraje documental de una hora titulado '¡Qué vienen los Beatles!' que se ha emitido alguna vez por TVE y que se puede recuperar en esta página.
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