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Considerada como uno de los grandes mitos del Hollwood clásico, Joan Crawford, cuyo verdadero nombre era el de Lucille Fay Le Sueur, fue una de las actrices que efectuó con gran habilidad la transición del cine mudo al sonoro. Nació el 23 de marzo ... de 1904 en San Antonio (Texas) en el seno de una familia modesta y falleció en Nueva York el 10 de mayo de 1977.
Su padre, Thomas Le Sueur, de origen francocanadiense, abandonó la familia antes del nacimiento de Crawford. Posteriormente, su madre, Anna Bell, de origen sueco, contraería matrimonio en segundas nupcias con Henry Cassin, empresario de teatro, lo que mejoró ostensiblemente la economía y la vida de la pequeña Lucille.
En 1915 ya ejercía de camarera en un hotel de Kansas City, compaginándolo con sus estudios en St. Agnes Convent primero, y en el Stephen College posteriormente, donde aprendió a bailar; el baile fue su primera vocación, pese a que sufrió un accidente que le afectó las piernas. En 1921 debutó en el coro de la revista de Katherine Emerine, también en Kansas City. En 1925 ganó un concurso de danza y charlestón que facilitó su lanzamiento como actriz por la Metro Goldwyn Mayer, en un principio únicamente como doble de Norma Shearer. Su primera película fue 'Lady on the night' (1925) y su primer gran éxito 'Vírgenes modernas' (1928). Su matrimonio con Douglas Fairbanks Jr. impulsó enormemente su carrera.
Tras sus cuatro primeros filmes cambia de nombre utilizando ya para siempre el de Joan Crawford. Entre sus grandes películas de la década de los años 30 del siglo XX destacan 'Amor en venta' (1931), de Clarence Brown, 'Gran Hotel' (1932), de Edmund Goulding, 'Así ama la mujer' (1934), de nuevo con Clarence Brown o 'Strange Cargo' (1940), de Franz Borzage. Abre la década de los 40 con 'Un rostro de mujer' (1941), de George Cukor. A partir de 1944, abandona la Metro y trabaja alternativamente en varias productoras sin llegar a atarse a ninguna: la Warner Brothers, la Columbia y, al final de su carrera, la RKO.
Obtuvo el Oscar a la mejor actriz en 1945 por 'Alma en suplicio', adaptación cinematográfica de una novela de James Cain. En 1947, por segunda vez y en 1952, por tercera vez, fue nominada al Oscar por 'Amor que mata' y 'Sudden Fear', respectivamente. Trabajó en total en más de setenta películas.
Joan Crawford llevó una de las vidas sexuales más promiscuas de Hollywood, no sólo con hombres sino también con mujeres. En su lista de conquistas se incluye a Marilyn Monroe, si bien se dice que ésta la rechazó. Ganó tal fama de devoradora de hombres y mujeres que Bette Davis, que siempre tuvo una lengua muy viperina, llegó a afirmar que se había acostado «con todas las estrellas de la Fox salvo con la perra Lassie».
La actriz poseía un temperamento muy fuerte, lo que le valió numerosos roces con distintos personajes. Su boca ancha, su rostro cuadrado y sus inmensos ojos la convirtieron en una de las actrices más carismáticas y con mejor registro dramático de Hollywood. Se recuerdan especialmente sus interpretaciones en 'Johnny Guitar' en 1954 y en '¿Qué fue de Baby Jane?' en 1962, junto a Bette Davis, su gran enemiga, donde Crawford es Blanche Hudson maltratada brutalmente por Jane Hudson (Bette Davis). Su última interpretación fue en la película 'Trog' en 1970.
Se casó en cuatro ocasiones más, la última vez con Alfred Nu Steele, presidente de Pepsi-Cola, quien al morir, dejó a Joan como la gerente de dicha empresa. Adoptó a cuatro niños. Además en los años 70 ingresó en la Iglesia de la Cienciología.
Su declive comenzó a hacerse más notorio en el cine y se fue dedicando cada vez más a los negocios, en los últimos años dirigiendo la Pepsi-Cola con bastante pericia. Como mujer madura regresó a las pantallas para encarnar a mujeres perversas, papeles en los que siempre estuvo muy a gusto. En 1968, suplantó por unos capítulos a su propia hija adoptiva, Christina Crawford, en un papel del culebrón televisivo 'La tormenta secreta'. La actriz fallecería el 10 de mayo de 1977 en Nueva York, a causa de un cáncer.
Escandalosa hasta su muerte, Christina Crawford, que fue presentada al mundo como una idílica princesa de Hollywood, publicó un libro, 'Queridísima mamá', que sirvió de base a una famosa película de igual título de 1981, donde ajustaba cuentas con su progenitora. La realidad que cuenta este libro es que la Crawford fue una madre solitaria, controladora, incluso despiadada, alcohólica y maltratadora, que convirtió la vida de sus hijos en una pesadilla. Una feroz batalla de voluntades que supuso para Christina una lucha por su independencia. Esta desveló, por un lado, la visión de una estrella en decadencia, maniática, inestable y que ha perdido el control sobre sí misma y, por otro, a una hija con ánimo de revancha y notoriedad.
Christina esperó al fallecimiento de su madre para revelar los episodios más escabrosos de la relación con su madre, que en un artículo de 1978 en 'The New York Times' calificaron de «película de terror». Joan Crawford sufrió hasta siete abortos naturales antes de decidir adoptar. «Fui su primogénita, su bella niña y preciosa princesa, la nenita de cabellos de oro que tanto había deseado» escribió Christina. Sin embargo, la Crawford apenas tuvo relación en sus últimos años con sus dos hijos mayores —con Christopher, el segundo, rompió cualquier tipo de relación cuando el niño tenía 14 años, y con Christina simplemente epistolar—. Hasta la muerte de la actriz los cuatro hermanos Crawford solo se veían a escondidas.
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