'La leyenda de la ciudad sin nombre' cumple medio siglo

Todo comienza con el tono de un western convencional. Una carreta se despeña por un terraplén. Un hombre acude a socorrer a los accidentados que yacen junto a los restos de la carreta; uno está muerto y el otro herido. Pero en el momento en que se cava una tumba para enterrar al difunto, aparece oro. Alguien grita: «¡Oro!», a lo que otro responde: «¡Amén!». A partir de ese momento ya nada es convencional. La ciudad crece rápidamente, pero sin nombre alguno, se la conoce como La ciudad sin nombre. Sus habitantes son todos hombres afanados en buscar oro, por lo que cuando aparece un mormón con dos mujeres, decide vender una de ellas al mejor postor, que resulta ser un borracho que defenderá su propiedad con uñas y dientes. La solución vendrá de los habitantes del lugar, que secuestrarán una carreta de prostitutas que se dirigían a un pueblo vecino.

'La leyenda de la ciudad sin nombre' está basada en el musical de Alan Jay Lerner 'Paint Your Wagon', que había sido un fabuloso éxito en Broadway. La película fue el último trabajo del director Joshua Logan ('Picnic', 1955; 'Bus Stop', 1956, o 'South Pacific', 1958) para el cine y ha pasado a ser una de sus obras más recordadas, una historia de una amistad, cargada de nostalgia, sobre como creció el lejano Oeste. Parte del éxito del filme residía en su acertado reparto y en su banda sonora.

Lee Marvin realiza aquí la que posiblemente fuese su mejor interpretación en el campo de la comedia, y además muestra sus dotes como cantante, interpretando un par de temas; uno de ellos, 'Wand'rin star' ('Estrella errante') fue un enorme éxito popular en la época colocándose en lo alto de las listas de ventas de discos. Clint Eastwood acababa de salir de los 'spaghetti-western' de Sergio Leone y buscaba su camino en Hollywood, que encontraría después como 'duro' en la saga de 'Harry el sucio'. La película supuso un punto de inflexión en la carrera del actor, que también canta e interpreta tres temas.

Y Jean Seberg, que vivía en Europa, viajó a Hollywood para hacer esta película. La malograda actriz también canta un par de temas. Igual protagonismo tiene la propia ciudad sin nombre, que de pueblucho embarrado crece hasta convertirse en una ciudad próspera, en la que las tiendas de campaña son sustituidas por edificios y estos por hoteles, prostíbulos y 'saloones', lo que arrastra, a la vez, lujuria, vicio, sexo y excesos en general, convirtiéndose en la Sodoma del Oeste. La banda sonora está a cargo de Nelson Riddle. Los números musicales son amenos y divertidos y no ralentizan la trama argumental. Es una banda sonora que contagia alegría, diversión y nostalgia. Entre las canciones aparte de la ya citada 'Wand'rin' star', destacan 'They call the wind Maria', 'Talk to the trees', 'Best things' y 'Gold river'.

La película es también una fábula sobre la soledad de los pioneros que conquistaron y construyeron el salvaje Oeste para, cuando se quedaron sin espacio, desaparecer camino de otro territorio sin dueño. Habla de amor, de moralidad, de religión, de codicia y de amistad, y dura 166 minutos que pasan volando. Además, es una de esas cintas a la que no le afecta el paso del tiempo y que se sigue manteniendo tan fresca como el primer día.

En España, 'La leyenda de la ciudad sin nombre' tardó un año en estrenarse. Lo hizo el 3 de noviembre de 1970. Al distribuidor de entonces le pareció que era demasiado larga, o que con aquel metraje no cabían los tres pases diarios, y la aligeró suprimiendo los números musicales de Jean Seberg. Aun así, tuvo un éxito enorme: en Madrid la película permaneció un año ininterrumpido en cartel en el cine donde se estrenó.