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Hubo años en que no se rodó ningún largometraje en Bilbao. Pues esta semana coinciden cuatro rodajes: 'El bus de la vida', con Dani Rovira; 'La ballena', del vitoriano Pablo Hernando con Ingrid García-Jonsson como asesina a sueldo; la serie de Daniel Écija 'The ... Other Side'; y 'Anatema', ópera prima de Jimina Sabadú, con Leonor Watling como una monja metida en asuntos paranormales.
El Palacio Olabarri sirve estos días de escenario a la ópera prima de la guionista y escritora madrileña, que será el tercer título de The Fear Collection, el sello de cine de terror creado por Pokeepsie Films, la productora de Álex de la Iglesia y Carolina Bang, Sony Pictures y Amazon Prime Video. Tras 'Veneciafrenia', firmada por el director bilbaíno, y 'Venus', de Jaume Balagueró, llega un filme que toma su título de un concepto religioso: «Algo que para Dios es considerado como maldito, contrario o contaminado», según la nota promocional.
'Anatema' transcurre en un Madrid actual deudor del cine de Edgar Neville, «donde todo es bonito y mentira», el poeta bohemio Emilio Carrere y las crónicas de Mesonero Romanos, resume Sabadú. El Palacio Olabarri, antigua sede de la Autoridad Portuaria de Bilbao, que ha salido a subasta por 10,5 millones de euros, se hará pasar por un caserón madrileño. Aquí se instaló durante cuatro meses el equipo de producción de 'Juego de Tronos', estuvo el despacho de la alcaldesa Itziar Ituño en 'Intimidad' y se han rodado películas como 'Ola de crímenes'.
Los planos de la residencia que los Olabarri mandaron construir a finales del siglo XIX se encuentran enmarcados y recuerdan la historia de una construcción que acabará a buen seguro como hotel de lujo. Las vidrieras y pinturas desaparecieron durante la Guerra Civil. Entre el trajín de cables y cámaras, Leonor Watling y Pablo Derqui aparecen vestidos de paisano, sin sus hábitos religiosos. Ella es la primera vez que interpreta a una monja. Derqui se ríe: a él ya le han tocado unos cuantos sacerdotes: «Debo tener cara de cura».
«Juana es una monja con una biografía dura, que ha visto cosas terribles y ha entrado en el convento tarde. La llaman para que ayude a cerrar una iglesia y que no vuelva a pasar nada malo», resume la actriz, cautelosa de soltar spoilers del guion coescrito por Sabadú y Elio Quiroga. «Mi personaje es el padre Ángel, un cura más inclinado al tema social que a lo místico. Viene de familia de religiosos y quiere ayudar a la gente. Su camino se junta con el de Juana por un encargo de su tío y establecen vínculos más allá de lo esperado», intriga Derqui.
En ese Madrid popular y zarzuelero, con el color de los cuadros de Francisco Pradilla, transcurre 'Anatema', que pretende corregir la poca documentación que demuestran las películas protagonizadas por religiosos. Jimina Sabadú ha contado con el asesoramiento de «un exprofesor que trabaja para la Conferencia Episcopal, un exseminarista y una chica que fue monja». La directora ha descubierto, entre otras cosas, que ahora destacan dos órdenes de religiosas que se nutren de gente joven, formada «y extrañamente guapa»: Hermanas de Belén y Iesu Communio.
Los vídeos del padre Fortea, el exorcista que triunfa en YouTube, también han inspirado a la realizadora, que espera provocar «momentos de miedo en los que el espectador se tape los ojos, pero también con un punto diferente». El último cine terrorífico que ve le parece todo igual, «con casas en las que parece no vivir nadie». Salvo las películas de Rob Zombie, Ari Aster y Ti West. «Con ellos me divierto, como con 'It Follows', que me parece prodigiosa. El terror no tiene por qué ser gente seria».
'Anatema' será el primer largo de Jimina Sabadú tras rodar cortometrajes que costaban 600 euros pagados de su bolsillo. «No veo mucha diferencia, salvo que ahora puedo obtener lo que quiera. Como un barquillero o una estatua gigante de San Simeón». Arri y Biaffra, los directores artísticos de las pelis de Álex de la Iglesia, y el director de fotografía Luis Ángel Pérez ('La piedad'), cumplen sus deseos. De la Iglesia, como productor, «no impone las cosas, las sugiere, y yo casi siempre le hago caso», admite Sabadú. «Probablemente todo lo que pienso se debe a que un día apareció un señor gordo de Bilbao haciendo 'El día de la Bestia', que cambió la forma de pensar de una generación respecto al cine español».
La directora agradece que la pareja protagonista sea «de buen trato y se lleve muy bien, no quiero actores complicados». Derqui, al que veíamos hace poco en 'Los renglones torcidos de Dios', no es fan del género de terror. «Reconozco las buenas películas de miedo –'La profecía', 'La semilla del diablo'–, pero sufro, no las busco». Watling no puede ver películas de miedo. «El ensayo 'Reina del grito' (Desirée de Fez, ed. Blackie Books) es lo más cerca que he estado de ese cine. Vi 'Poltergeist' con doce años y ahí se acabó mi relación con el cine de terror».
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