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Koldo Serra (Getxo,1975) remarca que no hay que dejarse arrastrar por la nostalgia. Alaba la labor de las plataformas como Netflix, para quien rueda estos días los capítulos de la tercera y cuarta temporada de 'La casa de papel'. Pero el director getxotarra ... ha crecido en las salas y en ellas estrena este viernes su tercer largometraje, '70 binladens', la crónica de un atraco en el que resultan igual de peligrosos los rehenes que los atracadores. Emma Suárez, Nathalie Poza y Hugo Silva protagonizan un filme que saca provecho de los escenarios bilbaínos y con el que el autor de 'Gernika' certifica que el cine español ya no se entiende sin la presencia de mujeres en todos los apartados técnicos.
¿Qué se puede contar de nuevo en el subgénero del cine de atracos?
No sé si es una peli de atracos o con atraco. Las protagonistas son mujeres en un género que siempre ha sido puramente masculino. También me interesaba que la protagonista no es atracador; en 'La huida' o 'Plan oculto' lo que interesa es saber si se llevan la pasta. Y aquí estás con la rehén, que en otras películas sufre daños colaterales.
Resultan igual de inquietantes los rehenes que los atracadores.
Sí, todo el mundo tiene su momento chungo. En la vida real ninguno somos blanco ni negro. Los rehenes suelen ser víctimas en las películas, aquí les ves las costuras, intentan también aprovecharse de la situación. Eso es muy nuestro y muy real.
Cita 'La estanquera de Vallecas' como referencia. Este es un atraco de andar por casa, en el que se filtra el costumbrismo.
Estética y tonalmente se aleja de los thrillers de atracos. Esta es una sucursal de barrio con dos balas perdidas sin más plan que llegar a la pasta. Ese costumbrismo cercano creo que es lo que engancha al público.
Hay una referencia al Athletic de Bilbao, que cuando juega paraliza toda la ciudad.
La Ertzaintza nos decía que ellos jamás harían algo así, pero estoy convencido de que mirarían en algún momento el móvil. Es una situación universal, lo mismo ocurriría con la Superbowl en Estados Unidos. La película transcurre el día de la semifinal de Copa con el Español. Yo no soy futbolero, pero ese momento en la peli refleja muy bien lo que somos.
Da el protagonismo a los mujeres. ¿Algo ha cambiado ya para siempre respecto a la presencia de la mujer en el cine?
Son dos mujeres con una historia detrás, que han vivido y han acabado confluyendo en el mismo banco porque necesitan el dinero. Y Emma Suárez y Nathalie Poza son dos bestias que venían de ganar cada una su Goya. Yo creo que estamos viviendo un cambio en el que, por fin, empezamos a ver directoras, compositoras, directoras de fotografía… Antes parecía que en un rodaje solo existían como trabajos femeninos el maquillaje, la peluquería y el vestuario. En nuestra película había una mujer al frente de la dirección de arte, el diseño de sonido, las mezclas, las productoras son mujeres…
En '70 binladens' se cuela el dibujo de un país bastante miserable.
Sí, las dos protagonistas necesitan el dinero por motivos diferentes, pero son el reflejo de una España chunga. Todos, de los rehenes al director del banco, solo quieren salvar el culo. Y todos estamos intentando sobrevivir en la vida real. Me gusta que haya una crítica socioeconómica, pero sin que esté en primer plano.
Supongo que para usted es especial que Álex de la Iglesia haya entrado como productor.
Yo pensé que podía dedicarme a esto cuando vi 'Acción mutante'. De verdad, un chaval de Algorta descubre que un tipo de Bilbao ha dirigido una película con naves espaciales y monstruos, con referencias a 'Sin City' y 'Las colinas tienen ojos'… ¡Se puede! Soñaba con que me produjera una peli y mira. El otro día no quiso salir ni al escenario, ha aportado mucho pero desde una distancia que agradezco.
Se está convirtiendo en el retratista oficial del País Vasco en el cine, sacando provecho de todas sus localizaciones.
Alguien me ha dicho que jamás pensó que iba a ver Santutxu en el póster de una película… Sacar la pista de skate de Arrigunaga era algo muy personal, allí pasé toda mi adolescencia. Un contrapunto al escenario opresivo de la Plaza Haro. Cuando Emma Suárez vio aquello, en las ruinas de un fuerte, en la playa, me dijo que había entendido de dónde había salido yo.
Tardó diez años en volver al cine desde 'Bosque de sombras' a 'Gernika'. ¿Se va a normalizar ahora su presencia en el cine?
No lo sé… '70 binladens' se tenía que haber hecho antes de 'Gernika'. Ojalá pudiera rodar una película cada dos años, pero el auge de la series ha hecho que la mitad de los directores estemos ocupados: Urbizu, Álex… Yo estoy liado con 'La casa de papel'. Al menos tengo tres pelis para un hacer un pack de Blu-rays.
mujeres en el cine
Álex de la iglesia
Usted es bastante nostálgico del cine de los 80 y firme defensor de la experiencia en salas.
Quiero creer que nunca se va a acabar la costumbre del cine en salas. Entiendo que ha cambiado el paradigma, la forma de consumir. Yo mismo veo mucho cine en mi proyector, con una pantalla más grande que algunas multisalas. Pero la experiencia colectiva de la sala, el no mirar el móvil, lo convierte en algo diferente. Es la experiencia más limpia, porque no te queda más remedio que mantener una relación dialogada con la pantalla, no hay manera de escaquearte. En casa yo apago el móvil pero siempre acabas viéndolo. Gracias a las plataformas también se están haciendo cosas que de otra manera no se harían. No hay que tener nostalgia. Es la pelea entre Bayona y Álex de la Iglesia en Twitter, cada uno defiende su experiencia. Ambas deben convivir.
Un psicólogo sacaría conclusiones de que mantenga intacta su habitación de adolescente de hace treinta años en casa de su madre.
Sacaría muchas conclusiones de que mi madre la mantenga igual, con mis cintas, mis botellas de vodka y la entrada del concierto de Nirvana en La Casilla. Creo que mi madre lo guarda como un museo para enseñárselo a todo el que pasa. Están todas las paredes pintadas y hasta hay una de Emma Suárez.
Los llaman 'binladens' porque todo el mundo ha oído hablar de ellos pero nadie los ha visto. Son los billetes de 500 euros, y la protagonista del tercer largo de Koldo Serra que encarna Emma Suárez necesita urgentemente 70 de ellos, 35.000 euros en 'cash' para saldar una deuda de la que depende la vida de su hija. O al menos eso cuenta al director de la sucursal bancaria de barrio a la que acude desesperada después de recorrerse todas las que ofrecen créditos inmediatos. Cuando está a punto de firmar el préstamo, irrumpe una pareja de atracadores que frustra la operación: Nathalie Poza y Hugo Silva. Son la antítesis de los ladrones de guante blanco, una mala bestia con el ojo a la virulé y un yonqui que necesita urgentemente la dosis.
Como ocurre en estos casos, los acontecimientos se precipitan cuando las cosas no salen según lo previsto. Sobre todo si los rehenes resultan igual de inquietantes o peligrosos que los criminales, uno de los grandes hallazgos del guion escrito a tres manos por Asier Guerricaechevarría, Javier Echániz y Juan Gil Bengoa. La opresiva Plaza Haro de Santutxu, con sus bloques de pisos fruto del desarrollismo salvaje de los 60, es un perspicaz escenario para '70 binladens', que no es exactamente una cinta de atracos, sino un thriller con atraco. La tensión se alterna entre el interior del banco y el exterior, donde tres ertzainas tratan de entender qué ocurre (Dani Pérez Prada, Bárbara Goenaga y Kandido Uranga). Aquí no interesa tanto si el golpe sale bien, como las verdaderas motivaciones de los protagonistas, en especial la desesperada protagonista, tan mefistofélica como el Keyser Sozë que interpretaba Kevin Spacey en 'Sospechosos habituales'.
Cita Koldo Serra 'La estanquera de Vallecas' como una de las influencias de una película que no quiere que simpaticemos con los rehenes, aunque tampoco podemos hacerlo con unos atracadores demasiado zoquetes, peleles en manos de ese personaje que asume con brillantez Emma Suárez explorando un registro inédito en su carrera. '70 binladens' crece cuando se filtra el costumbrismo, como en ese partido del Athletic que une a verdugos y víctimas, y exige más del espectador ante algunos giros de guion discutibles. En la España miserable que se filtra en esta cinta rodada con oficio y sapiencia cada uno va a lo suyo, sin importarle el prójimo. Como en cualquier casino, la banca siempre gana.
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