'Mantícora', el monstruo muy cotidiano de Carlos Vermut

Y es que estamos ante la mejor obra del director de 'Magical Girl' o '¿Quién te cantará?', una película tratada con enorme delicadeza para hablar de un monstruo humano muy cotidiano, mucho más habitual que los que pueblan estos días el Festival de Cine Fantástico de Sitges. La película sigue a Julián, un solitario y exitoso diseñador de videojuegos que viva atormentado por un oscuro secreto. Tras salvar de un incendio al niño hijo de una vecina, que estaba solo en su casa, casi por casualidad conoce a Diana, una chica solitaria con la que empieza a salir. Parece que todo va bien, pero de repente, al desvelarse un secreto que le concierne, pondrá todo patas arriba.

Los casi desconocidos Nacho Sánchez y Zoe Stein dan vida a Julián y a Diana, con unos trabajos potentes, y el caso de esta última, con un rostro difícil de olvidar, destinada a dar muchos momentos de gloria al cine español. Y es que si el 2022 esta resultando de una añada excelente para nuestro cine, 'Mantícola' se suma desde su estreno en Sitges a la cabeza de los mejores títulos del 2022.

La película explora los límites de la perversión con una historia en la que, hasta el desenlace parece que no ocurre nada, pero que posee unas cuantas cargas de profundidad. «No la siento menos cercana al fantástico que mis demás películas» comenta Vermut. «De hecho diría que mi cine se relaciona sobre todo con el misterio. Mi manera de entender el cine es siempre desde lo plástico, y en este sentido 'Mantícora' tiene que ver mucho con el cine de terror porque juega con la figura del monstruo. Hay escenas que transcurren frente a una pantalla led, por ejemplo. De hecho, que el protagonista diseñe videojuegos lo acerca al mundo de la fantasía, lucha contra una maldición de la que reniega, se asemeja, por ejemplo, a los hombres lobo, que lo son a su pesar», indica el director. Y añade: «Al utilizar la palabra monstruo estamos condicionantes ya bastante. Es más una herramienta comercial. El error es comprar que las personas malvadas, egoístas, que roban, no son como nosotros, y sí lo son. Si la gente hablase más de sus problemas, si mostrase más su oscuridad, creo que sería un mundo mejor».

Atención lectores, que viene un espoiler que nos hace el propio Carlos Vermut. Está en sus manos saltarse este párrafo y pasar a leer el siguiente. «Que el personaje tuviese capacidad de modelar criaturas de videojuegos me llevó a que en ese mundo hubiese monstruos», sigue diciendo Vermut. «La premisa es que él es un pedófilo, y a partir de aquí aparece el tema de que es modelador. Pensé primero que se dedicase a modelar con las manos, luego digitalmente, y finalmente introduje el hecho de que lo hiciera en el plano virtual. Así es mi manera de trabajar, van apareciendo elementos diversos que voy uniendo. Lo monstruoso se elaboraba también a nivel plástico: él, con sus gafas de realidad virtual, por ejemplo. Quería que fuese un chico agradable, porque me parecía más inquietante. Con Carlos Sánchez, el protagonista, quisimos llevarlo a un nivel de normalidad absoluta: puede tener pareja, se relaciona socialmente con normalidad, etc. Era importante que sus deseos ocultos no se advirtieran enseguida en su comportamiento».

El director reconoce que le interesan «los personajes que están al limite, que no encajan en los códigos de lo normal». «Me interesa explorar los extremos de lo que la gente considera moral o amoral. Hay algo profundamente cinematográfico en esto: son buenos personajes para las historias», añade.

Vermut, que incluye también el tema de la redención en la película, muestra su fascinación por el cine asiático: «Para los japoneses la relación entre el bien y el mal no está tan polarizada como en Occidente. Cuando hay algo abyecto tienden a encontrar una explicación, incluso en los mangas más infantiles se acaba descubriendo que los malos tienen algún trauma. Tienen la tendencia de llevar los personajes al límite, pero lo hacen de manera distinta a como se hace en Occidente. Sucede en los libros de Murakami: Hay personajes extraños que parecen de lo más normal del mundo. Son muy propensos a hacer un cine psicológico, y en cambio no hacen mucho cine político», concluye el cineasta, que tiene previsto el estreno de 'Mantícora' para el 9 de diciembre.