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Legiones de espectadores y amantes de la ciencia-ficción gozaron con el estreno de 'Interstellar' hace poco más de un lustro. Ahora la obra más preciada de Christopher Nolan, el cineasta que despierta filias y fobias, el mismo que antepone la técnica a la narrativa - ... siempre hay un personaje que verbaliza lo que está pasando-, obsesionado con la estética en detrimento de la emoción, vuelve a las salas. No es el único título de próximo reestreno en la filmografía de este director perfeccionista que embriaga a las nuevas generaciones. Probablemente esta revisitación de sus mejores trabajos responde a una estrategia de marketing truncada, como anticipo al lanzamiento de su última obra, la esperada 'Tenet', que finalmente cambia su fecha indefinidamente en la cartelera, tal y como se ha anunciado estos días, debido a los estragos de la pandemia en la taquilla del circuito de exhibición cinematográfica tradicional.
La prensa especializada, y los amantes del cine, piropearon y apedrearon en su día, sin ton ni son, esta propuesta rescatada en salas del máximo responsable de 'Origen' y 'Memento', siempre con el gran público en el bolsillo según confirmaron los resultados en taquilla. Unos querían su cabeza porque, según dicen, está convirtiendo el cine-espectáculo en algo demasiado serio, sin alma. Otros aplaudieron su manera de entender el séptimo arte visualmente, por su innegable capacidad para exprimir al máximo las nuevas tecnologías. Sea como fuere, los 169 minutos que dura 'Interstellar' suponen el éxtasis o el calvario de seguidores y detractores del culpable de las tropelías más sonadas de Batman en pantalla grande. Aquí se rodeó de un reparto artístico excepcional para sentirse más seguro de sí mismo, con Matthew McConaughey a la cabeza. Jessica Chastain, Michael Caine y Anne Hathaway le secundan en un relato fantástico rodado mediante la combinación de fotografía anamórfica en 35mm y película IMAX.
'Interstellar' describe las peripecias de un grupo de exploradores que deciden atravesar un agujero de gusano espacio-temporal con el propósito de superar los límites conocidos por el ser humano y cruzar distancias inimaginables. La historia ocurre en una Tierra futura, azotada por una crisis que ha provocado que el hombre experimente de nuevo un evento parecido al Dust Bowl, la Gran Depresión en la que las praderas de Estados Unidos se vieron sumidas en tormentas de polvo que provocaron sequías terribles en los terrenos del país. Hay problemas para alimentar a la población y la agricultura está pasando por su peor momento. Varios científicos quieren buscar un nuevo hogar fuera de nuestro sistema solar, en posibles planetas no habitados. El piloto principal de la nave es el rol de McConaughey. «El ser humano vive en este mundo futuro donde no se le permite explorar, ni ser ingenioso o hacerse preguntas importantes, y sin embargo, estos conceptos son necesarios para el sustento de la humanidad, para evitar que se extinga», comentaba en su día. «Es como si a nuestra raza le hubieran prohibido tener buenas ideas. De repente, a mi personaje le dicen: 'Tienes que volver a pilotar, pero esta vez no se trata de que persigas tu sueño, sino que esta tarea conlleva una gran responsabilidad. Necesitamos que seas el piloto de nuestra nave'».
La actriz Jessica Chastain trabajaba por primera vez para Nolan. Interpretando a una científica que tiene que lidiar con la crisis. «Creo que el guion es muy emotivo, transmite nostalgia y angustia, y es fácil conectar con la historia. Me encantan la ciencia y el espacio exterior, pero creo que lo principal de esta historia es la conexión humana que hay entre estos elementos, y eso es lo que me llamó la atención desde el principio». En palabras de Hathaway: «Las dinámicas familiares de todos los personajes, así como los retos a los que se enfrentan, son primordiales. Casi todos los personajes tienen que renunciar a algo muy importante para ellos para embarcarse en esta aventura. Creo que esta película rinde homenaje a aquellas personas que son lo suficientemente valientes como para realizar esos sacrificios. Es sorprendente cómo el ser humano es capaz de sacrificarse por los demás». Para Nolan, el filme es una obra muy personal: «Trata aspectos muy diversos, como quiénes somos en el universo y cómo nos definimos como personas, pero, para mí, trata sobre lo que significa ser padre», reflexiona el director. «Durante el proceso, me di cuenta de que esa idea se había quedado impregnada en la historia y preferí darle prioridad, en lugar de centrarme en los elementos espaciales».
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