Marlene Dietrich, la mujer de las piernas perfectas que impuso el pantalón femenino
Iconos femeninos ·
Este mes se cumplen 28 años de la muerte de la actriz, cuya vida privada fue impenetrable. Su deslumbrante presencia e innegable glamour hicieron de Marlene una de las auténticas divas en la historia del cine
El pasado 6 de mayo se cumplieron 28 años de la muerte de Marlene Dietrich, una de las grandes estrellas cinematográficas, cuya imagen fue siempre manejada con mucha habilidad por sus publicistas, pero cuya vida privada fue impenetrable. Bisexual, según reconoció en un famoso libro su hija Maria Riva, la Dietrich estuvo considerada como la mujer de «las piernas perfectas», tanto que, como otras grandes estrellas de Hollywood, fueron aseguradas por un millón de dólares, pero curiosamente fue ella quien impuso la moda del pantalón para las mujeres. Fue la única estrella capaz de hacer sombra a Greta Garbo, con la que tuvo una relación. Su deslumbrante presencia e innegable glamour hicieron de Marlene una de las auténticas divas en la historia del cine. Famosa por su pulcra apariencia, su buen vestir y su imagen de femme fatale, fue siempre un icono de la elegancia.
Marie Magdalene Dietrich (Berlín, 1901 – París, 1992) estudió violín, pero una lesión en la mano le obligó a cambiar su actividad por la interpretación. Entró en la escuela de interpretación de Max Reinhardt en 1921. Hizo su debut en el cine dos años después, ya con el nombre de Marlene y tras empezar su carrera en películas alemanas mudas de los años 20, trabajo que compaginaba como corista en los numerosos cabarets berlineses de la época, obtuvo un papel en la primera película europea sonora, 'El ángel azul' (1930), dirigida por Josef Von Sternberg, que fue quién construyó en torno a ella el mito de la diva. En 'El ángel azul' daba vida a la primera mujer fatal de las muchas que interpretaría a lo largo de su trayectoria, una jovencita, Lola, artista de un cabaret berlinés, que seduce a un maduro profesor que se casa con ella pero que ella desprecia.
Tras esta película, Dietrich viajó a Hollywood para rodar 'Marruecos' (1930), por la cual recibió su única nominación al Oscar. Junto a Von Sternberg, convertida en su musa y amante, se instala en Hollywood a principios de los años 30, siendo una de las primeras estrellas del cine sonoro. Trabaja en varios filmes dirigidos por Von Sternberg como 'Capricho imperial' o 'El expreso de Shanghai', especializándose en interpretar a mujeres fatales. En 'El diablo era mujer', encarnó a una española con múltiples tópicos, que motivaron las protestas del Gobierno de la II República Española y que la película fuese prohibida en España.
En 1937, a la vez que su carrera cinematográfica se detenía, Dietrich se nacionalizó norteamericana. La actriz, que había cantado en sus inicios en los cabarets berlineses, inicia una trayectoria paralela como cantante, actuando en numerosos locales de Estados Unidos. Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial, uno de los temas de su repertorio, 'Lili Marleen', se populariza entre los combatientes de ambos bandos. Fue una de las primeras intérpretes en acudir al frente para cantar para los soldados aliados. Cuando le preguntaron por qué lo había hecho a pesar del evidente peligro, contestó su ya famosa frase: 'Aus Anstand' ('por decencia').
Poco a poco Marlene amplía su repertorio con películas como 'Arizona', 'Berlín Occidente', 'Testigo de cargo', 'Sed de mal', 'Encubridora' o 'Vencedores o vencidos'. Entre los años 50 y mediados de los 70, Dietrich hace giras dando recitales y espectáculos teatrales. En 1968, recibió un Premio Tony por su show teatral. Su carrera en el espectáculo terminó en 1974, cuando se rompió una pierna en el escenario. Posteriormente aparecería brevemente en la película 'Gigoló' (1979), junto a David Bowie. Sus últimos años los pasó en su apartamento de París, tiempo en el que no fue vista en público.
Marlene Dietrich murió tranquilamente el 6 de mayo de 1992, a los 90 años, en París, una semana antes de que el Festival de Cannes, que había elegido su rostro para el cartel del certamen, le pudiese rendir un homenaje. Marlene dijo al amigo que le acompañaba justo antes de morir: «Lo quisimos todo, y lo conseguimos, ¿no es verdad?».
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