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«Tienes que ayudarme, sabes que yo no soy así», implora el protagonista de '15 horas' a su mujer tras romperle las costillas a patadas. Nadie adivinaría un maltratador en este importante director de orquesta, que vive en una espectacular mansión junto a su guapa ... esposa, también músico, y una hija preciosa. Pero la violencia machista no entiende de clases sociales ni de sensibilidades artísticas. Judith Colell, directora de 'Nosotras' y '53 días de invierno' y exvicepresidenta de la Academia del Cine Español, compite en Málaga con un drama que transcurre casi en tiempo real: el que tarda su heroína en intentar, por fin, alejarse de su maltratador.
Rodada en la República Dominicana y protagonizada por Sterlyn Ramírez, también productora, y Marc Clotet, '15 horas' no oculta su vocación didáctica y de denuncia. Tras la violencia física llega la psicológica. Se trata de culpabilizar a la víctima hasta hacerla creer que, después de todo, a lo mejor se merece los palos. Luego viene la violencia psicológica: «¿Quién cuidaría de tu hija mejor que tú?», amenaza. Y el acoso constante llamándola por el móvil para que se sienta vigilada en todo momento. Denunciarle implicaría renunciar a una posición social que en el país caribeño solo disfruta una pequeña élite.
En apenas 80 minutos, a Colell le da tiempo a mostrar unas cuantas puertas cerradas: la de la propia protagonista, que no se atreve a reconocerle al médico que no se ha caído en casa ocho veces en los últimos tres años; a una madre, que le recrimina si no sabía qué era el matrimonio y que es normal que las parejas se peleen; a un sacerdote, que le ruega que siga con su marido; a una amiga que teme perder el trabajo; a la burocracia y la falta de atención a las mujeres maltratadas en un país como República Dominicana.
«Estos días, antes de venir a Málaga, cada día abría el periódico y me encontraba con una nueva mujer asesinada. Es otra pandemia que tenemos en el mundo», lamenta Judith Colell. «Tenemos que seguir hablando de este tema hasta que no haya ni una mujer muerta. Ni una». El vértigo ante la denuncia, demuestra el filme, también se da en las clases altas. A la directora le interesaba mostrar «las puertas cerradas» con las que se encuentran «mujeres con la autoestima por los suelos». «Aquí tenemos leyes y un sistema de protección, pero allí llegan a entregarles la denuncia a las víctimas para que se la den a sus maridos».
'15 horas' acabará en el palmarés por su ánimo de denuncia. Pero, al contrario que 'Te doy mis ojos', de Icíar Bollaín, no logra que nos metamos en la mente de un maltratador, que aquí resulta un villano plano. «Concibo el cine como un arma de concienciación», argumenta la directora. «Una mujer no es posesión de nadie. La clave está en educar a los niños en la igualdad para que esto acabe».
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