'Marco': Brillante e incómoda historia de un mentiroso

¿Cómo abordar de manera original una figura tan conocida y objeto de acercamientos tan diversos? Superando los boicots de su propio protagonista, Aitor Arregi y Jon Garaño, que han coescrito el guion junto a Jorge Gil Munarriz y Jose Mari Goenaga, se contagian de la misma capacidad de fabulación de un jeta, rompiendo las fronteras de manera juguetona entre la ficción y el documental una y otra vez.

El subtítulo del filme, 'La verdad inventada', resume a la perfección la estrategia narrativa, que pasa por mostrar la claqueta de rodaje en los primeros compases y por revelar al auténtico Enric Marco en unas imágenes del filme 'Ich Bin Enric Marco' (2019). El plano puede ser el Javier Cercas real en una charla y el contraplano Eduard Fernández caracterizado del personaje. Casi de la misma manera que Forrest Gump se cruzaba con las figuras más importantes de su tiempo. La historia de un mentiroso no podía contarse de otra manera.

A pesar de empañar la memoria de los cerca de 9.000 españoles que padecieron el infierno de los campos de concentración, Enric Marco murió a los 101 años sin ser acusado de ningún delito, aunque fue apartado de la Asociación Amical de Mauthausen y la Generalitat de Cataluña le obligó a devolver la Cruz de Sant Jordi que le había sido otorgada en 2001.

En ese sentido, 'Marco' funciona como un thriller en el que el espectador comparte la desazón del protagonista, que sabe que solo es cuestión de tiempo que la verdad revelada por el investigador especializado en deportados Benito Bermejo salga a la luz. La picaresca y hasta el humor negro da paso al patetismo y la incomodidad cuando entendemos que el hombre sufre alguna patología que le obliga a seguir adelante con la comedia de su vida. Nace su nieto y Marco presume de la peripecia de su propio nacimiento. No puede vivir sin las expresiones de admiración de los chavales que le escuchan arrobados en los colegios, sin aparecer en unos medios que recurren a un gran orador que conmueve con un relato bien ensayado.

Eduard Fernández engordó 17 kilos y se afeitó la cabeza hasta mimetizarse en Marco. Saltando del castellano al catalán, el actor está presente en casi todos los planos de un filme que tras su paso por Venecia clausurará la sección Perlas del Festival de San Sebastián y se exhibirá en el Velódromo de Anoeta, el cine más grande del mundo con 3.000 localidades.

Nathalie Poza en la piel de Laura, la esposa de Marco, compone con sensibilidad un personaje crucial: el de la mujer que sabe que su marido miente, pero prefiere seguir adelante con la pantomina. Chani Martín, Sonia Almarcha y Fermí Reixach, que murió poco después del rodaje, completan el reparto de la película, que llegará a los cines el 8 de noviembre. Al hombre que se sentía importante cuando fabulaba sobre las penalidades que aseguraba haber sufrido en el campo de Flossenbürg le habría encantado sin duda acompañar en el Lido al equipo vasco de una de las películas del año. Porque 'Marco' será una de las favoritas de los próximos Premios Goya. Más allá del biopic sobre un impostor que se inventó un pasado halagador, Garaño y Arregi nos interpelan sobre cómo todos construimos nuestro propio personaje en una época en la que las mentiras se prefieren a la verdad y alcanzan mayor difusión. «Cuando entrabas al campo, un guardia señalaba el humo de las chimeneas para indicarte la salida», relata Marco. Nunca ocurrió, pero suena tan redondo...